Urge una definición del modelo económico
En rubros como el gasto público, no se ha definido un camino claro; la lucha contra la corrupción no es una salida permanente para su solución, ni el achicamiento de la burocracia puede ser fuente de recursos durante todo el sexenio. En la discusión del modelo de desarrollo, está el centro de la supervivencia de este proyecto, porque el gasto sólo del Estado mexicano no es suficiente para levantar la economía
LA CARTA ROBADA
Por Emilio López Gámez(*)
Especial para Cananea TV
En la obra de John Maynard Keynes Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, está expuesta una de las teorías más poderosas sobre el gasto público. La principal conclusión de su análisis es una apuesta por la intervención del Estado y el énfasis de los impactos de la inversión vía el gasto público. Argumento central de la teoría es que la causa real del desempleo es el insuficiente gasto en inversión.
Contrario al planteamiento de Keynes, Milton Friedman en sus obras, entre otras, Capitalismo y libertad, critica la intervención del Estado y el papel del gasto público. Argumenta generan inflación dado que la combinación de varios mercados como el de trabajo, el de activos financieros etc., generan un proceso que nulifica el impacto del gasto público. Estos argumentos han sido la base para la reducción de la intervención del Estado y promoción de la austeridad estatal de los gobiernos neoliberales y gobiernos militares que asesoró como el de Pinochet.
Los argumentos de Keynes y Friedman así como de otros científicos de la sociología y la economía, se encuentran ligados a una reflexión que no se ha dado en México, sobre el modelo de desarrollo. La temática sobre el modelo alcanza grandes vuelos porque está estrechamente ligada a lo que sucede en la 4T, en los conflictos más relevantes nacionales como el presupuesto, y su relación con la crisis económica y de salud, y tiene fuertes implicaciones en el campo del sistema político y particularmente lo que pasa en Morena. En México, la mayoría de los gobernantes, analistas, académicos, dirigentes sindicales, campesinos, diferentes grupos subalternos, parten de las ideas emanadas de esas teorías.
Lo anterior es precisamente lo que ha estado detrás-de la corta vida de la 4T- de las renuncias y las críticas de varios exsecretarios de Estado. Eso nos lleva a argumentar que la principal tarea pendiente en la 4T es el debate sobre el modelo de desarrollo económico, y el sistema político. Esa ausencia tiene ya fuertes implicaciones que se ven a simple vista, por ejemplo, en la relación del gobierno con el capital nacional y extranjero, y en el campo político como, por ejemplo, lo que sucede en la contienda de Morena y la divagación sobre ejes centrales del modelo de desarrollo. Si no se tiene un horizonte histórico, si no se definen los ejes de un modelo de sociedad; si en los diferentes campos problemáticos de la sociedad no hay posiciones claras, los problemas en la 4T se seguirán registrando. Esa indeterminación no hace la diferencia con otros partidos. Esto, dicho de esta manera, es la base de las críticas de Víctor Toledo ( “…este gobierno de la 4T está lleno de contradicciones y esto se expresa en las luchas de poder al interior…”); crítica también de gente que cifró esperanzas en AMLO.
Algunos de los temas que en la coyuntura se están presentando, pero que tendrán repercusión para el 2021,2024, en las próximas décadas y que guardan una relación fibrosa con el tema del modelo de desarrollo son los siguientes:
1.-Poner en el centro la corrupción como el principal problema del desarrollo social no es una salida sostenible económicamente en el mediano y largo plazo. No es salida el echar mano de los recursos que de ahí se obtengan para levantar la economía. No es alternativa para una política sexenal, porque resultaría que en el seno del mismo se desarrollaría permanentemente un mal, contra el cual se decidió luchar. Presenta, por otro lado, un ángulo político que no se analiza aquí.
2.-En cuanto al gasto público, en la 4T, no se ha definido un camino claro, definitivo, contundente; la lucha contra la corrupción, no es una salida permanente para su solución. El achicamiento de la burocracia no podrá ser fuente de recursos durante todo el sexenio. Esa discusión pendiente sobre el modelo de desarrollo, está en el centro de la supervivencia de este proyecto, porque el gasto sólo del Estado mexicano no es suficiente para levantar la economía. Debatir este tema con estos y otros ejes es una tarea impostergable, para el bien de la sociedad.
3.-La narrativa de la separación entre el poder político y económico no es un slogan. Pongamos, para ejemplificar, solamente dos alternativas: uno, la necesaria definición de nuevas reglas entre gobierno y los diferentes grupos del capital; es un proceso que no se ha dado. En México ese es el camino que se sigue (pero el capital argumenta incertidumbre). Dos, en Bolivia, las relaciones del poder se invirtieron en lo económico, el capital privado y su papel fue sustituido por el Estado. Este no es el camino de México, pero algunos grupos de derecha atizan este tipo de fuego.
4.- La política y el modelo. La indefinición, generalidad, de un modelo de desarrollo para la 4T, hace estragos. No hacemos una buena lectura de lo que pasa en Morena si pensamos, por ejemplo, que los capitales locales e internacionales están desinformados de esa indeterminación del modelo (véase, las opiniones en los medios de comunicación y sus preferencias por alguno de los grupos punteros que están en la contienda). Por lo tanto, el nivel del debate tanto ante la sociedad como al interior, sería diferente si se tuvieran muy claros los contenidos de los ejes del modelo al cual se aspira (medio ambiente, gasto público, inversión local y externa, deuda, grupos subalternos etc.). Lo más relevante es que, todo lo anterior, es un asunto de todos los mexicanos.
(*) Economista y Doctor por la Universidad de Chapingo, especialista en temas agrícolas