A pesar del juego sucio, ganó la amarilla
Con el triunfo de la corriente sindical del ex dirigente, Ramiro Ibarra, que ganó con la Planilla Amarilla en la Sección del SUTEYM, de Ecatepec, llevando como candidato a Pedro Montoya, a pesar de las piedras en el camino que intentó ponerles el Comité Estatal de Herminio Cahue, las bases esperan que se garantice su estabilidad laboral y cesen los más de 400 despidos injustificados que ha hecho el autoritario alcalde; el comité electo por el voto libre, directo y secreto de los agremiados tiene en la reactivación de cientos de laudos no saldados, una poderosa arma para sentar a negociar a Vilchis Contreras
EL DIVÁN DE LA UTOPÍA
Por I. León Montesinos
Especial de Cananea TV
El triunfo de la Planilla Amarilla en la Sección del SUTEYM en Ecatepec, representa una derrota por partida doble a los interesados en proseguir con el golpeteo a los trabajadores y el abandono a la defensa de sus derechos: en primer término, para el antilaboral gobierno de Fernando Vilchis Contreras que fracasó en su intento por meter con calzador una candidata a modo y, en segundo, para la dirigencia estatal del sindicato burocrático que al cerrarle el paso al ex líder, Ramiro Ibarra, negándole su registró, terminó fortaleciendo a su movimiento ante una base trabajadora que le había advertido a los enviados de Herminio Cahue que bajo ninguna circunstancia permitiría intromisiones al proceso de elección, exigiendo respeto absoluto al voto libre, directo y secreto.
El contexto en que se celebraron los comicios seccionales del pasado primero de diciembre, dejó en claro las imperiosas necesidades de luchar en lo inmediato por la estabilidad laboral de los agremiados, la recuperación de las prestaciones pérdidas a lo largo de más tres años y, sobre todo, detener los despidos injustificados que ya suman más de 400 en la administración de Vilchis Contreras.
Tras el recuento de los sufragios que arrojó mil 924 a favor de la opción encabezada por Pedro Montoya Aréchiga de la Planilla Amarilla, contra los mil 689 de la Morada y que en conjunto sumaron tres mil 618 votos, es evidente que la participación superior al 80 por ciento de los agremiados, fue el reflejo de la necesidad por contar con un comité que asuma la defensa de sus vulnerados derechos.
En su primer acto tras la declaratoria de su triunfo y en un acto de unidad, Ramiro Ibarra y Pedro Montoya, caminaron juntos al local donde celebraron su primer acto, pidiendo dejar atrás los colores para ir en unidad a demandarle al intolerante y autoritario alcalde un ya basta a la cadena de tropelías en contra de los sindicalizados.
A “toro pasado”, el reciente proceso de elección deja en claro diversas situaciones donde desde el poder tanto político como sindical, la opción amarilla resultaba incómoda al gobierno municipal que trató de meter con calzador a su propia candidata en la persona de la Coordinadora de Rescate de Espacios Públicos y Mejoramiento Urbano, Laura Estrella Carmona Chepe.
Funcionaria a la que se le vio muy cercana a Armando Sergio González, designado como encargado sindical del Comité Estatal del SUTEYM, tras la conclusión del periodo de Carmen Flores. La aspirante de probeta no tuvo eco alguno a pesar de las intimidaciones de que fueron objeto muchos trabajadores por parte de la administración municipal, para otorgarle su apoyo.
Pero el movimiento a favor de la Amarilla no solo enfrentó las adversas inercias del gobierno local; los enviados de Herminio Cahue impidieron el registro del ex líder, Ramiro Ibarra, bajo el argumento de que durante su periodo en la Sección de Ecatepec no había entregado las cuotas correspondientes al comité estatal. Hasta donde estamos enterados, Ibarra y Cahue hicieron un acuerdo para que los recursos se emplearan en las obras del Centro Recreativo ubicado en la Avenida Insurgente, de San Cristóbal. El problema es que el asunto fue de palabra, misma que como quedó demostrado hace días, no fue honrada por el recién “ampliado” (a mano alzada), dirigente estatal, por lo que ahí encontró la forma para tratar de anular al grupo sindical de la Amarilla.
El asunto es que la intentona por sacar de la jugada a Ibarra y su gente no cuajó y en acuerdo de su grupo político, se decidió enviar como candidato a Pedro Montoya Aréchiga. Ante los ojos de las bases, el golpe bajo orquestado desde Toluca no pasó desapercibido, cumpliéndose el aforismo que dicta: “golpe que no mata, fortalece”. La voluntad de las mayorías habló en las urnas dejando en claro que están pasando a segundo término aquellos tiempos cuando dócilmente se acataba la línea del Comité Estatal.
La tarea que espera a la nueva dirigencia no será fácil y menos tersa, ante un político que a pesar de llegar al ayuntamiento por Morena, ni es de izquierda y menos sensible a las demandas de la clase trabajadora, golpeándola cual si se tratará de un recalcitrante político de derecha.
Las pruebas su felonía están a la vista y van desde la retención de salarios y prestaciones, hasta cientos de despidos injustificados, que seguramente serán ganados por los trabajadores en los tribunales, sumándose a los cientos de laudos que Fernando Vilchis a abonado en su gestión, y que en los momentos electorales que se avecinan, puedan convertirse en su Waterloo político.
Y lo decimos porque el alcalde está sentado en un barril de pólvora que no le ha explotado porque, ojo, ni la ex dirigente, Carmen Flores ni el líder estatal, Herminio Cahue, echaron a andar de manera abierta y decida los procesos legales para hacerlo cumplir con los laudos pendientes y que hasta finales del 2022, sumaba 253 fallados a favor de los trabajadores y por los cuales –de acuerdo a la información entregada a la Síndico María Elena Germán Rivero–, se adeudaban nada menos que 222 millones 849 mil pesos. El ayuntamiento de Ecatepec suma un total de mil 550 juicios laborales activos, lo que habla de la animadversión de Vilchis Contreras a la clase trabajadora.
Pero además, según la información proporcionada a la Síndico, el presupuesto de este año debía contemplar los recursos para el pago de estos laudos, pero hasta la fecha –hasta donde tenemos conocimiento–, el alcalde porfía en no pagar, acrecentando las dudas para preguntar: ¿Qué destino han tenido esos recursos?
¿Qué implicaciones y alcances legales pueden tener la omisión de un alcalde al no atender el pago de laudos laborales?
De acuerdo a una jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la inhabilitación del cargo y hasta la cárcel. Y a quién dude de que esto es real, que le pregunten al ex alcalde del vecino municipio de Coacalco, Erwin Castelán, los motivos por los cuales fue destituido a finales del 2017, lo mismo que otros ediles del país como Bernardo Barranda de Paraiso, Tabasco, Carlos Martínez Varela, de Emiliano Zapata y el ex delegado de Venustiano Carranza, Israel Moreno Rivera, entre otros tantos.
Todo ellos se negaron a pagar laudos laborales. De la guillotina se salvó de última hora el entonces delegado de Cuauhtémoc, hoy líder del Senado y corcholata perdedora, Ricardo Monreal Ávila, que viendo caer a sus homólogos, se apresuró a pagar dos millones 200 mil pesos a una trabajadora despedida injustamente. En Ecatepec los despidos sin razón alguna suman cientos y ya podrá imaginarse el lector por qué este columnista afirma que Vilchis está sentado en un barril de pólvora. Todo es cuestión de encender la mecha para hacer volar en pedazos su nepotismo para dejar en el cargo a su esposa y él llegar al Senado en el 2024.
Se antoja difícil que el “ampliado” y cuestionado Herminio Cahue, pretenda marcar línea a la nueva dirigencia seccional de Ecatepec electa –hay que decirlo fuerte y claro—por medio del voto libre, directo y secreto de los agremiados del SUTEYM, para que como sucedió con Carmen Flores, le impida proceder legalmente en el terreno de los laudos.
El comité electo y su Secretario General tienen una sustentada fuerza moral y gremial que les permitirá ir en unidad a resarcir, sin colores, los reiterados agravios laborales nunca vistos en un gobierno municipal del EdoMéx.
Una nueva historia apenas comienza en el terreno sindical en el municipio más grande del país donde el ex dirigente, Ramiro Ibarra y su grupo tienen el apoyo de sus bases, además de muchas armas jurídicas a su favor y el cerillo de la legalidad, para sentar a negociar al alcalde en igualdad de circunstancias. De la seriedad con que el intolerante alcalde tome las negociaciones, dependerá que la mecha del silencioso y letal barril de pólvora, no se encienda.
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