El gobierno de la CDMX y la directora, Florencia Serranía, deben poner más atención a la vigilancia de instalaciones y talleres, vulnerables a un atentado que pondría en riesgo la seguridad de los millones de usuarios
La Cabina
Por: J. Tonatiuh Pérez Cisneros
Uno de los grandes flagelos del Sistema de Transporte Colectivo-Metro es la seguridad que se le brinda a los usuarios y a las propias instalaciones, a pesar de que los contratos con la Secretaría de Seguridad Ciudadana rebasan los 500 millones de pesos anuales por la prestación de servicios de la Policía Auxiliar, PA, Policía Bancaria Industrial, PBI, aunado a los pocos vigilantes que cuidan el orden en los andenes.
Para muestra un botón: la semana pasada cumpliendo una instrucción de trabajo me dirigí a uno de los talleres del STC- Metro, en un vehículo oficial con la tipografía y cromática correspondiente, al llegar a los talleres nos abrieron las puertas sin preguntarnos nuestro destino, mucho menos mostramos una identificación, pasamos tres puntos más de “seguridad” con los mismos resultados, nos levantaron las plumas sin ninguna objeción y de la misma forma pasamos los mismos puntos de “seguridad” al salir, sin revisar el vehículo.
Es importante resaltar que con anterioridad los policías ya han detectado el robo de piezas y material de los talleres por parte de los Pereznegrón líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo Metro, que dirige Fernando Espino desde hace 40 años, sin que hasta el momento se haya levantado una denuncia ante las autoridades correspondientes mucho menos se ha dado de baja a los involucrados, los hechos han quedado en el olvido y han sido borrados de las bitácoras, hechos que dañan al organismo que dirige Florencia Serranía Soto.
Recorrimos diferentes talleres elaborando las órdenes de trabajo que se nos había encomendado, a pesar de ser trabajadores del Metro, no pertenecientes a esos talleres, ningún Policía Auxiliar nos pidió que nos identificáramos para poner en bitácora nuestras funciones, que por lo regular se nos pide el nombre, completo, expediente y área perteneciente, pero durante la jornada que desempeñamos en los talleres nadie se nos acercó para preguntarnos nuestro objetivo en las instalaciones.
Pero ese taller no es el único que pasa por alto la seguridad de los trabajadores y de las instalaciones, por todo es sabido lo fácil que es conseguir un uniforme del organismo en los diferentes mercados sobre ruedas donde venden objetos robados o uniformes de dependencias de gobierno local y federal, del mismo modo se puede rotular un vehículo con las cromáticas del STC e ingresar a talleres para cometer algún delito.
Creo que la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ha olvidado que el Sistema de Transporte Colectivo Metro es la columna vertebral del transporte de la Ciudad de México y que la seguridad dentro y fuera tiene que ser prioritaria y primordial, que se tiene que redoblar los puntos de acceso a oficinas y talleres para evitar robos y posibles ataques a las instalaciones que hasta el momento se han quedado en hurto de cable de cobre, también por parte de los agremiados de Fernando Espino, y grafitis.
Sabemos que Serranía y Sheinbaum tienen un objetivo muy difícil y se vuelve casi imposible si duermen con el enemigo, esperemos que como usuarios y trabajadores las funcionarias públicas empiecen a redoblar la seguridad para beneficio de todos los que utilizamos el Metro.