El titular del INE y su desprecio a los indígenas
Algunos autores señalan que el principio de igualdad instituido como motor de las democracias liberales, debe incluir a los pueblos indígenas, junto con su identidad cultural y derechos colectivos, bajo un paradigma intercultural, en esencia, descolonizador y transformador del orden institucional, para que no sucedan episodios como la burla que hicieron los consejeros Ciro Murayama y Córdova Vianello, a la solicitud de una circunscripción para postular a sus propios candidatos, por parte de uno de los pueblos originarios del país
La Carta Robada
Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV
En la obra de José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, se encuentran parte de las críticas actuales a la participación de las masas (por ejemplo, campesinas e indígenas) en la política en general (algunos ven ahí las bases del populismo, en su versión latinoamericana). Ortega refirió procesos como las revoluciones (europeas) que como en el caso de Francia, él argumentaba llevó a formas de políticas autoritarias y contrarrevolucionarias.
Los ángulos que sobre el hombre-masa analiza Ortega no quedan sólo en algunas de las perspectivas que él alcanzó a tratar. Señaló, sobre todo en El prólogo para franceses que “… para hablar sobre el tema más a fondo no habría más remedio que ponerse en traza abismática, vestirse la escafandra y descender a lo más profundo del hombre”. Y bueno parte de eso está pendiente.
Para José Manuel Panea Márquez, de la Universidad de Sevilla, en su ensayo “La rebelión de las masas como pensamiento crítico en José Ortega y Gasset”, algunas ideas centrales de la obra de Ortega señalan que al hombre masa: “No le interesan los valores fundamentales de la cultura, no se hace solidario de ellos, no está dispuesto a ponerse en su servicio”
En la década de los 30 en Europa, aparecen “… los movimientos totalitarios y los sindicatos en Europa, ambos aglutinadores de masas (…) el hombre no quiere dar razones ni tener razón, sino que, sencillamente, se muestra resuelto a imponer sus opiniones (…). Así, las masas pasan a ser aquellas que no deben ni pueden dirigir su propia existencia, son boyas que van a la deriva y, por ende, son susceptibles a ser guiadas”. Del otro lado, el autor define a las minorías, en contraste, como especialmente cualificados, no son susceptibles de ser guiadas debido a que tienen juicio propio…”.
LA MASA MANIPULABLE DE LA IDEOLOGÍA LIBERAL
En un artículo, en el Newsletter Ethics, Raquel Nogueira (abril 2021) señala que: “…el individuo al que ha dado lugar la ideología liberal: libre, racional, individualista (…) el que debería ser un individuo autónomo no es más que una masa uniforme que se deja informar por los medios de comunicación de masas. Nuestra sociedad tiende a hacer homogéneos e indiferenciados a los individuos. Mientras que a lo largo del siglo XX, en Europa, el ‘hombre-masa’ se refugió en el fanatismo ideológico y en los fascismos, hoy lo hace en las distintas versiones de populismo, que le proporcionan una seguridad que no es capaz de buscar por sí mismo.”
En otros enfoques con respecto al papel de las masas en el siglo XXI, por ejemplo, Juan Jorge Faundes Peñafiel, Doctor, académico, Universidad Católica de Temuco, Chile, en un ensayo titulado “Honneth y la demanda por el reconocimiento intercultural de los pueblos indígenas” señala que “Proponemos un concepto de reconocimiento como base teórica de una propuesta de transformación institucional, en una perspectiva intercultural, democrática y pluralista, condición de posibilidad para la vigencia efectiva de los derechos de los pueblos indígenas (…) ubicada en el centro de la actual “lucha por el reconocimiento” y por la liberación cultural, política y epistemológica de los pueblos indígenas en América Latina.”
Luego, es muy relevante observar que “Con Honneth podremos dilucidar los problemas que quedan fuera del alcance del principio de igualdad instituido como motor de las democracias liberales, frente al reconocimiento intercultural como horizonte que interpela esas formas representativas del Estado nación latinoamericano, para incluir a los pueblos indígenas, junto con su identidad cultural y derechos colectivos, bajo un paradigma intercultural, esencialmente descolonizador y transformador del orden institucional.”
LA MOFA RACISTA DEL TITULAR DEL INE
Descender a lo más profundo del hombre, como escribió Ortega, pero ahora en América Latina, nos llevaría a observar en las masas y los pueblos originarios, lo que su momento él no vio en Europa. Así, para Mathieu Tourliere, en la Revista Proceso, en mayo del 2015, publicó comentarios, de Lorenzo Córdova que quedaron registrados en una plática telefónica, en relación a una reunión que tuvo con indígenas: “…el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, se mofa de manera racista de los representantes de los pueblos indígenas, quienes solicitan la creación de la circunscripción sexta para que puedan postular candidatos. La plática telefónica se llevó a cabo al salir Córdova de un evento efectuado el 23 de ese mes, en el que encabezó una “asesoría a los pueblos indígenas”.
Córdova “Llamó al secretario ejecutivo del órgano electoral, Edmundo Jacobo, para burlarse de uno de los jefes de las naciones originarias, Hipólito Arriaga Pote. “Había uno, no mames, no te voy a mentir, te voy a decir cómo hablaba este cabrón”, dice Córdova, al imitar con voz grave y burlona: “Yo jefe, gran nación chichimeca, vengo Guanajuato. Yo decir aquí o diputados, para nosotros, yo no permitir tus elecciones”, y suelta la carcajada el consejero presidente del INE. “No sé si sea cierto que hable así ese cabrón, pero no mames”, insiste Córdova en su carcajeo: “O vio mucho Llanero Solitario, con eso de toro cabrón, cabrón, no mames, sólo le faltó decir ‘yo gran jefe toro sentado, líder gran nación Chichimeca, no mames, no mames, está de pánico cabrón”.
Córdova afirma que los talleres con los indígenas resultan más “dramáticos” que los encuentros que sostuvo con los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, y añade que “habría que escribir crónicas marcianas del INE”. Al parecer ya las está escribiendo en colaboración con Ciro Murayama.
Para Ortega además de la pavorosa homogeneidad del hombre-masa, le preocupaba e indignaba el idioma de la masa, decía que “…la lengua revela y grita, sin que lo queramos la condición más arcana de la sociedad que la habla”. ¿Con el “latín clásico” de Córdova qué pensaran las élites? A la ausencia del reconocimiento de los pueblos originarios se suma el desprecio de ver a las masas participar en la vida política y para acabar estigmatizarlos con una gramática pueril y balbuciente, y agregaría Ortega, y perifrástica.
(*) Doctor en Economía por la Universidad de Chapingo y experto en temas agrarios.
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