En un encuentro informal con el columnista, el líder corrobora el pago que los empresarios deben hacer a su organización en el país, por los contratos pactados con la Comisión Federal, muy similar al cobro del 2% que hace décadas aplicaba el Sindicato Petrolero con el visto bueno de Pemex, en tiempos del ex dirigente Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, por los contratos millonarios con la entonces paraestatal; según Fuentes, las cantidades son repartidas entre los secretarios seccionales y los coordinadores para el mantenimiento de las sedes sindicales y, por ley, no está obligado a informar de estos ingresos a los trabajadores
El Diván de la Utopía
Por I. León Montesinos
Especial de Cananea TV
Es en vísperas de Navidad, en el Sexto Piso de las emblemáticas oficinas de la Comisión Federal de Electricidad de Rodano 14, donde el inaccesible a los medios, Víctor Fuentes del Villar, dirigente nacional del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), recibe al que esto escribe para intercambiar de “manera informal” puntos de vista, “porque yo no doy entrevistas”, según dejó bien en claro antes de pactar la cita.
Son imperceptibles los signos de actividad en la recepción del sombrío pero imponente vestíbulo, a las 8;30 de la mañana de un amodorrado y frío día de diciembre, donde un extrañado vigilante sube a corroborar la inesperada visita no registrada en la agenda del conocido personaje.
Acto seguido, solicita al comunicador una identificación personal y lo invita a posar para una foto con el fin de imprimir su imagen y datos en un pegote que, le indica, debe portar como requisito para acceder al elevador. “Sale usted en el sexto piso y a mano izquierda camina y se va a encontrar que la única oficina que tiene timbre; ahí es”.
Al llegar al sexto piso los pasillos lucen acordes a la baja actividad de la temporada, prácticamente vacíos. Tras apretar el consabido timbre, una voz gruesa y apenas perceptible, instruye por el interfón: “empuje la puerta”. Ingresamos a un espacio realmente austero en dimensiones, al cruzar la segunda puerta y al fondo aparece sentado en un escritorio, Víctor Fuentes del Villar, que sin retocados formulismos invita al columnista a tomar asiento.
Inevitable el choque de miradas que anteceden los asegunes a tratar, porque como se estableció en las reglas previas, no se trata de una entrevista como tal y, por tanto, quedan excluidas la grabadora y el block de notas.
El anfitrión toma la palabra e inicia descalificando la versión publicada por la colega Lourdes Mendoza en El Financiero, en el sentido de tener 93 años y atravesar por una etapa de cáncer terminal.
SU OPERACIÓN DE LA PRÓSTATA
Aclara tener 86 años y acepta haber padecido la letal enfermedad pero dice que gracias a una exitosa operación de cáncer de próstata a la que se sometió hace ocho años, realizada por un médico hallado por su hijo en el extranjero, ahora se siente “entero” y pleno de sus facultades para concluir con su gestión sindical hasta el 2024.
El pasado 13 de diciembre, el octogenario líder emitió una circular a los trabajadores del SUTERM donde, en tres cuartillas, buscó descalificar lo publicado por el influyente diario en su edición del 30 de noviembre; en la misma, aseguraba que no existe entre la CFE y su sindicato un convenio firmado para llegar a un acuerdo por los contratos otorgados a empresas particulares.
COBRO DEL 2 POR CIENTO AL ESTILO PETROLERO
En la charla, empero, acepta que se ha instituido un cobro del 2 por ciento a las empresas que realizan obras para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a favor del SUTERM en una situación parecida a la que se daba hace cuatro décadas entre Pemex y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), en los tiempos del liderazgo de Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, práctica que generó millonarios ingresos a los dirigentes petroleros y que fue combatida y erradicada en el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado.
Argumenta Víctor Fuentes del Villar que con el reconocimiento del pago del 2 por ciento, “hasta los empresarios y contratistas me dieron las gracias porque eran sometidos a extorsiones”, pero a diferencia del cobro similar de los líderes petroleros que se realizaba a través de la llamada Comisión Nacional de Contratos del STPRM, en el SUTERM, “ahora ese dinero es repartido entre los dirigentes de las secciones y los coordinadores nacionales para poder pagar el mantenimiento de las oficinas”, pues según las palabras del líder nacional, el actual director de la CFE, Manuel Bartlett les ha quitado diversos apoyos económicos como los cien millones de pesos que antes recibían por concepto de las revisiones contractuales.
¿A cuánto ascienden esos ingresos? ¿Se reportan a los trabajadores?, le planteamos.
El dirigente electricista dice que por ley no está obligado a informar en tal sentido, aunque presume al columnista un reconocimiento otorgado por el Instituto Nacional de Transparencia (INAI) al SUTERM, precisamente sobre el tema de Transparencia y dice que en su momento, aconsejó al ex líder petrolero, Carlos Romero, sobre este asunto pero desoyó sus consejos, con la consecuencias por todos conocidas.
Se le pregunta por qué su sindicato ha consentido la presencia de empresas contratistas y el ilegal negocio que su personal hace con la instalación de miles de diablitos en las colonias de la Ciudad de México –hecho atestiguado por el propio columnista–, pero minimiza tal anomalía señalando que “esos son negocios menores; los grandes están más arriba”, apuntando con el dedo al cielo; es decir, a las esferas donde se mueven los directivos de la CFE, aunque no sustenta su afirmación con datos.
Se jacta de que más allá de la presencia de personal de empresas contratistas, ahora son 14 mil de sus agremiados los que hacen la labor que antes “realizaban 80 mil trabajadores del SME” antes del cierre de la empresa pública, Luz y Fuerza del Centro. Se le precisa que las cifras oficiales ubicaban la plantilla laboral en 44 mil trabajadores activos y 22 mil jubilados. “Bueno –terquea–, eran 80 mil con los eventuales”.
Oriundo del barrio chilango de Portales y en sus mocedades jugador de fútbol en el equipo morelense del Zacatepec, niega ser un hombre rico y muestra fotocopias a color de una casa ubicada en la colonia Electra del municipio de Tlalnepantla, Estado de México, con laureles de indias cuidadosamente podados, donde menciona ha vivido buena parte de su vida, mientras vierte en un vaso de agua un polvo que pinta el líquido de color verde claro. “Es vitamina C, la tomo a diario y desde hace ocho años no me enfermado de gripe”, se vanagloria mientras ingiere el contenido.
WENDY HERRERA Y LOS CARRETO
Asunto obligado en la informal charla son las persecuciones a miembros de su comité y a la ex directora jurídica, Wendy Herrera. Toma de su escritorio diversos folders y dice al columnista tener las pruebas de que tales aseveraciones vertidas a los medios no son ciertas.
Por ejemplo, de las destituciones al dirigente de la Sección 92 de Puebla y Secretario de Gestión Industrial del Comité Ejecutivo Nacional del SUTERM, Víctor Manuel Carreto y Fernández de Lara y a su hijo, Víctor Carreto, Secretario del Trabajo de la Sección 92, asegura que fueron ejecutadas de acuerdo a los estatutos de su organización. Y añade a su comentario la traición que a su decir hizo Carreto y Fernández de Lara a la Tendencia Democrática de Rafael Galván en los años 70s, en la época cuando arribó a la dirigencia electricista su tío, Leonardo Rodríguez Alcaine.
“La 92 es una sección muy grande y encontramos irregularidades como que obligaban a los trabajadores de Tula a pagar por el mantenimiento de un deportivo que está en Puebla; mire esta carta que me dirigió Vinicio (Limón) agradeciéndome haberlo apoyado; él se jubiló, nadie los ha perseguido, todo se ha hecho de acuerdo a la ley”, dice.
¿Y de la abogada Wendy Herrera?
“A Wendy nadie la corrió porque ella tenía una plaza de confianza y una gente del comité la ayudó para que le dieran una de base porque pidió el apoyo del sindicato precisamente porque decía que la acosaban. Se le dio la base y la comisión sindical. La hicimos Directora Jurídica y nos dijo que tenía mucho trabajo y pidió un despacho alterno por el cual le llegamos a dar 130 mil pesos mensuales, pero le detectamos irregularidades que nos dijeron los trabajadores, la quitamos de ahí y le dimos el cargo de Transparencia, pero siguió moviendo cosas en las redes sociales y cuando nos percatamos de esto le quitamos la comisión y la regresamos a trabajar, pero ya no regresó a su puesto. Nadie la corrió, nos demandó pero no le voy a dar ni un centavo, porque ni su denuncia ni las de los Carreto van a prosperar porque actuamos de acuerdo a la ley”, añade en tono retador, Fuentes del Villar.
LAS PASARELAS DE LA “NECESIDAD”
Se le recuerda al dirigente las denuncias por acoso a su persona y las escenas de mujeres con atrevidas vestimentas que hace unos años eran cotidianas en las calles anexas a las oficinas de Ródano y de Guadalquivir, en la sede sindical del SUTERM, esperando llamar su atención para conseguir una plaza sindical en la CFE.
“Yo no alentaba esas cosas, ellas lo hacían porque hay necesidad de trabajo. Yo les digo que no vendo plazas, nunca las he vendido. Ya les he dicho que no hay más plazas, la CFE nos debe mil 800 plazas y las tiene congeladas. Ya no hay plazas. ¿Cree usted que luego de mi operación de próstata voy a estar para esas cosas?”, dice al columnista a manera de justificación.
SIN FAVORITOS PARA SUCEDERLO EN EL CARGO
De su sucesión para el 2024, descarta tener favoritos, incluido su sobrino Efrén Fuentes de quien gasta una broma al mostrar al columnista una fotografía de una reunión de amigos donde aparece el líder del SUTERM y su consaguíneo. “A mí me gusta echar relajo, mire: aquí es cuando Plácido Domingo se volvió pu…”, ríe al referirse al parecido en la foto de Efrén con el famoso cantante internacional de ópera.
Su rostro no puede ocultar contrariedad cuando se le pregunta si se siente cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador, “lo he visto en un par de ocasiones, pero siempre he dejado que hable; he preferido mantenerme callado y más bien distante”.
Checando su horario, da por concluido el encuentro informal pues debe proceder a su habitual desayuno que le es servido en una pequeña mesa situada a unos pasos de su escritorio. No sin antes acceder a la petición del columnista a publicar el contenido de la charla. “Está bien –asiente–, publíquelo y le voy a preparar documentos para que vea quién miente”.
También y no de muy buen grado acepta que su asistente, Lucía Rendón, tome una fotografía con el celular del que esto escribe para dar testimonio del encuentro. De nuestra parte, descendemos del sexto piso de Ródano 14, seguros de que esta historia apenas comienza a escribirse, tanto para el inaccesible líder como para sus opositores.
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