Lucha contra la globalización, reto continental
La Teoría de la Desconexión, recomendada por algunos autores, implica el desenchufarse del modelo de capitalismo salvaje, con acciones muy concretas como la ruptura de los precios internos respecto de los precios globales, siendo el caso de los alimentos, que tanto dañan al campo como a los consumidores de la ciudad, al ser afectados por procesos especulativos mundiales y locales que benefician a las grandes empresas, recayendo los costos sobre los hombros de los trabajadores
La Carta Robada
Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV
Santiago Liaudat y José Sbattella en su obra, Teoría de la Desconexión en Samir Amin. Una opción para Argentina ante la crisis global, recuperan de la obra de Samir Amin uno de sus planteamientos teóricos de la mayor relevancia, nos referimos a la teoría de la desconexión. Llevan a cabo una revisión de la historia mundial y sobre todo de los países del sur del globo para ejemplificar procesos de desconexión.
La teoría de la desconexión, consiste en una serie de propuestas en torno a la necesidad de que los países subdesarrollados logren desconectarse del sistema de mercado, sin que ello se constituya en una autarquía, sino como una alternativa ante la globalización y por la necesidad de abandonar los valores que parecen estar dados naturalmente en el capitalismo, que han llevado a los países subdesarrollados a catástrofes como la superexplotación de la fuerza de trabajo, la miseria, la dependencia tecnológica, alimentaria, contracción del mercado interno y dominio financiero global en manos de los países más poderosos del mundo.
En las actuales circunstancias se requiere de algo más que la enumeración de resultados negativos que producen las medidas neoliberales. Implica entonces, la estrategia del desarrollo nacional en las condiciones que impone un mundo globalizado. Esa desconexión implica no solo desenchufarse del sistema del capitalismo salvaje como algo general sino que involucra acciones muy concretas como la ruptura de los precios internos respecto de los precios globales, como en el caso de los alimentos, que tanto dañan al campo como a los consumidores de la ciudad, ya que en las condiciones actuales esos productos del campo y otros productos básicos están siendo muy afectados por procesos especulativos mundiales y locales que benefician a las grandes empresas que controlan la globalización y la guerra. Y cuya solución a esas crisis recaen sobre los hombros de las personas trabajadoras.
LA DESCONEXIÓN Y LOS FRENTES NACIONALISTAS
Para Liaudat y Sbattella la desconexión: “…implica una modalidad alternativa de mundialización, ya que se plantea como necesaria la conformación de frentes nacionalistas progresistas, que cooperen en el ámbito regional y obliguen al capital a ajustarse a un proyecto policéntrico.” La desconexión no está pensada en el sentido de “salirse de la historia”, sino de aplicar políticas internas que no se subordinen a la lógica externa del capitalismo mundializado” El objetivo es revertir la relación de fuerza a favor de las clases trabajadoras. Implica la creación de nuevas regionalizaciones (como la integración de la AL que propone AMLO).
En el caso del medio rural y la producción de alimentos los adversarios a la 4T permanentemente cuestionan, por ejemplo, el tema de las importaciones de alimentos, por ejemplo granos, y por supuesto aparece para estos adversarios que esas coyunturas son imputables exclusivamente a las políticas públicas del gobierno federal, excluyendo los procesos globales en los cuales México, desde hace décadas, quedó integrado de la manera más absurda posible, por desventajosa y criminal por sus resultados contra la población.
Cuestionan las importaciones de fertilizantes, de gasolina, etc. pero escriben poco o comentan poco de cómo las políticas de los gobiernos de muchos países están relativamente subordinadas a intereses globales, que estos mismos adversarios, en su momento, nunca cuestionaron y que incluso aplaudieron, porque coindicen con esos valores, y porque coinciden con la teoría de las “ventajas comparativas” de David Ricardo, base de la globalización a lo cual se suma, y eso es lo grave, la corrupción de las empresas mundiales y los intereses de los países ricos que ponen por delante su poderío militar, su poder financiero y político.
REORIENTAR LA INTEGRACIÓN DE AMÉRICA LATINA
Sin embargo, el gobierno mexicano ha venido ejerciendo políticas públicas, en el margen del que dispone, para reorientar procesos de integración en América Latina. Por ejemplo, en el marco de las relaciones con Argentina el presidente López Obrador ha comentado: “…en nuestra América, debe de buscarse la integración de toda América, lo que he venido sosteniendo (…) debe de integrarse todo el continente americano, consolidar la integración en América del Norte (…) pero también pensar en Centroamérica (…) y la integración de todo el continente americano, porque significa una región con muchas potencialidades” Esto está en consonancia con frentes progresistas en AL, de alianzas democráticas, que los teóricos de la desconexión han planteado.
Pero no solo eso, el presidente ha dado otros pasos clave en ese mismo sentido, así por ejemplo, ha cuestionado los procesos del neoliberalismo y la globalización al cuestionar los procesos de privatización en México, cuando ha señalado que, “Durante décadas, la élite neoliberal se empeñó en reducir el Estado a un aparato administrativo al servicio de las grandes corporaciones(…)y que bastaba “la mano invisible del mercado” para corregir distorsiones, desequilibrios, injusticias y aberraciones (…)teníamos una industria de fertilizante y éramos autosuficientes, pero con la política neoliberal se destruyó toda la industria petroquímica(…) Ahora queremos ser autosuficientes, como lo fuimos hasta los años 80, que toda la gasolina que consumíamos se producía en México. Entonces, ahora es un proceso de reconversión…”. (mañanera 3 de marzo 2022)
AMLO comentó declaraciones de un exsecretario de Hacienda, el cual: “…llegó a decir que en un mundo globalizado no se tenía por qué impulsar la actividad productiva nacional”, ya que todo lo podíamos comprar. Al efecto AMLO dice: “Siempre es mejor la autosuficiencia, no depender de la compra de alimentos y no depender de la compra de combustibles, eso lo hemos propuesto desde el principio y vamos hacia allá”. (mañanera 3 de marzo 2022). Para ello, es necesario llevar a cabo procesos de desconexión, como en esos casos, para superar esas relaciones infames con la globalización que benefician a empresas extranjeras y otros países, que nos tratan como si fuéramos sus colonias.
(*) Doctor en Economía por la Universidad de Chapingo y experto en temas agrarios.
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