Inercias Neoliberales Frenan Nuevas Vías del Desarrollo Rural en México

El dilema que debe resolver la 4T

Los cambios en los programas para el campo se modificaron pero dejaron fuera a las organizaciones campesinas, con manos libres para el sector privado; no se ha producido una nueva ruta, ya que se siguió con proyectos apoyados en entrega directa de recursos, “sin intermediarios”. Y otro obstáculo lo representó el cambio del TLCAN al T-MEC. Este último vino a consolidar los acuerdos del TLCAN, con el  compromiso de sacrificar la producción de granos a intereses globales y locales. Con las organizaciones sociales, debe buscarse una Segunda Vía al desarrollo rural

 La Carta Robada

 Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV

  Al inicio del actual sexenio quedaron planteadas las Vías sobre las que se pensaba se caminaría en la concepción del desarrollo rural:

Vía 1.- Estarían presentes las diferentes formas de desarrollar la agricultura, se entiende la presencia dominante de una agricultura como se venía practicando en el neoliberalismo (agricultura industrial) y otras formas como las agriculturas campesinas.

Vía 2.- Dadas las declaraciones, ante las organizaciones campesinas, del entonces candidato a la presidencia de superar la dependencia alimentaria, haciendo énfasis en la  participación de la propiedad social, los ejidos, las comunidades y las organizaciones campesinas para producir en México, lo que el país consume, se abría la posibilidad de una  Vía 2 del desarrollo rural que, basada en la economía campesina e indígena, daría a luz a otro mundo rural que superara  la subordinación del campesinado a la agricultura industrial, controlada por estructuras financieras y de mercados globales.

Ya puesto en marcha el sexenio, empezaron a aparecer obstáculos a la Vía 2: En el nivel macro, como lo sostienen, correctamente, algunos autores keynesianos, se continuó con políticas de corte neoliberal; el aparato administrativo presentó un rostro que decía poco de un posneoliberalismo al que se aspira en el Plan Nacional de Desarrollo.

SE DEJÓ FUERA A LAS ORGANIZACIONES CAMPESINAS

Los cambios en los programas para el campo, se modificaron, pero dejaron fuera a las organizaciones campesinas (con manos libres para el sector privado) y la sustitución con otras formas de organización en el campo, hasta la fecha, tardan en llegar; no se ha producido una nueva ruta, ya que se siguió con programas presupuestales apoyados en entrega directa de recursos, “sin intermediarios”.

Un enfoque orgánico alentado por organizaciones sociales y campesinas

Y un tercer obstáculo lo representó el cambio del TLCAN al T-MEC. Este último vino a consolidar los acuerdos del TLCAN, entre otros los compromisos de sacrificar la producción de granos (a intereses globales y locales) y con ello doblegar a la Vía 2 a prácticas marginales. Incluso poner prácticas de la Vía 2 en manos de la Vía 1, como el hacer de la agroecología negocios en los mercados globales.

 En relación a la Vía 2, hay destellos que se están registrando; acciones, visos muy interesantes y que pueden llevar a salidas, alternativas, que no se están percibiendo en el análisis macro y sectorial de los críticos keynesianos de la 4T. Nos referimos a todo un proceso de articulación de movimientos que involucran acciones ambientalistas, lucha por el agua, por los territorios, la biodiversidad, por el desarrollo de una alternativa real agropecuaria-forestal-pesquera agroecológica, de organizaciones campesinas y movimiento campesinos.

Este proceso de articulación presenta un ángulo muy débil, ya que parecen moverse apartados de las críticas valiosas de lo qué pasa en la conducción macro de la economía mexicana: la inexorable continuidad de políticas y prácticas  dominantes neoliberales en el nivel macro y que desde esa perspectiva, están determinando la realidad de fondo de la agricultura y sus poblaciones, que  colocan subsumiendo los objetivos e intereses de la Vía 2 de la agricultura, con contenidos agroecológicos, a los campos de los poderes económicos y políticos globales y locales.

Un ejemplo de esa articulación viene en la Memoria del VI encuentro de Agroecología y Economía Campesina,  del Movimiento Agroecológico  Mexicano (MAM) que se llevó a cabo en noviembre de 2021, cuyos objetivos destacados son: “ Reunir a integrantes del sector agroecológico y de la agricultura campesina para intercambiar experiencias y conocimientos que permitan visibilizar estrategias para fortalecer la producción agroecológica de alimentos en México, libre de agrotóxicos, por la defensa del maíz y de las semillas nativas, con uso de insumos locales, rentables con menos costos de producción.

ARTICULAR MOVIMIENTOS SOCIALES

Impulsar la colaboración entre organizaciones de productores e integrantes de instituciones académicas y otros actores sociales para construir y transitar a nuevos modelos agroalimentarios y nutricionales para la vida y la salud”. Se apuesta a hacer agricultura, con un manejo adecuado del suelo, agua, bosques, vegetales ya que “… la agroecología revaloriza conocimientos y tecnologías ancestrales, válidos, vigentes y es la forma de hacer agricultura de los pueblos.”

Las distintas rutas del agro nacional

Parte muy relevante  de esta articulación de movimientos que no aparece en el análisis macro-sectoriales de algunos críticos neoliberales de la 4t( no lo contemplan porque tienen intereses en la producción global  y local de alimentos)  es lo que el MAM ha informado: “El 22 de marzo de 2021 diferentes asociaciones de Estados Unidos (EE.UU.) dedicadas a la industria de la alimentación y a la agricultura, dirigieron una carta abierta al secretario del Departamento de Agricultura y a la Representante Comercial de EE.UU., donde manifiestan su preocupación por las decisiones tomadas por el presidente de la República Mexicana(…) argumentan que es un peligro a la importación de sus productos, junto con el decreto publicado el 31 de diciembre de 2020 mediante el cual se elimina de forma gradual el uso del glifosato y se prohíbe el maíz transgénico (…) Dichas acciones son el resultado de una lucha de más de 20 años, de la ciudadanía mexicana y numerosas organizaciones campesinas…”.

Estas luchas están actuales, esta articulación de movimientos está presente y motivada, promovida parcialmente en la 4T lo que se expresa en programas y recursos que, aunque son marginales, se están registrando en el campo, entre los pueblos y las organizaciones. Son acciones que están tanto dentro de la 4t, como por fuera de la 4T.

Las dos Vías del capitalismo en la agricultura están presentes:  la subordinación del campo y de los estratos más pobres a estrategias “superiores” del mercado es muy fuerte.  Pero a nivel del campo también hay esfuerzos poco analizados de acciones que impulsa la Vía 2. Está vía busca abrirse brecha con grupos de clase media, apoyándose en la fuerza campesina, indígena y de afromexicanos, que proponen un modelo alternativo, una vía alternativa a la neoliberal.

El discurso de “inclusión” del campesinado, antes y durante el neoliberalismo fue una farsa, pero ahora esta articulación, no podemos perderla al momento de hacer el análisis. Es una exigencia para los análisis macro sociales en la 4T, ir más allá de las teorías económicas (por ejemplo, las de corte neoliberal y keynesianas que están analizando la problemática rural haciendo énfasis, por ejemplo, en la inflación y las importaciones de alimentos; están anclados, sobre todo los keynesianos, en el momento neoliberal). Es necesario, abordar la situación rural también desde otros campos del saber, como la filosofía y la sociológica, y analizar sus alcances.

 

(*) Doctor en Economía por la Universidad de Chapingo y especialista en temas agrarios.

 

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