Importaciones de maíz, menores en la 4T a las del sexenio de Peña Nieto
Los adversarios de la 4T, tratan de emplear un supuesto aumento en las importaciones de granos como el maíz para presionar la asignación de presupuestos a las grandes empresas, cuando este concepto fue mayor en el sexenio de Enrique Peña Nieto; los defensores del modelo neoliberal, además acusan falta de resultados y de productividad de los programas Precios de Garantía y Producción al Bienestar, destinados a pequeños productores, con el objetivo de seguir gozando las canonjías de pasados gobiernos
La Carta Robada
Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV
En la obra Epistemologías del sur (perspectivas) de los autores Boaventura de Sousa y Paula Meneses, sostienen que la epistemología, que es la parte de la filosofía que estudia los métodos del conocimiento “…no debe incidir sobre los conocimientos en abstracto, sino sobre las prácticas de conocimiento y sus impactos en otras prácticas sociales”.
Para este enfoque se ha generado en el capitalismo “…una dominación epistemológica, una relación extremadamente desigual entre saberes que ha conducido a la supresión de muchas formas de saber propias de los pueblos y naciones colonizados, relegando muchos otros a un espacio de subalternidad”.
Hablar de epistemología, en un acercamiento a las sociedades rurales, es hablar entonces también de clases rurales, de sujetos rurales, de actores y su relación con la formación del conocimiento, de sus prácticas del conocimiento, de sus prácticas sociales y de cómo estas se expresan en la política agropecuaria.
En el contexto mexicano y latinoamericano los retos que enfrenta la producción de alimentos presenta diferentes enfoques, diferentes formas de conocimiento, con una fuerte dominación y control del mismo por parte de los países más desarrollados y de grandes empresas que han impuesto sus principios en la producción de alimentos y en las políticas públicas. México enfrenta en la coyuntura fuertes presiones en cuanto a la producción de alimentos se refiere.
INFUNDADAS CRÍTICAS A POLÍTICAS RURALES DE LA 4T
Con insistencia, los representantes de los campos del poder económico y político han venido cuestionando la política agropecuaria de la 4T, con el objetivo de fijar con mucha fuerza que son sus métodos, sus conocimientos, los que deben conducir las políticas públicas rurales. Sus críticas se han enfocado para sostener que las importaciones, sobre todo de granos, son producto de las políticas agropecuarias y sociales aplicadas en la 4T.
Uno de los argumentos de los adversarios de la política agropecuaria actual, hablando de las importaciones de granos y sobre todo del maíz y sus impactos en la alimentación de los mexicanos fue durante casi todo el año 2021, pero con agudeza en la segunda mitad del año, cuando se define el presupuesto rural, que México lograría un record en la importación de maíz, anunciando una importación de 17 millones 900 mil toneladas.
Sin embargo, las cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) –con información para diciembre del 2021–, presentaron un informe mostrando que las importaciones alcanzarían la cifra de 16 millones 500 mil toneladas aproximadamente.
MANIPULACIÓN EN CIFRAS DE IMPORTACIÓN DE ALIMENTOS
Con ello, las cifras (en toneladas) de las importaciones de maíz, en los primeros tres años del gobierno de AMLO, son mejores a los datos sobre importaciones que presentó en sus primeros tres años Enrique Peña Nieto. Hay que recordar que las importaciones de maíz para el último año de EPN alcanzaron la cifra de 17 millones 186 mil toneladas. Y en los dos primeros años de AMLO hay un promedio de 16 millones de toneladas de importación.
Manejar las importaciones como un factótum para explicar qué sucede en el caso del maíz, excluyendo la relevancia de otras variables, no es el mejor camino para conocer la realidad. Otras variables son decisivas para explicar las importaciones que encuadran en un contexto adverso: como el tipo de cambio, incremento de los precios internacionales del maíz (que han aumentado el valor de las importaciones), el consumo aparente (sobre todo el crecimiento de la población), la oferta mundial del producto, los acuerdos comerciales, factor determinante es el aumento de la demanda (China), las presiones de las asociaciones globales de los alimentos en las políticas nacionales, y sobre todo los impactos de la pandemia, entre otros.
Esto indica que hay un reto para el 2022 en la producción de granos para la 4T. Pero no se deriva de ello que los programas en la 4T “no han dado resultado”, ya que hay otros factores involucrados, incluyendo la pandemia.
Para los adversarios de la 4T, los programas Precios de Garantía y Producción al Bienestar para pequeños productores no han dado resultados, pues no promueven el aumento de la productividad. Aquí hago énfasis en esta opinión para destacar dos aspectos, el tema presupuestal y el tema de los pequeños productores.
Se observa que, analizando el caso de las importaciones de maíz, de acuerdo a las cifras obtenidas, éstas no tuvieron la magnitud que venían argumentando, durante toda la segunda mitad del 2021, los adversarios de las políticas de AMLO, por lo que observamos que el interés estaba, en el fondo, en criticar el presupuesto para el año 2022 del gobierno federal, magnificando el tema de las importaciones para insistir en volver a los privilegios que estos grupos tuvieron durante todo el periodo neoliberal.
GRANDES EMPRESAS PELEAN CANONJÍAS PRESUPUESTALES
Los que, por otro lado, han sostenido una narrativa basada en teorías del neoliberalismo, que hacen énfasis en el egoísmo del individuo y el interés personal que debe estar detrás de toda empresa, por ejemplo, característica central de los programas de la política agropecuaria que se practicaron hasta por lo menos el 2018, que envió cuantiosos presupuestos a las grandes empresas.
De acuerdo al conocimiento generado en las universidades y Centros de investigación dominadas por el pensamiento único no pueden tener visibilidad ni credibilidad (por ejemplo, en la producción de alimentos) las prácticas de la pequeña agricultura, la de las clases y los pueblos que han sido subsumidos, explotados y oprimidos por el capitalismo.
En México esa ha sido la realidad de los indígenas y del campesinado. En el fondo los argumentos de los críticos reúnen varios aspectos: uno, hay, sostienen, cifras “record” en las importaciones (aquí habría que separar el valor de las compras y el volumen); dos, los programas de la 4T no han dado resultado y tres, cuando señalan que los programas son “para pequeños productores”.
Ocultan esos críticos que las importaciones, en el neoliberalismo, crecieron increíblemente, cuando los programas estuvieron dirigidos a ellos y al tipo de agricultura industrial que practican. Y descalifican el conocimiento que sobre prácticas agropecuarias han desarrollado el campesinado y los indígenas que proveen de alimentos al 70% de la población mundial y que permiten acrecentar la voluntad de la transformación social, empezando con una producción sana de alimentos.
(*) Doctor en Economía por la Universidad de Chapingo y experto en temas agrarios.
