La sorpresiva reaparición del ex líder del SUTGCDMX, el pasado 7 de abril, pidiendo la cabeza Sergio Antonio López Montecino y del dirigente de la Sección 2, Jacinto Gaona, despertó toda serie de suspicacias y puso de relieve la fractura interna que priva al interior del Directorio que maneja a su libre albedrío el líder de la FSTSE, Joel Ayala Almeida; como resultado de la fallida “insurgencia”, las bases echaron del evento a Juan Ayala, en medio de rechiflas y recordatorios familiares, dejando mal parado a su incondicional, César Piña
El Diván de la Utopía
Por I. León Montesinos
Especial de Cananea TV
Las lecturas que sigue arrojando la inusual reaparición del ex líder del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la CDMX (SUTGCDMX), Juan Ayala Rivero el pasado 7 de abril en un evento donde –auxiliado por incondicionales– enfiló un ataque frontal contra el hasta hace unos días titular de SACMEX, Sergio Antonio López Montecino y el dirigente de la Sección 2 de Operación Hidráulica, Jacinto Gaona, conducen al mismo despeñadero por donde asoman la descomposición y crisis interna en que ha entrado el Directorio de la FSTSE, que desde enero del 2020 ostenta una cuestionada representación de más de 110 mil trabajadores de la CDMX.
Gaona forma parte de los acuerdos aliancistas pactados con Joel Ayala Almeida y el grupo de César Piña para impedir por todos los medios el reconocimiento como ganador de los comicios de enero del pasado año del líder de la Sección Uno y candidato de la Planilla Azul, Hugo Alonso Ortíz a cuya corriente traicionó cautivado por la promesa incumplida de Montecino, entonces Director de Administración de Personal, de lanzarlo como el candidato oficial.
Al interior del Único es conocida la inquebrantable lealtad que Piña le guarda al defenestrado Ayala Rivero, por lo que seguramente el ensayo de rebelión de su jefe y amigo contra Jacinto Gaona, al que tratan de dinamitar la extensión de su periodo que concluyó en marzo pasado, no puede ser minimizado por líder de la FSTSE, pues ello implicaría acrecentar el descontento y la falta de mando que ya impera en el cada vez más fracturado Directorio.
En anteriores entregas, comentamos en este espacio que la instrucción de la Jefa de Gobierno fue que todos los secretarios seccionales que concluyeron sus periodos en medio de la pandemia del Covid-19, ampliaran sus periodos hasta en tanto no existieran las condiciones necesarias para realizar elecciones, garantizando ante todo la salud de los trabajadores. Disposición de la que sacó provecho Ayala Almeida para hacer creer a los líderes del Único que era por su intermediación que se les estaba otorgando tal periodo de gracia. Es decir, les ha querido cobrar el supuesto favor.
Lo lógico era suponer que Gaona sería beneficiado en automático con su ampliación, pero entonces, ¿por qué el titular de la FSTSE no salió en su defensa y puso quieto a Juan Ayala y de paso al líder de la Sección 4, César Piña? ¿Acaso se hizo de la vista gorda para cobrar ciertas afrentas a su antes aliado, el chileno López Montecino?
Para aderezar una interpretación más a las diversas conjeturas del sorpresivo hecho registrado a las puertas de SACMEX, no faltan quienes tratan de colgarle el Sambenito al “renacido” René Bejarano, cuyo esbirro, Miguel Ángel Vázquez, se encuentra en calidad de indiciado en uno de los reclusorios capitalinos, y ligado a Juan Ayala por una larga cadena de tropelías.
Quienes así piensan, estiman que diversos grupos políticos saben del potencial de votos y recursos que guarda el sindicato mayoritario de la CDMX, y por eso valoran apostar sus cartas para tenerlo como valioso instrumento y aliado político a sus planes futuros.
Si Ayala actuó por iniciativa propia –lo que dado su escaso I.Q se antoja difícil–, ya comprobó en carne propia lo que sintió el envalentonado “Perro de la Tía Cleta”, cuando salió a ladrar por primera vez. Los videos subidos a las redes mostraron el rechazado generalizado de las bases a éste saltimbanqui que sirvió de tapete a los intereses políticos del ex Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
Apenas le pasó el micrófono una de sus subordinadas en SACMEX conocida como “La Prieta”, y le comenzaron a llover las rechiflas al grado que una trabajadora lo interrumpió para recriminarle la promesa que hicieron a miles de trabajadores del llamado Código 469, el entonces Jefe de Gobierno, el desaparecido Leonel Luna y Juan Ayala, en un evento del Zócalo Capitalino, para basificarlos luego de seis meses. Situación que nunca se dio.
Si de tomar el pulso a los trabajadores se trataba, el resultado fue de un absoluto fracaso para Ayala y, en su caso, para sus promotores. El ex dirigente que se comenta en SACMEX solo se presenta a checar tarjeta tres veces a la semana, sembró demagogias y ahora cosecha, en justicia, abundantes recordatorios familiares.
Y de hecho, tuvo que abandonar el evento ante los caldeados ánimos de unas bases que no se cansaron de recriminarle que en su papel de “charro sindical” se dedicó a hacer negocios y vender plazas, pero no a defender a los trabajadores.
La fractura que su inesperada aparición va a causar en el Directorio de la FSTSE es inevitable porque César Piña deberá explicar no solo a Joel Ayala sino a Gaona y al resto de sus aliados, la posición beligerante de su Jefe Político. El golpe contra el líder de la Sección 2 fue directo y no puede zanjarse con una simple disculpa.
Como daño colateral, las aspiraciones de Piña para encabezar una probable candidatura se verán seriamente afectadas porque es claro que sigue teniendo atado al cuello el cordón umbilical de Juan Ayala. Y un aspirante con esas características no inspira confianza a nadie.
En las redes sociales no ha pasado desapercibido para los sindicalizados del Único, que tanto Joel Ayala como los miembros de su cada vez más debilitado Directorio, ya no ha dicho una palabra sobre su peregrina idea de impulsar un nuevo organismo que sustituya a la CAPTRALIR, como tampoco han hecho olas con la petición de negar la ampliación de su periodo a Gaona, como lo plantearon Juan Ayala y sus aún subordinados.
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en una de sus conferencias mañaneras que tras concluir el proceso electoral de junio próximo, se procederá a zanjar las elecciones pendientes en todos los sindicatos. Y a cómo se ven las cosas en el Único, como responsable del Directorio, Joel Ayala cometió el grave error de dedicarse a engordar sus bolsillos con el opaco manejo de las cuotas sindicales, pero no así a la “caballada” de sus probables candidatos que como se ve cada día está más flaca, dividida y desconfiada.
Por su parte, los once secretarios que continúan afines al dirigente de la Sección Uno, Hugo Alonso Ortíz, esperan que surja una nueva convocatoria para demostrar una vez más de parte de quién está el voto mayoritario, libre, directo y secreto de los miles de agremiados. Método que deberá ser garantizado por las autoridades del GCDMX, tal y como lo establece la Reforma Laboral de la 4T y el Capítulo Laboral del T-MEC.
Eso sí, conforme pasan los días, los aullidos y gemidos del reciclado “Perro de la Tía Cleta” son cada más débiles e imperceptibles en el Único.