El Neoliberalismo No Ve a los Campesinos como Productores sino como Pobres

Para el capitalismo, la población rural es sinónimo de pobreza

Por décadas, la visión capitalista en las políticas rurales propuso la existencia de programas sociales para atender a las necesidades de los “pobres”, y otros muy distintos para impulsar la producción del sector privado, con lo que se buscaba etiquetar a los campesinos como pobres y no como productores; ahora, proyectos como para las Jornadas para la producción para el autoconsumo abren el camino de una agricultura distinta que rompa el esquema dominante

 La Carta Robada

 Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV

Hay dos expresiones públicas de política económica nacional y de política agropecuaria particularmente, cuyo análisis es fundamental para la comprensión del proceso de transformación de la 4T.

Las dos expresiones forman una sola, pero expresan características políticas y económicas diferentes: a.- Paquete contra la inflación y la carestía, b.- Jornadas para la producción para el autoconsumo. El paquete contra la inflación fue presentado en palacio nacional y fue el Secretario de Hacienda, ante grupos privados y las grandes empresas asociadas a la producción y distribución de alimentos, quien explico las ideas centrales. Por otro lado, en las jornadas para la producción para el autoconsumo, se ha presentado en diferentes regiones del país y fueron directamente las Secretarías involucradas en la producción de alimentos las que explicaron su contenido. En ambos eventos se observó una participación marginal del campesinado o grupos u organizaciones que los representaran.

LA IMPORTANCIA DE LAS JORNADAS PARA LA PRODUCCIÓN

En ese contexto podemos ubicar situaciones internacionales y nacionales, que están directamente o indirectamente asociados a la problemática que aquí comentamos, que es imprescindible ubicar: a.-Guerra Ucrania- Rusia b.-Incremento internacional de precios de los granos (maíz) c.- Amenazas de una crisis alimentaria global d.-Incremento de la inflación internacional y nacional e.-Incremento del valor de las importaciones (maíz, por ejemplo) f.-Incremento del precio de la tortilla de maíz g.-Fuerte presión de grupos agroindustriales internacionales contra la política alimentaria de la 4T y  h.- Presiones de grupos del capital nacional por el presupuesto federal y crítica a los programas agropecuarios de la 4T.

Debe desterrarse ese estereotipo generacional

Hay una notable diferencia en el caso de las Jornadas para la producción para el autoconsumo, en comparación con el paquete contra la inflación y la carestía, en cuanto a los sujetos a los cuales va dirigido el proyecto del Ejecutivo: en el discurso de las jornadas, se observa la oportunidad de visibilizar el ángulo de una política agropecuaria sobre la base del campesinado, que se abre camino con la promoción de una agricultura distinta a la agricultura que ha sido y es dominante sobre todo durante el neoliberalismo.

Este es un componente en el análisis de la política agropecuaria que requiere hacer un seguimiento muy puntual y de parte del campesinado una defensa individual y colectiva a través de grupos organizados.

En el proceso de estas acciones y con el mayor protagonismo del capital hay que advertir sobre la visión dominante, tanto en la teoría económica como en la práctica política. Esa visión sostiene que el campesinado inexorablemente tenderá a desaparecer según las teorías de Rostow y de A. Lewis. Esto, casi invisible, oculto, pero real, suma al neocolonialismo, y sus raíces están en el holocausto indígena y en el genocidio.

SECTOR PRIVADO SE APROPIÓ DE PROGRAMAS PRODUCTIVOS

En las políticas de producción rural y el papel del campesinado, la propuesta de décadas de parte del capital, es que para el campesinado debe haber programas sociales y para atender problemas de “pobres” y para el sector privado programas productivos, lo cual deberá ir acompañado de instituciones separadas (unas para pobres y otras para productores), en tanto que los campesinos, son identificados como pobres, no como productores.

Maquinaria agrícola y recursos en manos del capital privado

Aunque las estadísticas muestren que para algunos investigadores en la producción de alimentos en México, más del 45% se producen por los campesinos. Datos a nivel de América latina, muestran que el campesinado produce el 80% de los alimentos. Más del 60% de la producción de maíz en México viene de agricultura de pequeños agricultores. “Los pequeños productores aportan alrededor de 60 % de la producción nacional, y al unirse con los medianos productores (de hasta 10 t/ha), suman el 91 % de la superficie sembrada, lo que se traduce en que juntos aportan alrededor del 75 % de la producción nacional de maíz.” (Sader, julio 2020).

Contra la agricultura industrial, hoy dominante en cuanto al control de la agricultura hacia atrás y con el control de parte del capital, de las diferentes etapas de las cadenas alimentarias, existe marginalmente (pero con un potencial impresionante) un proyecto dentro de la 4T que se mueve lentamente, pero que tiene un gran potencial (me refiero a acciones como la promoción de la agroecología, la lucha contra los transgénicos y el glifosato, por ejemplo). Ello implica una estrategia diferente a las políticas agropecuarias practicadas durante décadas y que puede, de llevarse a cabo, llegar a un cambio radical que cuestionaría la visión dominante.

EL DERECHO DE LOS CAMPESINOS A ORGANIZARSE

Un reto para la 4T es, sin duda, la articulación del poder político del Estado y el de todas las formas de organización campesinas e indígena. De acuerdo a la declaración de los derechos de los campesinos de la ONU, artículo 9 (numerales 1 y 3): 1.- “Los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales tienen derecho a fundar organizaciones, sindicatos, cooperativas o cualquier otra organización o asociación de su elección para proteger sus intereses y negociar colectivamente”;  3. “Los Estados adoptarán medidas apropiadas para fomentar la fundación de organizaciones de campesinos y de otras personas que trabajan en las zonas rurales, como sindicatos, cooperativas u otras organizaciones…”

Los retos para las organizaciones del campesinado son: a.-defender los derechos organizativos en todas sus formas, de acuerdo al papel reconocido por la ONU  b.-avanzar, tanto el campesinado como los indígenas y los afromexicanos en el reconocimiento como sujetos históricos colectivos, en el campo político c.-superar el discurso y la narrativa del poder económico, en el campo económico en cuanto al lugar que ocupa la economía campesina y su indudable poder alimentario en la actualidad y rumbo al futuro con la producción de alimentos sanos.

(*) Doctor en Economía por la Universidad de Chapingo y experto en temas agrarios.

 

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