Se comenta que el actual Director de Administración de Personal dejará su cargo para asumir la Dirección del Sistema de Aguas de la ciudad (SACMEX); en su lugar llega la Directora General de Administración y Finanzas, Ximena García Ramírez, con lo que el conflicto del SUTGCDMX podría comenzar a destrabarse, pero también a agudizarse si el grupo de la Subsecretaria de Egresos, Bertha Gómez, y el líder Joel Ayala, mantienen secuestrado al Único
El Diván de la Utopía
Por I. León Montesinos
Especial de Cananea TV
Uno de los comentarios que seguramente aderezó la sobremesa en la cena de navidad de los altos funcionarios del Gobierno de la CDMX, fue el de los cambios que se avecinan en enero próximo en el primer círculo de la doctora Claudia Sheinbaum y que de funcionar, podrán ser la luz al final del túnel en el conflicto laboral que subsiste desde enero pasado en el sindicato mayoritario de la burocracia citadina. Aunque cabe la posibilidad que el remedio no sea la prescripción correcta a la enfermedad y el asunto acabe por descarrilarse.
Ximena García Ramírez, Directora General de Administración y Finanzas de la Secretaría de Finanzas del GCDMX, dejará su cargo para entrar al relevo del actual Director de Administración de Personal, Sergio Antonio López Montecino, quien desde hace año y medio viene atendiendo las relaciones contractuales con el Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la CDMX (SUTGCDMX). Montecino, pasaría a tomar las riendas del Sistema de Aguas (SACMEX).
La noticia a ser difundida de manera oficial en los primeros días de enero, causará un natural revuelo entre los grupos que disputan desde hace un año la Presidencia del Único, sobre todo para aquellos que pensaban tener el apoyo y la bendición del chileno a quien se le relacionaba directamente con los intereses y designios de la Subsecretaria de Egresos, Bertha Gómez Castro.
Previo a la pandemia, se especuló que del escritorio del funcionario salieron muchas de las directrices ligadas a la anulación de los comicios de enero pasado, así como la luz verde para que el cacique de la FSTSE, Joel Ayala Almeida, se adueñara de un Directorio que haría las funciones de árbitro entre las corrientes internas a fin de reponer el proceso electoral, y representar a la acéfala organización, hasta en tanto se eligiera a través del voto, libre, directo y secreto a un nuevo dirigente.
Aunque tales versiones no carecieron de lógica, la salida de Rosa Icela Rodríguez como Secretaria de Gobierno para asumir de manera fugaz la Coordinación de Puertos y Marina Mercante y ahora la cartera de Seguridad Pública Federal, dejó entrever que el espaldarazo para que Joel se adueñara del Directorio y el periodo de transición en el Único, vino de la hoy integrante del gabinete y no precisamente del grupo de Gómez Castro.
Como sucedió en la organización gremial, parece que también en el GCDMX se abrieron dos frentes con intereses y objetivos disímbolos.
Habrá que preguntarse si a la salida de López Montecino seguirán vigentes los cambios a los estatutos y la tesis del candidato de unidad que han comentado en endeble secrecía algunos miembros del Directorio, serán los lineamientos a seguir en el proceso electoral pendiente, lo mismo que la amarrada reelección por un periodo más de los secretarios seccionales.
A López Montecino le tocó enderezar entuertos como el abonado por el Director de la Caja de Previsión para los Trabajadores a Lista de Raya (CAPTRALIR), Jorge Franco, que con el apoyo de miembros del Directorio y la venia de Ayala Almeida, pretendieron cancelar derechos jubilatorios y de vivienda a más de 50 mil sindicalizados de la nómina cinco.
Ximena García deberá analizar los pros y contras de retomar el camino andado por su antecesor, o hacer sus propias evaluaciones ante un escenario donde es clara la disputa de dos grupos internos: uno, encabezado por el dirigente de la Sección Uno, Hugo Alonso Ortíz, quien de acuerdo a los conteos de enero pasado ganó las elecciones internas; y otro donde juegan los secretarios seccionales afines al Directorio y a los intereses de Joel Ayala y sus aliados como el ex líder, José Medel Ibarra.
Si la ex Directora de Administración y Finanzas prosigue la misma ruta, será fácil deducir que la mano que seguirá meciendo la cuna en la vida interna del Único, con el acuerdo tácito con Joel Ayala, es la de la Subsecretaria de Egresos, Bertha Gómez; pero si hay un golpe de timón que busque cimentar un piso parejo en aras de una verdadera democracia interna en el sindicato más numeroso de la ciudad, sin simulaciones como el ya pactado “candidato de unidad”, se abrirá una alternativa para empezar a tejer acuerdos sin los dados cargados que marcaron una ruta en sentido opuesto a los intereses de las bases.
Para lograr tal objetivo, será imprescindible que poco a poco la nueva Directora de Administración de Personal le vaya metiendo freno a un desbocado líder de la FSTSE que no solo ha manejado de manera discrecional las cuotas sindicales del Único sino hasta las hojas de créditos especiales con el ISSSTE. De su autoritario proceder en tal sentido, pueden dar fe los propios secretarios seccionales que han tocado a las puertas del profesor Ernesto Moreno en ausencia del Joel Ayala.
Otro dato adicional que no debe pasar por alto Ximena García, es la inusual exigencia que el ex senador del PRI ha hecho en la mesa de las negociaciones con las autoridades capitalinas, de impulsar proyectos de vivienda para trabajadores de diversas nóminas.
Tras la aparente buena intención del líder de la FSTSE pueden ocultarse otro tipo de intereses; la sucesora de López Montecino hará bien en checar las versiones que ubican a Ayala Almeida como uno de los constructores de vivienda más prósperos del país. El eternizado líder de la burocracia nacional es un político de colmillo retorcido que encarna con maestría el tráfico de influencias al más alto nivel, pero reprueba el más elemental curso básico de compromiso social, como lo ha demostrado en todos estos meses que dejó a la deriva no solo a los sindicalizados del Único sino de todo el país.
¿Le caerá Ximena García como anillo al dedo a Joel?
De confirmase los cambios por venir en el gabinete de la doctora Sheinbaum, a la historia del inacabado conflicto sindical, le quedarán páginas por escribirse. Esperemos que el argumento no sea dictado por los mismos guionistas.