Historias de la vida real. México, hoy.
Hace un par de meses leí una nota acerca de que el gobierno de la 4t iba a hacer que las empresas que tienen plataformas de ventas en línea (como Mercado Libre, Amazon, Kichink y muchas otras más), iban a pagar impuestos pues varias de ellas son extranjeras y, supuestamente se estaban llevando grandes tajadas de este negocio hacia otros países. El día primero de junio, sin previo aviso por parte de las plataformas, amanecimos con que, en realidad, estas empresas se van a dedicar a recaudar impuestos para el gobierno. Por medio de retenciones de IVA e ISR, que varían entre un 12 a un 36% del total de la venta y, contrario a lo que se podría pensar, y a lo que predica este gobierno, la cosa va como sigue: a quienes no tienen RFC les descontarán de su venta un 36% (aquí podemos poner a quienes, desde su casa, fabrican o consiguen algo para vender en línea, es decir, gente de pocos recursos); después van, con un 12%, las personas físicas con actividad empresarial (aquí están los pequeños empresarios que no pueden tener una empresa como tal pero están dados de alta y pagan impuestos) La alta competencia en estos sitios hace que las utilidades varíen entre un 5 o 10%, los más afortunados logran un 15% con lo que, todas estas personas fueron, de la noche a la mañana expulsados del negocio.
El diálogo que tenemos con nuestros homólogos en TODOS los casos, está en el sentido de: se acabó mi negocio, buscaré a ver qué hago y así por el estilo. Pero, dirán ustedes: “se trata de una retención, no de un cobro de impuestos…” y sí, al final del mes, las plataformas te extenderán un documento para que, si corresponde, solicites la devolución del dinero a tu contador. Pero, primero: quienes no están dados de alta no pueden acceder a este derecho (es decir, hacienda le está cobrando impuestos a alguien que no está en la base de contribuyentes -aunque si pagaron IVA al comprar la mercancía, por lo cual tendrían derecho a recuperar una parte-) y segundo: al plantear la situación a nuestra contadora, poco menos que se tiró al suelo de la risa pues nos dijo: podrías solicitar la devolución pues se trata en muchos casos de duplicación de pago de impuestos, sólo que eso se hace a principios de año, es decir que lo que te retienen, así sea en enero, sólo lo puedes solicitar al siguiente año, hasta ahí uno diría: bueno pero te lo devuelven… o no? Pues ahí está el quid del asunto pues, aparte de ponerte en la mira de auditorías o revisiones, es casi imposible acceder a las devoluciones pues quienes lo logran son empresas grandes que meten abogados y demás.
Lo que llama más la atención es lo siguiente. Como ya expliqué los primeros en ser sacados del negocio de las ventas en línea son las personas de más bajos recursos, es decir primero los pobres, luego los pequeños y medianos empresarios, muchos de los cuales, lo sabemos de primera mano, están quebrando ya pues entre la retención y las casi nulas ventas ya no han podido continuar con sus operaciones. Ah, pero ustedes me preguntarán: le han de haber pegado más fuerte a las grandes empresas… o no? Pues está es la respuesta: para las SA hay CERO retención de impuestos. Ah, chingá! No es posible… pos sí, para las SA, nada… pueden seguir operando como siempre.
Esta triste historia tiene el siguiente colofón: ayer me enteré por un chico que trabaja con nosotros y que, para equilibrar su presupuesto, trabaja los fines de semana como repartidor de RAPPI, le llegó el siguiente aviso: las plataformas de entregas a domicilio, al ser consideradas como de venta en línea, también van a hacer la mencionada retención. Así que a nuestro compañero le van a quitar de su comisión el 36%!!!! Y aquí sí ya sólo pude decir: hijos de su pinche madre! Pinche gobierno culero! Qué poca madre, Raterazosssss!!! Desgraciados hijos de puta! Es que no mameees! Se están yendo contra quienes menos tienen!!!
Nuestro compañero nos preguntaba sobre la posibilidad de darse de alta lo que, en principio le costaría 3 mil pesos al mes del obligado contador y ya con eso desistió de esa idea. Así que, ahora, de la noche a la mañana va chingarse en su bici todos los fines de semana para ganar un 36% menos y ver cómo su dinero se tira, ahora sí que literalmente en barriles de petróleo que pierden dinero, en trenes que a nadie importa, en aeropuertos inviables y demás gastos disparatados que él no autorizó.
Lo sé porque platico todos los días con vecinos del barrio y colegas de profesión, que historias como ésta, con sus variantes, son hoy, el pan de cada día.
Pobre Mexiquito!
Escrito por: Ernesto Masso