Parece que el dirigente de la FSTSE y titular del Directorio del Único, está empecinado en pasar por encima de los 40 secretarios seccionales y los más de 100 mil trabajadores del GCDMX, para imponer un candidato de “unidad” en la elección pendiente desde enero del 2020, a pesar de que sus decisiones contradictorias han fomentado un caos al interior de esta organización; Ayala Almeida ha perdido el juicio y la credibilidad, encaminando el proceso a un choque frontal con lo establecido en la Reforma Laboral y el T-MEC
El Diván de la Utopía
Por I. León Montesinos
Especial de Cananea TV
El pasado viernes once de junio los trabajadores y dirigentes de las 40 secciones del SUTGCDMX pasaron de la confusión al asombro por las decisiones ambivalentes que está tomando el líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), Joel Ayala Almeida, sobre el irresuelto conflicto electoral que debió prorrogarse por la pandemia del Covid-19.
No es aventurado suponer que el líder de la burocracia extravió la brújula de la razón y el sentido común. Veamos por qué:
En un solo día dos noticias sacudieron al Sindicato Único: la primera, difundida en un comunicado sin autoría definida ni papel membretado que avalara su autenticidad, informaba sobre la emisión, este lunes 14, de la convocatoria para celebrar el Consejo General Extraordinario de Delegados y a la que deberán asistir los secretarios seccionales en funciones y dos delegados.
Más tarde se supo que fue la oficina de Comunicación Social de la central burocrática de donde salió el controversial comunicado que curiosamente resaltaba en varios de sus párrafos la “autonomía sindical” porque no se permitirán en el proceso por venir intromisiones de las autoridades en general, ni de los integrantes que conforman el Congreso de la Unión, ni el Congreso Local, como de “expresiones ajenas” al “genuino interés” de los trabajadores sindicalizados.
La segunda noticia, daba cuenta de la contraorden que Ayala Almeida aplicaba a una decisión tomada por él mismo días antes, para destituir a los miembros del Directorio de la Sección 12, Alejandro Mayen, Martha Malagón y Cecilia Cárdenas, por una triada de perfectos desconocidos, lo que ocasionó que los removidos se manifestaran en sus oficinas de Gómez Farías a exigirle una explicación.
Emitido con fecha primero de junio pero recepcionado hasta el día 9 en las oficinas de la Secretaria de Salud de la CDMX y dirigido a la Secretaria Oliva López Arellano, el documento no dejaba la menor duda de la destitución.
Ya entrada la tarde, los inconformes subieron a las redes sociales el documento signado por el líder de la FSTSE donde, tras una acalorada reunión con el profesor Ernesto Moreno –segundo de a bordo–, Ayala daba marcha atrás y restituía a los quejosos. Pero si la confusión era mayúscula entre los agremiados del Único del lado del gobierno central, la inverosímil y sorpresiva decisión del líder de la burocracia no tuvo un impacto menor. El equipo de la Doctora Claudia Sheinbaum también tuvo que enterarse por terceras personas.
Todo apunta a que nuevamente Joel Ayala se fue por la libre sin extender la cortesía de notificar sus abruptos anuncios y cambios a los funcionarios del GCDMX, lo que resulta sumamente delicado y hasta riesgoso para el enquistado líder que antes de convocar a cualquier proceso de elección debe primero explicar, entre otras cosas, a los más de cien mil sindicalizados del Único, qué fin tuvieron los más de 10 millones de pesos que, tenemos entendido, le fueron entregados por concepto de cuotas de la sección 12. Recursos que los miembros del Directorio provisional de Doce no han visto ni en cheque.
LOS ENREDOS DE ANGUIANO Y MARISOL
A pesar del cubrebocas negro que portaba como protección al Covid, Ernesto Moreno no podía ocultar su contrariedad a las puertas de la FSTSE cuando el llovioso viernes 11, Mayen y Martha Malagón le exigían que Joel Ayala recibiera a una comisión. Ésta última planteaba al hombre de confianza del líder de la burocracia, llamar a dos de los miembros del Directorio –que desde enero del 2020, maneja al SUTGCDMX– para que la confrontaran y demostraran que estaba realizando acciones ilegales con la representación provisional de la Sección 12.
Se refería Malagón al ex líder seccional Ricardo Anguiano y a Marisol Escamilla, cuyos nombres al ser nombrados a través de una bocina portátil, provocaron la rechifla y desaprobación de los asistentes: ¡Fuera Anguiano, fuera Marisol!
Trascendió que Escamilla, por indicaciones de Anguiano –y línea de Moreno–, estaba exigiendo la entrega de un informe de actividades a los integrantes del Directorio de la 12, menos a una, a Cecilia Cárdenas, curiosamente ausente en la protesta. De acuerdo a esto, Marisol les tenía “tendida la cama” en un informe detallado a Joel Ayala y a Moreno para proceder en su contra y dejarlos fuera de la elección pendiente en la Rama Médica.
Extraoficialmente se supo que Joel Ayala no se encontraba en sus oficinas, pero al final de cuentas y con documentación y firma oficial, Ernesto Moreno fue instruido de redactar el escrito de desistimiento de su jefe para calmar las aguas en la Doce.
La enmienda parece fue una aspirina contra un cáncer ya en metástasis, alimentado por las erradas y descabelladas decisiones que ha tomado desde hace varios meses Joel Ayala en su carácter de Presidente del Directorio del Único, figura ilegal desde su origen que ha terminado por convertirse en una olla de grillos, contradicciones y ambiciones desbordadas donde lo que menos importan son los trabajadores.
Nadie duda que el desgaste a la credibilidad del líder de la burocracia no tiene vuelta de hoja; por lo menos hay cinco aspirantes que se dicen protegidos y alentados por Ayala Almeida, desde Jacinto Gaona hasta César Piña y otros tantos que se jactan de ser hombres de su confianza y operadores con las diversas corrientes de los secretarios seccionales del Único, como el caso de Anguiano. Pero los más sensatos están conscientes que creer ciegamente en el líder de la FSTSE es lanzarse a un precipicio sin paracaídas. Porque el licenciado “Chimoltrufio”, cuando dice una cosa, hace otra.
Los hechos dicen más que las palabras y hasta los funcionarios del primer círculo de la Jefa de Gobierno saben que Joel es un hombre de avanzada edad, caprichoso y altanero que ha engañado a las autoridades capitalinas con un supuesto control que no tiene de los dirigentes del Único y ni en sueños de los más de cien mil trabajadores.
Su viejo estilo de hacer ruido con inserciones subrepticias a los medios para aparentar consensos que nunca ha tejido, choca de frente con los requisitos y planteamientos de la Reforma Laboral y el Capítulo en la materia del T-MEC. Ayala Almeida debe cambiar de “chip” y entender que las reglas del juego son muy distintas a cuando era senador del PRI y gozaba de derecho de picaporte con los presidente y altos funcionarios en turno.
BAJO LA LUPA DEL T-MEC
Los miles de trabajadores que dice representar ni siquiera saben de su existencia y al final serán ellos los que decidirán con su voto quién será el nuevo presidente de su sindicato. Jugar a las imposiciones del pasado es jalarle la cola al diablo porque como socio comercial del T-MEC el gobierno mexicano ya recibió dos observaciones de parte de sus socios comerciales para corregir irregularidades en la revisión del contrato colectivo de la planta de General Motor, en Silao, Guanajuato y en la empresa Tridonex de Matamoros, Tamaulipas, porque los líderes charros se han opuesto a la libre decisión de los trabajadores a pertenecer a otro sindicato distinto a la CTM.
¿Correrá la doctora Sheinbaum el riesgo de ser la primera gobernante amonestada por no respetar el derecho a la libre sindicación de los agremiados del Único, solo por darle gusto a un dinosaurio del viejo corporativismo sindical como Joel Ayala?
Si como se comenta en el gobierno central, el líder de la FSTSE se está yendo por la libre junto con un puñado de oportunistas para tratar de manejar a su antojo la elección pendiente en uno de los sindicatos más numerosos e importantes no solo de la CDMX sino del país, es momento que tanto los dirigentes seccionales como los trabajadores, e incluso las autoridades a las que ha tratado de chantajear y venderles humo, le jalen la rienda para evitar que siga desbocándose y arrastre consigo a la Reforma Laboral de la 4T.
Veremos que cauce van tomando las cosas cuando a partir de hoy Ayala Almeida intente comenzar a secuestrar el proceso de sucesión en el Único. No vaya a ser que al cuarto para las doce salga con un cambio de señales invocando una “autonomía sindical” y pluralidad que nunca ha ejercido en su vida. Su objetivo es tener un candidato de unidad, como en los viejos tiempos del PRI, sometido a sus intereses pero no a los de la base trabajadora.
No podemos dejar de mencionar que en toda esta confusión sindical, ni el líder de la burocracia ni el titular del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA), Plácido Morales, han informado en lo absoluto del curso que todavía siguen en los tribunales varios juicios de amparo que, de respetarse el Estado de Derecho, deberían primero ser resueltos antes de proseguir con los “madruguetes” electorales. Uno de ellos, violentó la decisión de miles de trabajadores a ejercer su voto libre, directo y secreto.
¿Qué posición adoptarán los secretarios seccionales ante los destrozos y confusiones del menguado tigre de papel que lleva por nombre: Joel Ayala Almeida?
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