La denuncia de José Solís Ramírez
José Solís Ramírez, que fuera destituido como rector de la UACH, mediante una asamblea de dudosa legalidad, expuso a los medios el conflicto de intereses que priva en la cercana sucesión donde su efímero sucesor, Ángel Garduño, se ha lanzado como candidato a la rectoría teniendo tras de sí una estela de opacidad por el manejo irregular de más de 180 millones de pesos, razón por la que entabló demandas ante la FGR y solicita auditorías para que retorne la legalidad y se evite que grupos como Antorcha Campesina sigan sangrando los recursos de esa casa de estudios
Por I. León Montesinos
Especial de Cananea TV
La elección del próximo rector de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH) a celebrarse el cercano 22 de marzo, se dará en un ambiente de crisis interna donde se incluyen denuncias por delitos de despojo y usurpación de funciones que ha presentado ante la Fiscalía General de la República (FGR), José Solís Ramírez, el así llamado Rector Estatutario, en contra de Ángel Garduño García, quien lo supliera desde 6 de octubre del pasado año en que arribó al cargo mediante una cuestionada Asamblea, avalada de manera dudosa por una notario de Tlaxcala.
El trasfondo que oculta la lucha por el control de Chapingo, radica en buena parte en los 3 mil 200 millones de pesos de presupuesto que este año ejercerá esa casa de estudios, que al decir de Solís Ramírez, se ha convertido en un botín de grupos como el de Antorcha Campesina que desde hace varios años tiene incrustados en la estructura académica y administrativa a varios de sus miembros.
El efímero rector interino, Ángel Garduño, protestó al cargo por seis meses pero el pasado 15 de febrero renunció para poder inscribirse como candidato a la rectoría, cediendo el puesto a su incondicional, José Francisco Marín Camacho, con lo que el aspirante tomó la delantera al tener a su favor todos los recursos presupuestales.
Ambos personajes están siendo duramente cuestionados en las redes sociales de la comunidad de Chapingo, porque se presume, hay elementos suficientes para cuestionar su honorabilidad académica pues Garduño consintió que Marín se plagiara su tesis para obtener el doctorado.
El primero obtuvo tal grado académico en el 2017, con la tesis: CONSTRUCCIÓN, EVALUACIÓN Y MODELACIÓN MATEMÁTICA DE UN SECADOR SOLAR TIPO INVERNADERO. El segundo obtuvo el mismo grado en el 2020, con el trabajo titulado: MODELACIÓN MATEMÁTICA DE UN SECADOR SOLAR TIPO INVERNADERO.
Pruebas subidas a las redes demuestran que en el contenido de los trabajos hay una clara similitud, incluso en el uso y ángulo de varias fotografías.
De acuerdo a los requisitos establecidos en la convocatoria, los aspirantes deben cumplir con la probidad necesaria para aspirar al mayor cargo de esa casa de estudios, lo que ya ha puesto en entredicho las aspiraciones de Ángel Garduño.
Según lo establecen los estatutos de la UACH, la elección de su Rector debe darse a través de un plebiscito donde participa toda la comunidad ejerciendo su voto libre y secreto, por lo que también se ha criticado el que otros aspirantes busquen ganar las simpatías, sobre todo de la comunidad estudiantil –muchos de los cuales son aún menores de edad–, mediante la entrega de dádivas y la organización de eventos donde se les obsequian bebidas embriagantes. Tal práctica clientelar está prohibida pero los 3 mil 200 millones de presupuesto bien valen la pena violar el reglamento de elección.
De acuerdo a lo externado por José Solís, la Asamblea mediante la cual fue destituido, no cumplió con los requisitos estatutarios pues muchos de los asistentes no formaban parte de la comunidad universitaria. “No defiendo mi cargo sino la institucionalidad”, por lo que pidió a las autoridades y al presidente de la República, “que se revise la legalidad del proceso”, pues el propio departamento jurídico de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), al parecer, ha dado validez al documento apócrifo emitido por la Notario Público No 4 de la Demarcación de Ocampo, en el estado de Tlaxcala, Raquel Beatriz García Lozano, que nunca estuvo presente en el evento del 6 de octubre, pero le dio fe y legalidad.
El Rector Estatutario destacó ante los medios su petición para que se realice una auditoría a la gestión de los “rectores espurios” que le sucedieron en el cargo, para evitar que se le pueda relacionar con malos manejos, pues existe la presunción de que ambos personajes han destinado más de 180 millones para el apoyo tanto de campañas internas como externas.
Dentro del esquema de opacidad con que se han conducido Garduño y ahora Marín, están el manejo discrecional de 300 millones de pesos del capítulo mil, bajo el rubro: “gastos personales”. Lo que habla de la manga marcha para la malversación de recursos públicos con la aparente tolerancia de funcionarios de la SADER.
Pero mientras en la Fiscalía General de la República realizan las diligencias pertinentes a la denuncia presentada por José Solís Ramírez, la que está saliendo afectada de manera directa es la comunidad estudiantil, sobre todo los egresados que se han titulado en el periodo de los “espurios”, pues la Secretaría de Educación Pública (SEP), no está validando los documentos firmados por Garduño, Marín y su camarilla.
Ante tal escenario, se hace necesario que la Auditoría Superior de la Federación (ASF), revise con lupa en qué se están gastando los recursos públicos en la UACH. Con ello seguramente se sabrá qué personajes y grupos son los que disfrutan de los 3 mil 200 millones de pesos de presupuesto, nada menos que en los tiempos de la austeridad republicana.
#CananeaTV #PorqueLaLuchaSigue