Palacios Alvarado sigue las órdenes de su jefe, Vilchis Contreras
El edil, Jesús Palacios Alvarado, intentó dar un “madruguete” a la golpeada población, al autorizarse con la mayoría del Cabildo, un “seguro de separación individualizado”, que en realidad era un encubierto bono para él y sus mandos medios y superiores, todos incondicionales al ex alcalde y ahora diputado, Fernando Vilchis Contreras; el tinglado se le vino abajo por los paros y protestas de los 4 mil trabajadores sindicalizados a los que como en años anteriores, se les están regateando sus prestaciones de ley y que temen se repita en diciembre la vieja historia de negarles sus salarios y el pago de aguinaldos, arruinando su Navidad
Especial de Cananea TV
El literal “madruguete” con el cual el alcalde suplente de Ecatepec, Jesús Palacios Alvarado intentó auto otorgarse un bono de fin de trienio disfrazado de “seguro de separación individualizado”, junto con sus mandos medios y superiores, con el apoyo de casi todo el cuerpo edilicio, derivó en una auténtico escándalo público y en un episodio de dimes y diretes, donde una vez más quedó descubierta la falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos, donde las marionetas heredadas por el ex edil y ahora diputado federal por Morena, Fernando Vilchis Contreras, no quieren irse sin parte del botín en que convirtieron el presupuesto de 6 mil millones de pesos del ayuntamiento más poblado del país.
El paquete de compensaciones también contemplaba la integración de un “fideicomiso público para la educación de los hijos de los empleados del municipio”, miembros del H. Ayuntamiento y Organismos Descentralizados; esto, a pesar de la prohibición establecida a nivel federal de la 4T, de emplear tal figura con fondos públicos, en los tres niveles de gobierno.
El asunto reventó con la publicación del tema de una nota periodística y la denuncia en redes sociales del regidor de Morena, Fernando Martínez Vargas; éste último estuvo presente vía zoom, en la sesión extraordinaria realizada –lea usted con atención–, a las cuatro de la madrugada del sábado 26 de octubre, siendo el único que votó el contra.
Con lo que no contaba Palacios Alvarado, fiel sirviente de Vilchis, es que tres días después de la amañada Sesión de Cabildo donde se aprobó el Reglamento Interno 2022-2024, los cuatro mil trabajadores sindicalizados lo bajarían de su nube al estallar un paro de labores en las diversas dependencias municipales y organismos como el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPESE), por la falta de cumplimiento en sus obligaciones laborales y otras prestaciones que Vilchis Contreras les vino regateando desde su primero periodo hasta la fecha.
El hartazgo de los trabajadores de base se transformó en verdadera indignación cuando se enteraron que mientras a ellos, el alcalde y sus funcionarios les negaban los derechos laborales que por ley les corresponde, la corrupta élite ya rellenaba, muy de madrugada, su encubierta “piñata navideña”, que abarcaría beneficios retroactivos del primero de enero al 31 de diciembre del 2024.
Cabe destacar que en su convocatoria donde se aplicó el citado “madruguete”, se estableció que “las sesiones extraordinarias se celebrarán, cuantas veces sea necesario – y podría añadirse, fuera de horarios habituales–, para atender asuntos de urgente resolución…”
Pero en la agenda de temas ni por descuido se tocó el rezagado cumplimiento de las Condiciones Generales de Trabajo de los 4 mil empleados de base. Ése no era un asunto, a criterio del munícipe, de “urgente resolución”.
Siguiendo al pie de la letra el talante antilaboral de su Jefe Vilchis Contreras, el edil y sus funcionarios, buscaron repetir la consabida cantaleta a los sindicalizados de la insolvencia de recursos para atender sus demandas. Ante tal desfachatez oficial, los trabajadores y sus líderes acordaron estallar un paro de labores el martes 29 de octubre. Y al no tener respuesta decidieron escalar el tono de sus protestas cerrando el miércoles 30, las principales avenidas del municipio, pero ni así los cancerberos de Vilchis Contreras cedieron a las peticiones, por lo que el jueves 31 los integrantes del SUTEYM de Ecatepec, decidieron marchar rumbo a San Lázaro a denunciar las tropelías del ex alcalde y ahora diputado, Fernando Vilchis, como también a Toluca, para que la gobernadora, Delfina Gómez Álvarez, enterara de las sistemáticas arbitrariedades laborales en su contra.
El asunto se destrabó en la capital del Estado, pero el tema no termina ahí porque se acerca fin de año y como ya es costumbre, Vilchis y su gente muy probablemente vuelvan a invocar su inexistente insuficiencia de recursos para boicotearles el pago de fin de año y aguinaldos, como sucedió en el 2022 y 2023, heredando de paso un conflicto a la alcaldesa Azucena Cisneros, que tomará protesta el primero de enero del 2025.
Ha trascendido que la intención del edil, que no subsanó ante el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM), contratos por 300 millones por la compra de un sistema de cámaras a empresas cuyo domicilio fiscal resultaron ser loncherías en Chalco; o los mil 800 millones de pesos que desaparecieron durante su gestión en SAPASE, organismos que ahora alega precisamente no tener recursos para subsanar sus relaciones contractuales con sus trabajadores.
En este escenario de malestar generalizado tanto de empleados sindicalizados como de la población en general, el acorralado alcalde suplente salió a tratar de corregir el “balconeado” cochupo, negando que la contratación del referido “seguro de separación individualizado” se haya llevado a cabo, como tampoco el fideicomiso para la educación.
Textual, dijo: “Es algo que no está contemplado en el presupuesto anual, el tema de ningún bono, ni a regidores, ni al mismo presidente, ni a trabajadores de primer nivel de este honorable (sic), ayuntamiento”.
En su cantinflesco galimatías el empleado de Vilchis –de quien fue su secretario particular y fallido candidato al municipio de Tecámac–, no explicó el por qué en el artículo 11, fracción XVIII del aprobado reglamento Interno 2022-2024, se señala con claridad que la contratación del mencionado seguro (o encubierto bono), destinado exclusivamente a los mandos “medios y superiores”, se dará “con la empresa que ofrezca las mejores condiciones”.
De igual forma, en la fracción XIII del mismo artículo, se estableció como atribución del alcalde, “instruir la conformación e integración de un fideicomiso público para los hijos de los empleados del Municipio.”
Si como sostiene Jesús Palacios, esto no estaba contemplado en el presupuesto anual, ¿para qué incluir estas propuestas en un reglamento aprobado a destiempo y a dos meses de concluir su suplencia?
Por donde se le vea, no tiene sentido lógico tal disparate, pero siguiendo el hilo de la corrupción que caracterizó los dos periodos de Vilchis Contreras, no hay más explicación que un intento de salida por adjudicarse de manera ilícita y a espaldas de la ciudadanía, un beneficio ilícito para sus incondicionales.
Habrá que preguntarle al presidente municipal, a los miembros del cuerpo edilicio, que aceptan sesionar de madrugada, y a sus funcionarios, si el pago de salarios, aguinaldos, y otras prestaciones a los trabajadores sindicalizados, están o no contempladas en el presupuesto anual.
Y habrá que recordarle que el pago de las obligaciones contractuales son recursos etiquetados en los tres niveles de gobierno, por lo que desviarlos a otros rubros configura un grave delito.
Se acerca fin de año y nuevamente la nefasta sombra del “Grinch” que ahora dizque legisla en San Lázaro, puede aparecer como en años anteriores, robándose la navidad de los agremiados del SUTEYM.
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