El Voto Campesino en México, Crucial Para Desterrar a la Vieja Oligarquía

En el medio rural, partidos solicitan votos sin adquirir compromisos

El actual contexto implica retos muy complejos para las organizaciones y el movimiento campesino, como para la estructura del sistema de partidos y sobre todo para Morena; urge avanzar en la construcción de un nuevo modelo de desarrollo y en la erradicación del viejo régimen; el voto rural, este 6 de junio podría ser contundente en la destrucción del régimen oligárquico

La Carta Robada

Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV

En el libro El Voto Rural, campesinado y democracia, publicado en 2004, por la Universidad Autónoma Chapingo, del autor Emilio L. Gámez, se destacó el papel del campesinado y los indígenas en los procesos electorales, en el marco de un régimen político oligárquico (el poder está en unas cuantas personas, pertenecientes a las elites).

Este régimen podría desaparecer por el ritmo que lleva la 4T y se abren una serie de posibilidades en las sociedades civil y política (nos referimos a estos conceptos como son tratados en la obra de Enrique Dussel) que no tienen comparación, por lo menos en periodos recientes; lo que implica retos muy complejos, tanto para las organizaciones y el   movimiento campesino, como para la estructura del sistema de partidos y sobre todo para Morena.

En este contexto, el voto del 6 de junio (sus consecuencias y configuraciones en el poder) podría ser contundente para la construcción de un nuevo modelo de desarrollo y la destrucción del régimen oligárquico. No por nada, el pronunciamiento (29 de mayo 2021) del Movimiento Campesino Plan de Ayala siglo XXI, demanda: “Vamos por el cambio de régimen político”

Las organizaciones y movimientos deben estar alertas porque las fuerzas oligárquicas están presentes y la coyuntura ofrece, a estas últimas, las condiciones para una recuperación que puede ser durable. El movimiento no ha logrado un consenso crítico que contribuya con firmeza al cambio y carece de reconocimiento en la transformación y no ha procesado esas acciones en el sistema de partidos.

DESTERRAR EL CORPORATIVISMO

En la coyuntura no ha logrado ni alianzas ni los acuerdos necesarios para contribuir a la construcción de una nueva hegemonía (que supere la hegemonía neoliberal) que deje atrás el antiguo esquema gremial corporativo, rasgo distintivo del viejo régimen (que se puede reproducir, sobre todo en la confrontación electoral regional, por ejemplo, con los pactos entre organizaciones y partidos). Por lo que urge la construcción de nuevos esquemas de relaciones entre partidos y los movimientos sociales; sobre todo de estos y sus organizaciones con partidos, para la construcción de un nuevo modelo de desarrollo y erradicación del viejo régimen.

La estructura política actual, base general de las acciones más visibles, pero no las más relevantes, descansa en el sistema de partidos. Decimos que no son las más relevantes, sobre todo porque existen procesos a los cuales, como es la experiencia de Juchitán, Oaxaca, por ejemplo, no se les ha puesto la atención necesaria, ya que muestran nuevos caminos y alternativas, para las actuales necesidades políticas, tanto para las posibles transformaciones de los partidos, como para las organizaciones y el movimiento campesino.

Deben desterrarse los vicios del sistema corporativo

Otras experiencias como la del pueblo Chileno, en el caso de la reciente Convención Constituyente, expuesta en conferencia, al Movimiento Campesino Plan de Ayala Siglo XXI, por el Dr. Walter Molina, enseña que se abren muchas posibilidades de participación en la sociedad política de parte de las organizaciones del pueblo, proceso que cuestionan los viejos esquemas de los partidos.

PARTIDOS SIN PROPUESTAS AL AGRO

Los partidos, en su mayoría, han carecido de respuestas y propuestas ante la situación de los grupos del campo y del movimiento campesino. En las acciones derivadas del sistema de partidos, por ejemplo, en el proceso electoral actual, se observa al campesinado como un grupo-cliente del voto. Los partidos muestran poco interés por propuestas de fondo, y la mayor de las veces, muchas de las prácticas políticas y de expectativas económicas ofrecidas al campesinado, en la coyuntura, se están dando, por parte de los partidos y coaliciones que no forman parte de la 4T, en el marco de las viejas prácticas del régimen oligárquico, que habría que desaparecer, para beneficio de todas las organizaciones, ya que existen condiciones para ello, después del voto masivo que se registró en el 2018, y que ahora, de frente al 6 de junio, ante la embestida del gran capital local e internacional (por ejemplo, The Economist y todo lo que está detrás), habría que redoblar.

Valioso el peso electoral del campesinado contra el neoliberalismo

Algunos miembros de organizaciones campesinas o simpatizantes que participan en Morena, han llevado luchas, sobre todo en la segunda mitad del siglo pasado y hasta la actualidad, por ejemplo, por la materialidad ( defensa de la reproducción material, como el tener qué comer, en qué vivir, entre otras), además de la pelea emancipatoria (por un cambio de régimen político y contra el capitalismo fundamentalmente), aún con ello, el movimiento campesino enfrenta el problema de visibilidad; de reconocimiento del campesinado como estructuras organizadas material y políticamente (En relación al tema de la materialidad y en el caso del reconocimiento, se pueden consultar textos de la Escuela de Francfort).

CAMPESINOS AJENOS A LA ESTRUCTURA DE MORENA

En el caso del partido Morena no ha logrado resolver varios de los retos que señalamos, ni las organizaciones campesinas han logrado reconocimiento al interior de esa estructura partidista, si acaso marginalmente, y en calidad de individuos, pero no abiertamente como organizaciones colectivas y de la sociedad civil. De ahí la gran relevancia de algunas posiciones al interior de Morena, por recuperar los procesos de (y con) los movimientos sociales, incluido el campesino por supuesto. Hoy, por lo pronto, no forman parte de las acciones y políticas determinantes del partido, y existe una exclusión narrativa, que hay que superar. Esos son, desde luego, retos compartidos.

El voto del 6 de junio puede ser el camino para  erradicar para siempre lo que ha sido  muy conocido: en el modelo neoliberal y el régimen oligárquico, en tanto que, los partidos en el poder buscaron una relación con el campesinado desde una perspectiva de subordinación, de control de las masas campesinas e indígenas, por otro lado, el gobierno utilizó instrumentos como el gasto público y el corporativismo, aprovechándose de las carencias de la materialidad de las organizaciones y las familias del movimiento para mantener su hegemonía. Ese dominio se irradiaba en todos los poderes del Estado. Las organizaciones y el movimiento campesino en la búsqueda de soluciones a la materialidad, en ese corporativismo fortalecido por la gubernamentalidad eran víctimas de un régimen oligárquico, que denunciaron permanentemente, lo que permanentemente fue opacado por la impunidad.

 (*) Doctor en Economía por la Universidad de Chapingo y especialista en temas agrarios.

 

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