Distintos orígenes de lucha; diferentes resultados
Lo que estos procesos muestran es que, sin lugar a dudas, nada sustituye a la organización y lucha de los trabajadores; los petroleros pensaron que alguno de los que decidieron partir en 25 cachitos la contienda, tendrían el apoyo del gobierno mientras en GM de Silao, los ganadores son producto de un largo proceso donde se tejió una nueva alternativa sindical
Por Carlos Guillén Soriano (*)
Especial para Cananea TV
La semana pasada se realizaron dos actos relevantes en la vida colectiva de los trabajadores. El lunes 31 de enero, mediante el uso de una aplicación electrónica para emitir el voto, se realizó la elección de secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), vacante desde hace dos años. El jueves, en un proceso en el que participaron el Instituto Nacional Electoral y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) se citó a los trabajadores de la planta Silao de General Motors, a decidir por cuál de las cuatro opciones sindicales que aspiraban a representarlos, se decidirían.
Los resultados en ambos eventos muestran grandes diferencias, no sólo en quienes lograron la mayoría de sufragios, sino en qué pasó antes de ir a las urnas. En el primer caso, se presentaron 25 candidaturas sin que fueran visibles ni las diferencias entre ellas ni un proyecto sindical claro, que atrajera la voluntad de los petroleros.
Lo novedoso del caso fue la emisión del voto a través de una plataforma electrónica diseñada por la STPS que, según diversas denuncias presentadas por petroleros, no garantizaba la secrecía del voto. Desde el registro de candidaturas, se acusó parcialidad al obstaculizar la participación de algunos aspirantes al tiempo que el candidato oficial, de quien se dice que no debió ser registrado por ser trabajador de confianza, recibió todo el apoyo de un aparato sindical largamente especializado en maniobras antidemocráticas.
CARENCIA DE PROPUESTAS EN LA MAÑANERA
El proceso pasó por breves exposiciones de los candidatos ante el público nacional de la llamada mañanera, que sirvió más para exponer la pobreza o de plano la carencia de propuestas de los candidatos, para convencer a alguien de favorecer con el sufragio a los o las candidatas.
Incluso el candidato que logró la amplia mayoría de sufragios hizo planteamientos que prácticamente se limitaron a decir que realizará lo que cualquier sindicato debe hacer por su propia naturaleza como organización de trabajadores.
El segundo caso es parte de un largo proceso que ya ha pasado por una etapa de organización del descontento obrero, desarrollo de alternativas sindicales, rechazo al contrato colectivo firmado por el sindicato cetemista y la transnacional General Motors y ahora, por la emisión del voto para definir qué sindicato debe recibir la constancia de representatividad.
EN GM TRIUNFÓ UN PROYECTO SURGIDO DE LA LUCHA SINDICAL
A esta consulta se presentó el sindicato que detentó la titularidad del contrato por décadas. El resultado fue claro. Una absoluta mayoría optó por el sindicato nuevo, surgido de la lucha. No prosperaron ni las presiones de los charros ni las de la transnacional; ni siquiera el intento de dividir el voto haciendo aparecer a última hora otro sindicato.
En este caso, lo que sigue es lograr la firma de un contrato colectivo de trabajo, en vista de que el anterior, al ser rechazado por los trabajadores, quedó cancelado. No es una tarea sencilla, ya que se trataba de un contrato que apenas rebasaba los mínimos de ley y, si se quiere mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los obreros, la negociación seguramente será difícil ante una empresa que no vaciló en tratar de evitar el proceso de organización autónoma de los trabajadores. Habrá que ver si la empresa accede a negociar con el nuevo sindicato o será necesario emplazar a huelga para lograrlo.
LA DIFERENCIA ENTRE EL TRIUNFO Y LA DERROTA
La diferencia entonces, no es que hayan ganado en un lugar y perdido en el otro los charros, sino la organización propia de los trabajadores. Mientras unos esperaban que la democracia sindical llegara de manos del gobierno y pulverizaron cualquier posibilidad de victoria en 25 pedacitos, otros invirtieron mucho tiempo en prepararse para (re)conquistar su derecho obrero a ser representados por obreros.
No faltarán quienes atribuyan los resultados a las buenas o malas acciones de la STPS, sin valorar el papel de la organización obrera propia. Queda claro, sin embargo, que la democracia en los sindicatos no llegará de manos de ningún gobierno ni triunfará sólo con buenos deseos o por presiones externas.
Lo que estos procesos muestran es que, sin lugar a dudas, nada sustituye la organización. Por cierto, un tema que en ningún momento se debe soslayar es la independencia sindical, la capacidad de los trabajadores de dotarse de su propia organización sin depender de patrones ni de gobiernos.
(*) Conductor del Programa Reloj Checador de Cananea TV