No más Juanitas ni Manuelitas
El proceso de elecciones intermedias del próximo año, pondrá a prueba la Ley de Equidad de Género que elevada a rango constitucional, establece la obligación de todos los partidos a designar a mujeres en la mitad de sus candidaturas a cargos de representación; hay inercias que las féminas deberán echar abajo para que esto se convierta en la legítima ruta de su empoderamiento
Por Griselda Lozada (*)
Especial de Cananea TV
A unos meses de iniciar la carrera electoral en las 32 entidades del país, para renovar diversos congresos y ayuntamientos estatales, diputaciones federales y 15 gubernaturas, algunos actores políticos ya comienzan a mover sus piezas en el tablero partidista, rumbo al proceso electoral del 2021, que sin duda será clave para el empoderamiento de las mujeres.
Por primera vez en la historia de México, en la elección intermedia podrán acceder a todos los espacios de representación en igualdad que los hombres, sin tener que renunciar o ceder su espacio a sus suplentes o a otros miembros de su partido, como existió en el pasado con las engañosas cuotas de género.
Recordemos el caso de las mujeres conocidas como “Juanitas” y “Manuelitas”, que a pesar de ganar un espacio tuvieron que desistir por la presión de sus partidos para ser sustituidas por hombres, causando un daño severo a la paridad de género y poniendo en evidencia lo fácil que era dar vuelta a las disposiciones legales.
Por ello, el reto por venir para las mujeres de todas las fuerzas políticas no es fácil: por un lado, tendrán que hacer efectiva la Ley de Paridad de Género; y por otro, enfrentarse a ciertos personajes que buscan reelegirse en sus actuales cargos, e incluso de no ser esto posible, piensan colocar a sus esposas como sucesoras para seguir manteniendo el poder en sus partidos y el control en sus ayuntamientos o distritos.
Tal es el caso del panista, Enrique Vargas del Villar, quien pretende imponer a su esposa Romina Contreras, como alcaldesa de Huixquilucan, mientras él, se cabildea con el PRI, PAN, PRD y utiliza como estandarte al Colectivo de Mujeres 50+1 para buscar la candidatura a la gubernatura en el Estado de México.
Una burla al sentido de paridad lo que pretende este camaleónico panista, como también ocurre con muchos otros políticos, pues no entienden que no se trata de manipular a sus parejas ni a ninguna otra mujer para manejar el poder a trasmano, porque tal intención significa una encubierta violencia política, que bajo ningún motivo debe aceptarse.
En tanto, el Partido Revolucionario Institucional, aprovechando el confinamiento del Covid-19, ya copia los modelos de formación política de las mujeres de Morena para capacitar a través de plataformas digitales a facilitadoras en género y empoderamiento de la mujer, a fin de formar a un ejército femenino que dé la batalla a las morenistas.
Sobre todo, ahora que los partidos políticos deberán colocar al 50 por ciento de sus compañeras en los puestos de toma de decisiones en los tres niveles de gobierno, incluyendo los organismos autónomos y ayuntamientos con población indígena, ya que la reforma a la Ley de Paridad de Género, establece que los espacios de poder deben ser ocupados en un 50 por ciento de las mujeres y un 50 por ciento de hombres.
Sin embargo, el hecho de que se tenga una Ley de Paridad de Género no garantiza que las mujeres han alcanzado la victoria; no debe perderse de vista que en las entrañas de algunas fuerzas políticas aún prevalece la misoginia, el machismo y estructuras patriarcales, sobre todo, en aquellos partidos donde subsiste el amiguismo, compadrazgo, el nepotismo y las cuotas de poder, pero no el interés de que las mujeres fortalezcan su liderazgo político y se posicionen.
En los meses por venir, las candidatas que aspiren a un cargo de elección popular tendrán que pelear con la ley en la mano a fin de hacer valer ese derecho que por ley les corresponde para ocupar espacios que habían sido exclusivos de los hombres.
En México, desde 1910 las mujeres han demandado mayor participación política; sin embargo, apenas hace 65 años se les permitió ejercer su derecho al voto. El próximo año no nos sorprenda ver a muchos partidos políticos tomar la bandera del movimiento feminista para posicionar a sus candidatas como una estrategia política más que ideológica.
Recordemos que a lo largo de la historia de nuestro país solo nueve entidades federativas, incluyendo la Ciudad de México, han sido gobernadas por una mujer., pese a que más 50 por ciento de la lista nominal está conformado por ellas.
Si bien es cierto, la pandemia del Coronavirus SARS-CoV2, causante de la enfermedad del Covid-19, paralizó al mundo y obligó a muchas féminas a confinarse con sus hijos en sus hogares, otras desde sus espacios, siguen organizándose a través de las plataformas digitales para ganar la batalla electoral que está por venir.
Aunque se cuenta con una legislatura que impulsó y aprobó esta ley de Paridad de Género, la pelota estará en el terreno de juego de las mujeres a fin de exigir a sus partidos políticos el cumplimiento de la ley para que no se violenten sus derechos como en el pasado. No se trata de ninguna graciosa concesión sino de muchos años de lucha que le han costado al movimiento feminista.
(*) Conductora del programa Cita con la Sororidad de Cananea TV