La alcaldesa y sus funcionarios anónimos
En una de las peores contradicciones de que se tenga memoria en la CDMX, la alcaldesa de Azcapotzalco, Margarita Saldaña y sus funcionarios, exigen a los trabajadores de barrido, mantener limpias colonias, barrios, pueblos y unidades habitaciones, sin dotarlos del material necesario para fabricar sus tradicionales escobas; además, no les entregan uniformes ni equipos de protección para el Covid y la variante Ómicron, pese a que muchos de ellos han muerto en la pandemia, negándoles además el pago de tiempo extra y el mejoramiento de las instalaciones en sus campamentos
Por I. León Montesinos
Investigación Especial de Cananea TV
Desprovistos de uniformes, unidades en buen estado e implementos básicos de protección como cubrebocas para evitar contagios de Covid y sus variantes como el Ómicron, cientos de trabajadores de limpia que laboran en Azcapotzalco, son obligados por funcionarios de la alcaldesa aliancista, Margarita Saldaña Hernández, a barrer las calles, pero…sin escobas.
Saldaña Hernández, que gobierna esta demarcación por segunda vez, se escuda en una cuestionable estrechez presupuestal –según ha declarado a algunos medios–, para dejar sin la herramienta básica para su desempeñar su labor a los barrenderos que recogen a diario los desechos de los más de 450 mil habitantes, enfrentándolos con una ciudadanía que los acusa de no hacer su trabajo al ignorar las condiciones casi infrahumanas en que la panista y su equipo de trabajo, mantienen en sus centros de trabajo a quienes, pese a todo, hacen hasta lo imposible para que las unidades habitacionales, colonias, pueblos y barrios del territorio “chintololo”, no se llenen de basura.
El reportaje que hoy presenta Cananea TV a sus lectores, es producto de un recorrido por todos y cada uno de los campamentos de limpia que existen en la alcaldía de Azcapotzalco, donde sobrestantes, trabajadores y trabajadoras, dieron a conocer de viva voz sus carencias y denuncias, sobre todo en contra de funcionarios a los que, a la fecha, siguen sin conocer, pues es tal su desinterés por un área que a pesar de ser prioritaria para la imagen urbana y la salud de la población, sencillamente parece no existir para la administración local.
RUINAS Y DESASTRE TOTAL, VISTA COTIDIANA PARA EL DIRECTOR DE LIMPIA
Tal parece que la experiencia curricular del actual Director de Limpia de Azcapotzalco, Gabriel Bárcenas Jiménez, a su paso por áreas similares en municipios mexiquenses como Tlalnepantla, Nezahualcóyotl y Ecatepec, son solo de membrete porque en las instalaciones del Campamento Dos de la Colonia del Gas, donde tiene sus oficinas, decenas de camiones recolectores, equipos inservibles, instalaciones en pésimo estado y un servicio médico donde de forma heroica una enfermera compra los reactivos y su equipo con su austero salario, para monitorear la presión y los niveles de glucosa de las decenas de trabajadores que padecen estas enfermedades, son la muestra de que sus capacidades para resolver problemas inherentes a su cargo, sencillamente no aparecen por ningún lado.
Las contadas ocasiones en que se ha dignado recibir a los trabajadores o sus representantes, les ha prohibido grabar los encuentros o al menos tomar fotografías. “¿Qué esconde o teme que se sepa?”, dicen los entrevistados. Entre ellos, la enfermera Elizabeth Lorenzo Diego, quien labora desde hace cuatro años con un modesto equipo comprado de su bolsillo y sin más equipo para atender a las eventuales emergencias que el escritorio de su pequeña oficina, a cuya entrada se haya un cartel con los protocolos para enfrentar el Covid. Catálogo de buenos deseos pues desde la llegada de la panista Margarita Saldaña, ningún centro de trabajo ha sido sanitizado.
Elizabeth, madre de un hijo con síndrome de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), se enteró a principios de noviembre pasado que por indicaciones de Bárcenas le quitaron su tiempo extra; ingreso que además de permitirle comprar los reactivos y hasta alcohol y gasas que no le provee la Dirección de Limpia, compensaba en algo otras tareas que no le corresponden como hacer la limpieza de su centro de trabajo y hasta de la capilla adyacente a su oficina. “El director ni siquiera sabe cuáles son las tareas que yo hago, ni se molesta en preguntar”, menciona la enfermera.
Pero si a Bárcenas Jiménez poco le interesa que el servicio médico en el campamento de la colonia del Gas, menos llama su atención como funcionario el “cementerio” de unidades que a diario observa desde lo alto de su oficina: camiones recolectores sin llantas, grúas con malacates a punto de reventar, barredoras que por una pieza están paradas, botes vacíos de aceite para las unidades y ausencia total de personal mecánico para echar a andar camiones que tanta falta hacen para brindar un mejor servicio a los habitantes, son el panorama de la desolación y el desinterés oficial. No es exagerado decir que los operarios de las unidades en tan mal estado, salen diario a jugársela, encomendándose a Dios no tener un accidente.
ABANDONO EN LA MAYORÍA DE LOS CAMPAMENTOS
El escenario de las instalaciones en la colonia del Gas, se replica en los campamentos de barrido a lo largo y ancho de la alcaldía de Azcapotzalco: carritos sin llantas rodando en metales desgastados y con signos evidentes del deterioro por la falta de mantenimiento, baños y regadoras en estado deplorable lo mismo que los lockers que se caen a pedazos, donde los trabajadores guardan sus pertenencias, falta de agua y boilers con fugas por más 30 años de uso, son parte del submundo laboral que enfrentar los barrenderos y barrenderas.
En algunos centros como el de Camarones, los trabajadores han habilitado regaderas con piezas que recogen los desechos que tira la gente; los mingitorios presentan fugas y en el piso hay grietas por donde escapan las ratas del drenaje.
En otros, como el campamento de Vallejo, habilitado de manera irresponsable por las autoridades nada menos que en un bajopuente, las filtraciones en el techo son constantes acrecentando el riesgo de un cortocircuito; pero lo peor es que en la parte trasera de las improvisadas instalaciones, los nuevos funcionarios quitaron un portón y ahora, los ladrones se introducen por las noches al sitio donde guardan sus herramientas de trabajo los barrenderos. Los amantes de lo ajeno ya los han dejado sin palas, rastrillos y hasta sin sus escasos uniformes.
Otra constante son las bodegas vacías en los campamentos donde se almacena la llamada Vara Perlilla, el material con que los barrenderos elaboran sus escobas y que usted seguramente las conoce por sus ramas secas y largas; su herramienta cotidiana de trabajo por la que vienen padeciendo desde la llegada de la nueva alcaldesa, en octubre del 2021, pues la habitual dotación de Vara, estimada en más de 500 manojos al mes, se ha reducido a menos de un 10 por ciento.
Usted se preguntará al igual que los trabajadores de barrido de Azcapotzalco: ¿Y cómo piensa la alcaldesa y sus despistados funcionarios que van a poder barrer sin escobas? La falta de dotación de Vara Perlilla es la prueba irrefutable de la absurda forma de gobernar de Margarita Saldaña; la cara oculta de la ineficiencia que desconoce la ciudadanía.
MATERIAL A CUENTA GOTAS Y DE ÍNFIMA CATEGORÍA
En campamentos como Ahuehuetes, Pro Hogar, Azcapotzalco y Rafael Alducin, por mencionar algunos, los trabajadores denuncian a Cananea TV, que funcionarios como José Jaime Rosales, JUD de Limpia y Recolección, les exigen cuando les llegan a entregar a cuenta gotas los manojos de Vara Perlilla para la fabricación de su principal herramienta de trabajo, que de cada uno saquen dos escobas. “Mire usted cómo viene en mal estado la vara; de en medio le ponen ramas quemadas que se quiebran y no sirven. Los manojos traen la vara muy chica y cuando mucho de uno saldrá una escoba. Una escoba así se acaba en un día. Lo retamos a que vengan con nosotros a ver si como dice se pueden hacer dos o tres escobas como exige; además, tampoco nos dan alambre recocido que con lo que amarramos las varas”, señalan al reportero al mostrar la materia prima en mal estado de que les envía de vez en cuando la alcaldía.
¿Cómo barren entonces?, es la pregunta que se les hace.
Algunos de ellos muestran videos de sus compañeros arrastrando los desechos en la vía pública con los recogedores metálicos y añaden que no son pocos los reclamos de los vecinos que los acusan por no barrer sus aceras, reprochándoles que “por eso pagan impuestos. Acusan a la alcaldesa y sus funcionarios de las áreas de Servicios Urbanos, Limpia, Residuos Sólidos y Enlace y Seguimiento, de ser responsables por la confrontación social que se está generando en su contra al no dotarlos de escobas.
FUNCIONARIOS ANÓNIMOS
“Sabemos que los vecinos tienen razón de estar molestos, pero tratamos de explicarles que no es nuestra culpa si no nos dan vara perlilla; algunos si entienden y hasta nos ofrecen cooperarse para comprarla, pero otros no. Y nos dicen que nos van a reportar. Nosotros los invitamos a hacerlo para que los funcionarios den la cara y les expliquen por qué quieren que barramos sin escobas”, subrayan molestos.
Exponen que contrario a lo que sucedía en anteriores administraciones la alcaldesa aliancista y su equipo de trabajo, no se han presentado a los campamentos y en el de la colonia del Gas donde tiene sus oficinas Bárcenas Jiménez, éste apenas y se le ve. “Si usted nos pregunta: ¿quiénes son sus jefes? No sabríamos contestar, solo los conocemos de nombre porque nunca vienen por acá”.
Pero además de permanecer en el anonimato y guarecidos en sus oficinas, cuando algunos de sus representantes han acudido a sus oficinas a realizar algunas peticiones o solicitarle al menos cubrebocas, se han enfrentado con actitudes despóticas y desplantes majaderos.
Por ejemplo, como cuando el Subdirector de Enlace y Seguimiento, Miguel Ángel Bonilla Vera, dio una respuesta inesperada e inverosímil a uno de los representantes cuando este le exigió una dotación de cubrebocas. “¿Para qué quieren eso? Ustedes son inmunes, ya crearon anticuerpos. Los cubrebocas lávenlos en su casa y vuélvanlos a usar”, dijo con total desparpajo.
En sus oficinas de Mecoaya, éste mismo servidor público se expresó con tono despectivo cuando la representación sindical le solicitó incluir entre la lista de los trabajadores a ser homenajeados con 50 años de antigüedad, a un sobrestante muy apreciado en el campamento de la ProHogar, conocido como Don Teo. Sus palabras delinearon el perfil antisindical del gobierno panista de Azcapotzalco. “No, pues que chido; esa gente aferrada ya debería irse a su casa”, externó Bonilla Vera quien junto con el Director General de Desarrollo Urbano, Rafael Posadas Rodríguez, trabajaron del 2000 al 2003, en primer periodo de Margarita Saldaña.
AUDITORÍA AL MANEJO DE RECURSOS Y TIEMPO EXTRA
Los barrenderos y barrenderas exigen además que se realice una auditoría a la administración panista pues a muchos de ellos les quitaron sus tiempos extras y los apoyos por infectocontagiosidad para entregarlos a personal administrativo, cuando fueron ellos los que se están enfrentado al Covid con sin la protección necesaria, pese a que en lo más difícil de la pandemia, 42 de ellos murieron.
En el campamento de Reynosa, por ejemplo, falleció la trabajadora Miral Ríos Hernández y Fernando Hernández Francisco fue uno de los que vivió para contarlo y recuerda y agradece el apoyo y solidaridad de sus compañeros que lo auxiliaron hasta económicamente junto con su familia. Él como mucho otros tienen la calidad moral para exigir les sean respetados sus derechos por la nueva administración.
Junto con el resto de sus compañeros, denuncian además que carecen de guantes para el manejo de residuos y uniformes, los que desde hace por lo menos dos años les adeudan. La mayoría no cuenta con el uniforme ni los equipos de protección en regla y advierten que en caso de accidente el seguro se reserva toda indemnización o responsabilidad por no portarlo. Muchos muestran camisolas de Telmex o pantalones de otras empresas. Y del calzado ni qué decir, pues indican que cuando se les llega a entregar nunca hay de sus números por lo que deben conformarse con lo que les dan.
Ya de salida, hacen unas últimas reflexiones: “Queremos hacer un llamado a la ciudadanía para que se entere de las condiciones en qué laboramos y exijan a las autoridades que se nos dote de escobas y todo lo que necesitamos para hacer nuestro trabajo.
La delegada dice que no hay presupuesto y que le dieron muy poco aumento, pero le preguntamos: ¿cómo es que en pasados gobiernos con casi los mismos recursos, sí nos daban vara perlilla para las escobas y ahora no?
No es posible que desde octubre que llegó a la fecha, no nos den ni el diez por ciento de la dotación mensual y cuando llegan a mandarla sea de pésima calidad. Nosotros no solo barremos las calles, también los parques, tianguis y panteones y hemos apoyado las campañas de vacunación en el Arena Ciudad de México recogiendo las jeringas. Los cubrebocas no alcanzan, no tenemos gel antibacterial y como le dijimos, hace meses que no sanitizan los campamentos.
Hacemos un llamado a la alcaldesa para que se dé su vuelta por los campamentos y constate que lo que decimos es totalmente cierto y pida a sus funcionarios ponerse a trabajar porque desde sus oficinas es muy cómodo dar órdenes y exigir resultados, pero no es posible que pidan que barramos sin escobas, ¡pues cómo¡”.
Con el puño en alto y mostrando la unidad de su gremio, los trabajadores de limpia del territorio chintololo, dicen para finalizar, que esperan poder dialogar con Margarita Saldaña pues de no ser así, exigirán a sus funcionarios poner el ejemplo a los ciudadanos, barriendo las calles a cómo Dios les dé a entender. Tal y como pretenden que ellos lo hagan.
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