Cercana elección pondrá a prueba la lealtad del líder del SNTE a la 4T
Tras contar con el apoyo total del presidente Andrés Manuel López Obrador, para impedir el retorno de Elba Esther Gordillo al SNTE, el actual dirigente nacional del magisterio, corre el riesgo de que su buena suerte se esfume ante la sucesión al gobierno de Coahuila en el 2023, donde los Moreira han afincado su poder local a través del control que su hermano Carlos Ariel ejerce sobre las secciones magisteriales del estado; a Cepeda lo unen fuertes lazos de amistad y de negocios con el poderoso clan que echó abajo la Reforma Eléctrica en San Lázaro, por lo que ante la imposibilidad de combatirlo y apoyar a Morena, su alianza con la 4T estará en entredicho
El Diván de la Utopía
Por I. León Montesinos
Especial de Cananea TV
El trébol de cuatro hojas que ha acompañado como símbolo de buena suerte al dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfonso Cepeda Salas durante el gobierno de la 4T, amenaza deshojarse en la elección del 2023 en Coahuila, donde los Moreira pelearán con uñas y dientes su permanencia en el poder local del cual se adueñaron hace 18 años, gracias al control magisterial de las secciones 5 y 38, y el apoyo de la antes todopoderosa, Elba Esther Gordillo Morales.
La afrenta parlamentaria contra la Reforma Eléctrica del Presidente López Obrador, operada en San Lázaro por el ex gobernador y líder de la bancada del PRI, Rubén Moreira Valdez, implicará un cobro de facturas al clan que además de enriquecerse de manera escandalosa, terminó por adueñarse de esa entidad, dejándola endeudada por más de 33 mil millones de pesos.Todavía en las recientes elecciones, Rubén Moreira trató de expandir su coto de poder familiar buscando que su esposa, la diputada Carolina Viggiano, llegará a la gubernatura de Hidalgo. El plan fracasó de manera estrepitosa al perder su cónyuge dos a uno frente al morenista, Julio Menchaca y ahora tratará de evitar que el año próximo Morena les arrebate su bastión en Coahuila. Uno de los dos estados donde aún gobierna el PRI.
En tal estrategia de contención, para los Moreira será vital conservar el control de las secciones del SNTE en su estado, y de las que su hermano menor, Carlos Ariel, se ha erigido desde años como su “líder moral”. Y es en este contexto donde el también coahuilense, amigo y socio de los Moreira, Alfonso Cepeda, se verá inmerso de manera ineludible en una encrucijada donde su buena suerte puede trocarse en hecatombe política.
LA PARÁBOLA DEL VINO NUEVO Y LAS BOTELLAS VIEJAS
Cuando el 22 de noviembre del 2018 en la 47 Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional del SNTE se aceptó la renuncia del entonces líder del sindicato, Juan Díaz de la Torre, colocando como Secretario General en funciones de Presidente a Cepeda Salas, nunca pensó que solo siete días después se toparía en su ruta sindical con un “trébol de cuatro hojas” que el propio Andrés Manuel López Obrador le pondría en sus manos.
Enterados de que el 29 de noviembre de ese año, el presidente electo recibiría a los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE en sus Casa de Transición de la calle de Chihuahua 216, en la Colonia Roma, incondicionales de Elba Esther Gordillo como Rafael Ochoa y Alberto Meneses, entre otros, se apersonaron con Julio Scherer Ibarra para solicitarle en tono beligerante que primero recibiera a la su lideresa moral, quien se encontraba apostada a solo unas cuantas calles.
Semanas antes, Gordillo Morales había externado su interés por retornar “sin miedos” a la actividad sindical al recuperar su libertad en agosto de ese año, tras ser encarcelada en febrero del 2013, por oponerse a la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto. La posición de la maestra anunciaba como un hecho inminente su retorno al trono del magisterio nacional y el cobro de afrentas por la traición de personajes como Juan Díaz de la Torre y Alfonso Cepeda, pero…
Ese crucial día 29, Scherer se comprometió con los personeros de la ex líder a transmitir su petición a López Obrador, pero el hecho fue que el presidente electo nunca se apareció en el inmueble de la transición y de manera sorpresiva por la tarde, se reunió en el Hotel Four Points de Álvaro Obregón, con Alfonso Cepeda y su comité. Aficionado al béisbol como el presidente electo, el dirigente sustituto del SNTE le obsequió una casaca de un famoso equipo; relatan testigos del encuentro que entre ambos hubo “buena química”.
De esa reunión histórica, AMLO lanzó la parábola que anunció el fin de la era de Elba Esther Gordillo en el SNTE: “No podemos colocar vino nuevo en botellas viejas”. A la distancia se ha entendido que la posición de franco reto y exigencia de la legendaria dirigente hacia el nuevo gobierno de la 4T, lejos de acercarla con el nuevo presidente terminó por alejarla.
Y los acuerdos para que Cepeda solo fuera un líder destinado a lanzar la convocatoria para realizar elecciones con el voto libre, directo y secreto del millón 200 mil maestros del país, con el claro objetivo de que algún incondicional de la maestra llegara a la dirigencia del sindicato más grande de América Latina, quedaron sin efecto. Sin el renunciado Juan Díaz de la Torre de por medio y con todo el apoyo presidencial de su lado, el coahuilense tuvo el camino libre para comenzar el “destierro” político de la icónica Elba Esther.
Al paso de los años en la 4T, ha quedado demostrado que Alfonso Cepeda es el único dirigente al que las autoridades laborales no han molestado en lo absoluto exigiéndole legalizar su permanencia con elecciones internas como sucedió con el jubilado Carlos Romero Deschamps, del sindicato petrolero y otros gremios más que tras la pandemia han comenzado a aplicar el voto libre, directo y secreto para mantenerse en sus cargos. Al menos, se le ha reconocido que su categoría de Secretario General en funciones de presidente estará vigente hasta el 2024. Nada de qué preocuparse.
ELECCIONES INTERNAS; SECCIONES PENDIENTES DE COAHUILA
En los procesos de elección en las 57 secciones del SNTE en el país, iniciadas desde noviembre del pasado año, 21 procesos ya concluyeron resultando ganadores candidatos afines al equipo de Cepeda Salas; fracturada la unidad de los gordillistas tras el incidente del 29 de noviembre del 2018, ni las corrientes de Tomás Vázquez Vigil y Rafael Ochoa, entre otras muchas, han ganado una sola sección.
Con la venia absoluta de la 4T, Alfonso Cepeda ha avanzado en el control seccional, solo que la derrota parlamentaria de la Reforma Eléctrica, considerada la reforma estelar del presidente López Obrador, vino a alterar de forma abrupta su escenario político-sindical casi perfecto, pues entre las secciones que aún faltan por renovarse con el voto libre, directo y secreto de los maestros, están nada menos que la 5, 38 y 35 de Coahuila, donde los Moreira son aún los amos y señores de la situación magisterial en la persona de su hermano Carlos Ariel y del gobierno local, con Miguel Riquelme al frente de Ejecutivo Estatal, considerado un empleado más del enquistado clan.
EL ORIGEN DE UN PODER ABSOLUTO
Para dimensionar la intrincada circunstancia que se le viene encima a Alfonso Cepeda Salas en el 2023, debemos remitirnos a sus orígenes sindicales en la Sección 38 del SNTE, donde en la década de los 80s, fue compañero de luchas disidentes en el llamado “Movimiento Reivindicador” con el entonces también profesor Humberto Moreira Valdez.
Años después, Alfonso Cepeda llegó a la Secretaría General de dicha sección (1995-1998), con el apoyo de la entonces ya entronizada Elba Esther Gordillo Morales quien al término de su gestión en la 38 lo cobijó trayéndolo al Comité Ejecutivo Nacional (CEN), para ubicarlo como Secretario de Derechos Laborales y Organización de la Educación Básica. Cargo que el coahuilense desempeñó de 1998 al 2000.
Otro de los maestros de Coahuila que gozaban del especial aprecio de Gordillo Morales lo era Humberto Moreira, a quien por su especial recomendación con el entonces gobernador electo del PRI, Enrique Martínez y Martínez, llegó a ser el Secretario de Educación de ese estado de 1999 al 2002 para de ahí brincar a alcalde de Saltillo y en 2005 a gubernatura del Estado, pasando a ser de los mandatarios estatales, incondicionales a la líder magisterial.
De esta forma y a la par de que su hermano Humberto era gobernador, Carlos Ariel Moreira Valdez no tuvo problema alguno para llegar en 2006 a la dirigencia de la Sección 38 del SNTE, la más numerosa en Coahuila. Con el todo el apoyo de Humberto y el aval de la maestra Elba Esther, sucedió en las filas magisteriales un hecho nunca visto en el país, pues apenas concluyó su periodo en la 38, Carlos Ariel asumió las riendas de la sección 5 en enero del 2009, para continuar dentro de la estructura y control absoluto del sindicato de maestros, a pesar de que el estatuto prohíbe tal extensión de privilegios e imposiciones.
A la llegada a la gubernatura de su hermano Rubén, en 2011, Carlos Ariel Moreira terminó por consolidarse como el “líder moral” del magisterio coahuilense, colocando tanto en la sección 5 como en la 38 a sus incondicionales y visualizando a futuro el control de la Sección 35 de la Región de la Laguna, en Torreón y compartida en su jurisdicción entre los maestros de Coahuila y Durango.
En 2016 ya sin la maestra Elba Esther en la dirigencia del SNTE, y a pesar de los intentos de Juan Díaz de la Torre por meter orden en las secciones magisteriales en el feudo Moreira, Carlos Ariel logró colocar en el liderazgo de la Sección 5 a otro de sus títeres: José Luis Ponce Grimaldo; y en la 38 a Xicoténcatl de la Cruz García. En la lejana Sección 35 arribó a la dirigencia Jorge Fernández Mora, sin aparentes vínculos de paternidad política con los Moreira.
Como parte de su estrategia para tener controlados a sus esbirros, por si las dudas, el menor de la tribu Moreira le colocó a Ponce como tesorero del Fondo de Ahorro de la 5, a Juan Antonio Rivas Sánchez. El “líder moral” del magisterio coahuilense no se equivocó en albergar sus dudas sobre la fidelidad del nuevo dirigente y al enterarse que coqueteaba algunos acuerdos con Díaz de la Torre, le tendió una trampa.
Rivas Sánchez se encargó de cumplir todos los caprichos personales y familiares del despistado Ponce Grimaldo, guardando y acumulando comprobantes de una tarjeta de créditos empleada de manera exclusiva para pagar sus derroches sibaritas: la cuenta fue creciendo por viajes familiares con boletos de avión y hoteles de gran clase, y hasta francachelas de tres días en un centro nocturno de la CDMX llamado Garden Insurgentes. Los derroches también incluyeron costosos obsequios a su paisano, Alfonso Cepeda.
Con todo el poder del gobierno estatal a su servicio, a Carlos Ariel le bastó hacer una llamada a la Fiscalía de Coahuila para que se librara una orden de aprehensión contra el insurrecto Ponce, pretextando que los desvíos por más de 60 millones de pesos al Fondo de Ahorro de la Sección 5 incluían también parte de las aportaciones del gobierno local. O sea, desvío de recursos públicos.
Desde el centro del país Juan Díaz trató de proteger al líder de la 5, encomendando a Cepeda atender el asunto, pero con la mayoría de los delegados de su parte, y la sospecha de que el entonces Secretario General tenía negocios afincados con los Moreira, poco pudo lograrse para hacer valer la autonomía sindical del SNTE, y frenar lo que desde un principio se ubicó como una persecución política.
Comenzó entonces un estira y afloja entre Juan Díaz y Carlos Ariel para colocar un delegado especial en la 5 que concluyera el periodo de José Luis Ponce. Primero, se designó a la ex líder de la Sección 40 de Chiapas y actual diputada de Morena por ese estado, Sonia Rincón Chanona. La amiga de Elba Esther Gordillo solo duró unos meses en el cargo al no haberse consensado su arribo con los Moreira.
Poco después, el CEN del SNTE envío a Omar Pereira, pero el zacatecano corrió la misma suerte que Sonia Rincón y luego de cuatro meses de ser una mera figura decorativa cedió el puesto para que ya negociado entre Alfonso Cepeda y Carlos Ariel, se hiciera cargo de la 5, Rafael González Sabido, quien terminó aliado con el clan Moreira.
Cómo se aprecia, ni Juan Díaz ni Cepeda han hecho mella alguna al autonombrado “líder moral” de los maestros de Coahuila, pues el gobernador Miguel Riquelme obedece ciegamente las órdenes del menor de los Moreira.
ADIÓS AL TRÉBOL DE CUATRO HOJAS
En Coahuila opositores al estado de excepción y privilegios que han instaurado los Moreira, teniendo como instrumentos para manejar y desviar cientos de millones de pesos a las secciones 5 y 38 del SNTE, y ahora a la 35, con la nueva persecución emprendida contra Jorge Fernández Mora –hace un mes porros al servicio de Carlos Ariel le tomaron por asalto sus oficinas, echándolo bajo la amenaza de correr la misma suerte que José Luis Ponce–, coinciden en que solo arrebatando el control magisterial a la poderosa y enriquecida familia, se podrá evitar que el año próximo ganen nuevamente el gobierno local y con ello, seis años más de impunidad.
Para Cepeda el trébol de cuatro hojas que le ha acompañado en su buena suerte, puede deshojarse en la elección que se avecina en su natal Coahuila, sobre todo porque en las filas del magisterio es bien conocida la relación de negocios que desde el sexenio de Peña Nieto pactó con Carlos Ariel Moreira. En el gobierno de su hermano Rubén, el hoy líder del SNTE obtuvo fácilmente los permisos para construir en Saltillo, las Clínicas Alheira y Médica Bosco, que según ha trascendido forman parte de la Corporación Alheira, compañía que tiene su sede en Monterrey y donde aparecen como dueños y accionistas la esposa de Cepeda Salas, Iracema Yazmín Garza y sus hijos: Héctor Hiram y Alfonso Cepeda Garza.
Corrientes disidentes del profesorado como “Fuerza Magisterial”, afirman que mientras el gobierno local emprendió una feroz cacería contra Ponce Grimaldo por un desfalco de 60 millones al Fondo de Ahorro de la Sección 5 –que al final quedó resarcido–, en la Sección 38 bajo la férula de Carlos Ariel, hay la presunción de un fraude de vivienda y otros rubros por más de 3 mil millones de pesos sin que a la fecha prosperen las denuncias sobre estas irregularidades.
Los opositores aseguran que, de hecho, la sociedad entre el ahora líder nacional del SNTE y Carlos Ariel es tal que sus empresas aparecen, entre otros negocios, como proveedoras de las clínicas del magisterio en la entidad, por lo que se antoja como una misión imposible que Cepeda Salas se atreva a atentar contra sus propios intereses.
Al aproximarse la elección del próximo año en Coahuila y al estar pendiente la renovación de las dirigencias locales en las secciones 5, 38 y 35, Alfonso Cepeda percibe en su reloj de arena que la vigencia de su trébol de cuatro hojas llega a su fin.
Y como fatal augurio de lo que está por venir, la Fiscalía General de la República (FGR), vinculó el pasado 22 de junio a proceso al ex tesorero de Rubén Moreira, Ismael Ramos Flores, por la indebida autorización de 18 contratos por 475 millones, a empresas que podrían estar relacionadas con el financiamiento de campañas priístas entre los años 2016 y 2017.
Razón más que suficiente para que Cepeda Salas empiece a padecer de insomnio en los meses por venir. Ante los hechos y antecedentes del escenario que se avecina en Coahuila, resulta imposible de explicar al Presidente que le ha dado todo su apoyo, el por qué desde su alto cargo en el SNTE está imposibilitado para desfondar el cacicazgo sindical de los Moreira, a riesgo de terminar él mismo acusado de complicidad por el clan que se atrevió a echar abajo la Reforma Eléctrica, en San Lázaro.
Si no sucede un milagro inesperado, el sucesor de Elba Esther tendrá que decir adiós a su trébol de la suerte y a su alianza con la 4T.
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