México Debe Prepararse a la Crisis Alimentaria que Acecha al Mundo

Produccción de alimentos, tema de interés mundial

El gobierno de AMLO tiene que estar atento con la producción de granos en varias partes del país y debe insistir en superar la dependencia alimentaria que amenaza también a otros países, teniendo presentes los fenómenos geopolíticos y también los asociados a cuestiones climáticas y sus implicaciones en la producción de alimentos, sin perder de vista la existencia de estructuras poderosas, globales y nacionales, para medir la capacidad actual y potencial de la política agropecuaria nacional con el fin de enfrentar a las amenazas alimentarias

 La Carta Robada

 Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV

 Para Jalife-Rahme en su análisis sobre una Amenaza de crisis alimentaria global, que dio a conocer el 21 de marzo de 2022, sostiene que ya hay una crisis alimentaria y que estamos ante una amenaza de crisis global. Expone varios hechos asociados a ese fenómeno mundial, que ya se venían observando en algunos países, como la inflación alimentaria, el precio del petróleo, precio del gas, el tema de los fertilizantes, el conflicto en Ucrania, las sequias en Brasil, en los Estados Unidos y las inundaciones en China, entre otros.

Anteriormente en la Carta Robada hemos expuesto que: En el contexto mexicano y latinoamericano entre los retos que enfrenta la producción de alimentos destaca la fuerte dominación y control del mismo por parte de los países más desarrollados y de grandes empresas que han impuesto sus intereses en la producción de alimentos y en las políticas públicas de los países.

México enfrenta, en la coyuntura, fuertes presiones globales, en cuanto a la producción de alimentos se refiere, por lo que hay que acelerar el paso por la soberanía alimentaria, única salida real ante una crisis.

Trasnacionales del campo manipulan mercado de alimentos

Ante la posición de los adversarios de la 4T hemos comentado en la Carta Robada que: es muy relevante observar, ante este tipo de amenazas, el comportamiento de los precios de los alimentos agrícolas a nivel internacional, como se han venido registrando desde el 2020 los que no son imputables directamente a políticas internas agropecuarias. México, en la búsqueda de alternativas, sí tiene que considerar la evolución de esos precios y sus consecuencias, sobre todo, por sus impactos en los precios internos de los alimentos; escuchar a las organizaciones campesinas, mejorar su programas y producción interna y, sobre todo, acelerar su independencia.

DEBE ALENTARSE LA PRODUCCIÓN DE GRANOS

El gobierno de AMLO sí tiene que estar muy atento con la producción de granos en varias partes del México, y tiene y tendrá que insistir en la superación de la dependencia. Pero es imprescindible separar las partes de la realidad para su análisis y búsqueda de soluciones, por ejemplo, los adversarios de la 4T adjudican los problemas alimentarios del país a los programas de la 4T, ocultando el poder global de los alimentos. México sí tiene que estar atento a la evolución de los procesos comentados como los precios de petróleo, agrícolas y otros y a los reacomodos resultados de la guerra Rusia-Ucrania, y tomar las previsiones necesarias.

Podemos decir que ese es el contexto global, en el caso mexicano, que nos ayuda a analizar el tema que trata Jalife e insistir sobre los retos que enfrenta México ante estas estructuras y comportamientos en torno al tema alimentario mundial, y eso nos lleva, precisamente al análisis de otros elementos que comentamos enseguida y que pensamos son el centro para las soluciones ante este tipo de crisis, contemplando la realidad como un todo y en movimiento, lo cual es crucial para la 4T.

FENÓMENOS GEOPOLÍTICOS A CONTEMPLARSE

En torno a esa amenaza, en el caso mexicano, pero también para otros países, es muy importante observar que hay que tener presente los fenómenos geopolíticos y los asociados a cuestiones climáticas y sus implicaciones en la producción de alimentos. Pero, sobre todo, hay que enfocar la existencia de estructuras muy poderosas globales y nacionales, que es en donde podemos medir la capacidad actual y potencial de la política agropecuaria del país para poder hacer frente a amenazas alimentarias.

Por ello es importante: a) tener presente fenómenos  asociados al tema alimentario como el poder global de los alimentos de países y empresas transnacionales  que tienen intereses no sólo en México, sino a nivel mundial,  que impactan a México  y que están vinculados a la estructura productiva, financiera, comercial y en general de la política agropecuaria  mexicana;  b) Observar que México se encuentra en una transición, en un cambio que varios grupos simpatizantes con la 4T (y funcionarios que desde el interior de las dependencias de la 4T) impulsan en el caso de la agricultura y la industria; la lucha por una verdadera nutrición de la población, distinta a la desarrollada en el modelo neoliberal.

Además; c) Esas luchas se dan en muchos campos, por ejemplo en el  legislativo; d) Observar que se pelea por otro tipo de agricultura, como la agroecología, que se enfrenta a estructuras de poder en el campo de la ciencia, en el campo del poder económico, así como del poder político, que le dan vida a la  agricultura industrial, muy nociva, que han sostenido esas estructuras de poder global y local; e) Tener presente que también simpatizantes de la 4T  han visto en este proyecto muchas posibilidades de que los cambios que se requieren en el medio rural tienen que ir acompañadas de las clases, actores, grupos centrales, como  lo son el campesinado y los indígenas y que, precisamente todas las fuerzas o procesos mencionados globales y del neoliberalismo mexicano, han golpeado cruelmente a estos actores, a estas clases rurales, minimizando su potencial productivo.

Granos básicos en la autosuficiencia agropecuaria

Diríamos que es esta estructura global y sus expresiones parciales, donde es clave enfocar las contradicciones que el pueblo mexicano tiene que confrontar para que el país logre su independencia y su autosuficiencia alimentaria.

Todos estos procesos se entrelazan y determinan, hoy por hoy, la producción   alimentaria en México. Las recurrentes crisis alimentarias de los últimos años y que han impactado al pueblo tienen sus causas principales en esas poderosas fuerzas globales y locales, a lo cual se adicionan las peculiares formas de las estructuras de los mercados de todo tipo que en México controlan las tasas de ganancia de las diferentes sectores comerciales e industriales que determinan los precios de los alimentos.

Se adiciona ahora la guerra que está determinando el  reacomodo  de los intereses internacionales, el comportamiento de precios y no exactamente la oferta y demanda de los consumidores, que al final del día , sus posibilidades de acceder a alimentos están determinados por esas fuerzas; hoy de la guerra, pero permanentemente,  la de los intereses de varios países de las industrias de los alimentos.

El gobierno mexicano tiene entonces, ante fenómenos multifactoriales, que afectan a la alimentación del pueblo, que buscar, en campos muy diferentes, soluciones nada fáciles. A diferencia de gobiernos anteriores, que seguían la inercia de este tipo de fenómenos que se han repetido durante décadas, una y otra vez, ahora existe la posibilidad de rescatar a México de esos intereses que han estado limitando su desarrollo y esquilmado a su población.

(*) Doctor en Economía por la Universidad de Chapingo y experto en temas agrarios.

 

 

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