Acuerdos comerciales, cero autosuficiencia
Aunque para la Ley General de Alimentación, la autosuficiencia alimentaria depende de la capacidad del país para procurar la producción y abasto de la mayoría de los alimentos que requiere la población para satisfacer sus necesidades alimentarias mínimas, desde principios los 90, cuando se llevaron a cabo reformas estructurales con la firma del TLCAN y reforma al artículo 27, no se privilegió la producción sino el abasto, afectando a los pequeños productores del medio rural
La Carta Robada
Por Emilio López Gámez (*)
Especial de Cananea TV
En un libro, Apuntes sobre la Historia del Pensamiento Económico, del Dr. Eduardo Escartín González, comenta que “David Ricardo defendió la libertad de comercio exterior; sobre todo para la importación de productos agrícolas con el objeto de mantener baratas las subsistencias e impedir así la elevación de los salarios nominales y, con ellos, la de las rentas y la disminución de la tasa de beneficios” Podemos decir que, el Dr. Eduardo Escartín resume muy bien la idea que explica, en parte, la teoría de David Ricardo sobre el libre comercio.
Recupero ese párrafo de su libro dada la importancia que tiene, para el caso mexicano y los EUA, el comercio de productos agropecuarios que realizan entre ambos, en donde a través primero del TLCAN y luego del T-MEC, han quedado plasmados sus intereses de favorecer en los intercambios comerciales, para México, el comercio de sus productos (hortalizas sobre todo) y para el caso de los EUA la venta de granos hacia México, profundizando en las últimas décadas las importaciones de productos que han sido básicos para el pueblo de México, como es el caso de los granos básicos, con implicaciones muy graves para la mayoría de productores de escasos recursos, que son la gran mayoría de ellos, campesinos y pueblos originarios.
Sin embargo, esos intercambios presentan aporías, desgarramientos, que no aparecen a simple vista, que no son imputables a la teoría económica, pero que sí sería responsabilidad de los gobiernos el entender y profundizar en los estragos que trae consigo, entre ellos la dependencia alimentaria y sus consecuencias para un país con las características como México, con una actividad agropecuaria con abundante fuerza de trabajo y familias rurales que dependen de los alimentos del campo.
La autosuficiencia alimentaria, como abasto, se sostiene en las importaciones y no en la producción interna
Si como se sostiene en la Ley General de Alimentación, la Autosuficiencia alimentaria viene dada por “La capacidad del país para procurar la producción y abasto de la mayoría de los alimentos que requiere la población para satisfacer sus necesidades alimentarias mínimas”. Como veremos en seguida ese “procurar la producción” se ha visto muy disminuida, y en algunos casos prácticamente desaparecida, desde principios de la ´década de los 90, cuando se llevaron a cabo reformas estructurales (firma del TLCAN y reforma al artículo 27 constitucional) que modificaron la realidad del medio rural hasta ahora y para lo cual no hemos tenido ninguna propuesta gubernamental a pesar de las propuestas del movimiento campesino, como es la derogación del artículo 27 de la constitución y una fuerte y dura pelea contra el “ libre comercio” tal y como se práctica hoy en día.
Evolución de la producción e importaciones de granos básicos 1990 – 2023: producción interna de alimentos versus importaciones
Esta evolución muestra que la política agropecuaria desde 1990 a la fecha ha hecho más énfasis en el abasto que en la producción interna de alimentos, favoreciendo las importaciones en los principales productos.
Veamos: La producción de algodón semilla se ha mantenido superior a las importaciones. Con una tasa de crecimiento en la producción de 105.95% de 1990 a 2023. En 1990 las importaciones de algodón semilla eran de 45 188 toneladas, ya para 2023 era de 72 103 toneladas, presentando una tasa de crecimiento de 59.56%.
La soya: En el caso de la soya la producción en 1990 era de 575 366 toneladas y de 6 242 192 en 2023. La tasa de crecimiento de la producción fue de -65.39%. en tanto que la tasa de crecimiento de las importaciones para el mismo periodo es de 1138.41%.
Eso quiere decir que las importaciones han estado creciendo de manera abrumadora. Así, las importaciones en 1990 fueron de 504 042 toneladas y para 2023 eran de 6 242 142 toneladas. Las importaciones empezaron a ser superiores a la producción a partir de 1995. La cebada: En 1990 se producían 491 941 toneladas de cebada, y para 2023 su producción fue de 832 031 toneladas, con una tasa de crecimiento en la producción de 69.13%. En cuanto a las importaciones en 1990 se importaban 111 236 toneladas y en 2023 fueron 515 944 toneladas, con una tasa de crecimiento de 363.82%, es decir la producción para el 2023 es superior a las importaciones, pero estas crecen más aceleradamente.
El sorgo: En 1990 tuvo una producción de 5 978 162 toneladas, mientras que en 2023 fue de 4 815 931 toneladas, así presenta una tasa de crecimiento de producción de -19.44%. Las importaciones de sorgo en 1990 fueron de 2 860 827 toneladas y para 2023 de 4 815 931 toneladas. Con una tasa de crecimiento en sus importaciones para ese periodo de 68.85%. El arroz: La producción de arroz en 1990 era superior a las importaciones.
Granos y semillas, Talón de Aquiles en la soberanía alimentaria
Sin embargo, para 2023 las importaciones superan a la producción. El maíz: En el caso de maíz la tasa de crecimiento de la producción fue de 87.53% de 1990 al 2023.En tanto que la tasa de crecimiento de las importaciones para el mismo período es de 376.3%, eso quiere decir que las importaciones (de maíz amarillo básicamente) ha estado creciendo más aceleradamente.
El trigo: En el caso de trigo, la tasa de crecimiento de la producción ha sido de -11.57% entre 1990 y 2023. En tanto que, la tasa de crecimiento de las importaciones para el mismo periodo es de 1443%, lo que es tremendo. El frijol: En el caso de frijol para el periodo 1990 – 2023 la tasa de crecimiento de la producción es de -42.68% y para las importaciones la tasa de crecimiento es de 7.59%. En 1990 la producción de frijol era de 1.2 millones de toneladas y para 2023 fue de 737 mil toneladas. En el caso de las importaciones en 1990 la cifra fue de 330 mil toneladas y para 2023 son 355 mil toneladas.
La ley General de alimentación también plantea la Alimentación adecuada que se refiere al “Consumo de alimentos nutritivos, suficientes y de calidad, que satisface las necesidades fisiológicas de una persona en cada etapa de su ciclo vital; adecuado a su contexto cultural y que posibilita su desarrollo integral, la nutrición óptima y una vida digna”.
Resulta obvio que los gobiernos desde 1990 a la fecha defienden las ventajas comparativas de David Ricardo, lo que en las condiciones actuales lleva implícito el privilegio de los beneficios de los capitales, en detrimento del campesinado y pueblos originarios y de la calidad de la alimentación de los mexicanos.
En resumen, se pierde la autosuficiencia alimentaria (el “abasto” como importaciones ya le ganaron la carrera a la producción interna). Este modelo rompe a la economía campesina y de los pueblos originarios, favorece a la agricultura empresarial, se pierde la alimentación adecuada y se agudiza la dependencia.
(*) Doctor en Economía por la Universidad de Chapingo y experto en temas agrarios.