¿Una herencia del proceso de colonización e independencia de México?
Por Rubén Reyes
Hace un par de días llegó a mis manos un texto titulado “Las revoluciones hispanoamericanas” de John Lynch, que expone las situaciones socio político económicas, sucedidas sobre todo en la segunda mitad del siglo XVIII. En dicho texto se nos expone un sistema en el que los españoles peninsulares y los españoles criollos, principalmente, ocupaban los puestos de más privilegios, siendo todos los miembros de estos grupos sociales, de piel blanca. Simultáneamente, en las periferias del orden social, por supuesto, estaban las personas de los pueblos originarios y las personas de descendencia afroamericana, quienes formaban parte del todo, pero sólo como esclavos y esclavas. Se explica en el texto, que el hecho de tener piel blanca implicaba ya una posición social de privilegios, manteniéndose concentrado o centralizado el poder político, clerical y militar, en estas personas.
En esas sociedades, que se hacían cada vez más independientes de la corona española, se generan, como en toda sociedad, reglas de conducta que en un punto se llegan a reconocer como obligatorias. Una de estas reglas fue la de privar de derechos a la gente de color. Así pues, se nos narra que surgió la nueva raza mestiza, y la gente de color fue creciendo en número, y surgieron mestizos que de a poco en poco se hicieron con cargos públicos, y, en fin, ya se estaban gestando los movimientos de independencia, siendo esta jerarquía del color, o sistema de castas, cómo se menciona en el texto, un aspecto fundamental en dicho proceso de gestación. Pero ¿Las revoluciones de independencia significaron, de alguna manera, la disolución de las jerarquías del color, o del sistema de castas? Mi respuesta es que no.
Hoy en día nuestra situación es más compleja. Hoy puedes ser una persona de piel oscura en E.U.A y llegar a ocupar la presidencia. O puedes ser de descendencia Indígena y llegar a ser presidente de un país de Latinoamérica. Sí, es cierto, y sin embargo, intuitivamente por lo menos, comprendemos que existen o están en juego, diversas posiciones sociales, determinadas por todo un contexto, que a la vez, determinan nuestras expectativas de vida, y sin embargo, el color de nuestra piel sigue siendo un elemento decisivo que incluso, es necesario decirlo, atraviesa todos los campos de la vida humana, y por tanto, afectan todas nuestras relaciones y oportunidades en la vida.
Basta con un par de ejemplos para poner de manifiesto el racismo de la gente que vive en México. Resulta que en México tenemos el caso de los Zapatistas, o EZLN, quienes el 1 de diciembre de 1993 escribieron: «Obreros, campesinos, estudiantes, profesionistas honestos, chicanos, progresistas de otros países, hemos empezado la lucha que necesitamos hacer para alcanzar demandas que nunca ha satisfecho el Estado: trabajo, tierra, techo, alimentaci6n, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz. Llevamos caminados cientos de años pidiendo y creyendo en promesas que nunca se cumplieron [ … ] Nuestro pueblo sigue muriendo de hambre y de enfermedades curables, sumidos en la ignorancia, en el analfabetismo, en la incultura. Y hemos comprendido que, si nosotros no peleamos, nuestros hijos volverán a pasar por lo mismo. Y no es justo. La necesidad nos fue juntando y dijimos basta».
Mientras esto se escribía en las sierras chiapanecas en los noventas, en los centros de las ciudades se anunciaban en la televisión cremas para aclarar la piel, y los mismos zapatistas tuvieron que hacerse de un vocero de piel blanca y ojos de color claro para ser escuchados. Otro caso reciente es el de los 43 estudiantes de guerrero, caso sobre el cual se cuestiona la escritora mexicana Alma Delia Murillo ¿Qué hubiera pasado si esos 43 estudiantes hubieran sido de una escuela particular y de piel blanca? “El país se paraliza”.
Sí somos racistas en México, pero ¿Este racismo es herencia del proceso de la colonización e independencia, del virreinato, o más bien, además de nuestro pasado histórico, nuestro presente tiene ya otras fuentes que siguen perpetuando el racismo incipiente que se expande y enraíza en nuestros corazones?
Espita, Yucatán, Domingo 11 de Abril del 2021