Al descubierto el intento de fraude del ex líder
Al finalizar el 2021, la actual dirigencia del Único se enteró que el ex líder, demandó al sindicato el pago de 23 millones de pesos, más intereses, que argumenta pagó de su bolsillo para sufragar el festejo de fin de año de diciembre del 2018; ante este intento de fraude, los abogados de la organización tramitaron un amparo y ahora Ayala Rivero deberá explicar cómo es que tuvo los recursos propios para desembolsar tal cantidad y por qué no había tales fondos en la tesorería de la organización. No se descarta que sea llamado a cuentas para que además justifique el por qué otorgó en comodato por 99 años, el usufructo del Teatro de la República, patrimonio de todos los trabajadores, sin pedirles su consentimiento
El Diván de la Utopía
Por I. León Montesinos
Especial de Cananea TV
Ante de finalizar el 2021, el cuerpo jurídico del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la CDMX (SUTGCDMX), se vio precisado a tramitar un amparo para impedir lo que puede calificarse como un verdadero atraco que pretendía consumar a las finanzas de la organización el ex líder, Juan Ayala Rivero.
La inverosímil demanda que pretende sangrar las finanzas del Único, fue presentada por los abogados de Ayala Rivero aprovechando el impasse de la pandemia, por lo que su existencia tomó por sorpresa a la recién desempacada dirigencia que apenas tuvo tiempo de reaccionar para evitar que el ex dirigente de marras se saliera con la suya.
Sucede que Ayala Rivero demandó al SUTGCDMX por un monto de 23 millones de pesos, más intereses que elevan la suma a los 30 millones, bajo el argumento de que durante los festejos de fin de año celebrados en diciembre del 2018, estando aún en plenas funciones, supuestamente pago con recursos propios el costo de los 6 millones de pesos de la celebración, más 17 millones empleados en la compra de diversos artículos electrodomésticos que fueron rifados durante el evento.
Ya podemos suponer la sorpresa que se llevó la nueva dirigencia al enterarse que aprovechando la falta de representación que prevaleció en el sindicato mayoritario de la CDMX por más de año y medio, tanto por la emergencia sanitaria como por el aplazado proceso de elección tras la anulación de los comicios internos de enero del 2020, Juan Ayala intentó cuajar a la mala y con la mayor de las alevosías y ventajas lo que apunta a ser un verdadero fraude contra la organización a la que, por cierto, nunca rindió cuentas.
Mantener el fraudulento entramado en la mayor secrecía, le hubiera permitido a Ayala Rivero consumar este sucio cochupo para embolsarse 30 millones de pesos y refocilarse con su ilegal auto indemnización.
Pero como no hay crimen ni robo perfectos, el escándalo y una probable contrademanda en su contra serán imposibles de ocultarse ahora que inician las actividades del 2022.
De inicio, el ex presidente del Único debe comenzar por explicar –de acuerdo al supuesto presentado en su demanda–, cómo fue posible que pagara con sus propios recursos los 23 millones de pesos con los que alega, cubrió la totalidad de los festejos de diciembre del 2018.
Por lógica elemental, parece imposible que un líder de medio pelo pueda sacar de su bolsillo 23 millones de pesos a menos, claro, que su cuenta bancaria supere con muchos ceros tal cantidad. Y en tal sentido –concediendo tal erogación–, debe preguntarse a Juan Ayala a cuánto ascendieron sus ingresos al frente del SUTGCDMX como para manejar tales cantidades.
Pero la irregular demanda tiene más de fondo porque para Ayala Rivero, el asunto le abre otro flanco de razonables dudas, pues si como expone en su demanda pagó de su bolsa tal festejo, quiere decir que en los estados financieros del Sindicato no se contaba con tal cantidad. O lo que es lo mismo, los recursos fueron desviados a otros fines.
Todos saben en el Único que tanto la tesorera, Patricia López como su segunda de a bordo, Karla Mendoza, eran gente de todas las confianzas de Ayala Rivero y ahora, de presentarse una contrademanda, deberán explicar por qué no existían en caja los recursos necesarios para la fiesta decembrina del 2018.
Ayala parece tener solo de dos sopas: o retira de los juzgados su descabellada pretensión o se va preparando a ser llamado a cuentas para que rinda un informe pormenorizado de la forma en que empleó los millonarios ingresos del Único.
Tenemos entendido que entre uno de los tantos abusos cometidos con el patrimonio de los más de 110 mil agremiados, Ayala firmó un convenio en Comodato por 99 años del Teatro La República, a favor de uno los productores teatrales de la Familia Varela. Convenio que ahora una tercera persona que trabajó con el icónico clan, busca hacer válido ante la nueva dirigencia.
El desventajoso acuerdo es uno de los tantos abusos de confianza y fraudes en contra del patrimonio sindical del Único, cometidos por el ex líder de marras. ¿Cuánto recibió Ayala a cambió de permitir el usufructo gratuito del Teatro de la República por 99 años?
Otras dudas más saltan alrededor de este intento de fraude a las cuentas sindicales a las que por cierto –¡vaya cinismo¡– Ayala pidió congelar para garantizar su pago de 30 millones de pesos.
Entre estas destacan: ¿Qué tanto sabían de tales irregulares y de la demanda de Ayala sus adláteres pertenecientes a la corriente de los Rojos que lidera César Piña, actual vicepresidente del Único y uno de sus hombres más cercanos?
La sucia maniobra del ex dirigente, no hay vuelta de hoja, deja mal parados a muchos de los miembros de Los Rojos, que ahora deberán deslindarse de su jefe político antes que el escándalo termine afectándoles de manera directa.
La reunión que sostuvieran hace unas semanas estos ayalistas con la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas y a la que acudió Piña con diez de sus secretarios afines, abrió la puerta a diversas especulaciones, sobre todo porque Cuevas ha mantenido un enfrentamiento directo con la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
El albañal que ha quedado al descubierto con el pretendido fraude de Ayala al Único apesta a ignominia, podredumbre y corrupción. Sellos distintivos de un ex líder que pasó sin pena ni gloria y que pretende indemnizarse nada menos que con 30 millones de pesos.
El asunto apenas trasciende y dará mucho de qué hablar. Que ni qué.
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