Rinden Homenaje Póstumo al Doctor Arturo Fernández Arras, en la Alianza de Tranviarios

Adiós al defensor de la clase trabajdora

Reunidos en el que fue su segundo hogar, dirigentes, catedráticos pero sobre todo los trabajadores a los que defendió durante su vida, le dieron el sentido adiós al laborista que fundó sindicatos y dejó un gran legado sobre la lucha por la contratación colectiva en México

 Por Staff de Cananea TV

En un emotivo evento donde se reunieron catedráticos, representantes del Poder Judicial, dirigentes sindicales, pero sobre todo, los trabajadores a los que defendió durante su vida, el doctor Arturo Fernández Arras, recibió no el último adiós sino un “hasta luego” de todos aquellos que compartieron con él su infinidad de anécdotas y enseñanzas, en el auditorio de la Alianza de Tranviarios de México, que fuera su segundo hogar.

El abogado laborista que naciera en 1955 en Ojinaga, Chihuahua y se definiera como “un hombre del desierto”, fue recibido con aplausos para orar por su descanso eterno en una misa donde familiares y amigos le recordaron como el académico y profesionista que dedicó hasta el último aliento de su vida por la clase trabajadora.

La Doctora Sonia Gutiérrez y sus emotivas palabras

Su esposa, la doctora Sonia Gutiérrez Ávalos fue la encargada de dirigir un mensaje que enumeró la fructífera e intensa labor del profesor universitario donde concitó los recuerdos vividos entre los “guamazos” por defender las contrataciones colectivas y las anécdotas compartidas al lado de una copa de tequila.

“Arturo fue mi compañero y mi maestro en la vida. Les agradezco que nos hayan acompañado en esta penúltima estación”, mencionó la Vicerrectora del Centro de Investigaciones Jurídicas (CENIJUR), organismo fundado con su esposo. Y explicó a los presentes: “Él no iba a perdonar que los amigos no le dijeran adiós, por eso decidimos hacer una escala aquí para despedir al amigo; hoy están aquí amigos, académicos gente del Poder Judicial, pero sobre todo, están sus trabajadores a quienes dedicó toda su vida”.

La doctora Gutiérrez hizo especial énfasis en que el abogado Arturo Fernández Arras inició en su juventud trabajando como un obrero en oficios como retocador y caricaturista, combinando las jornadas con sus estudios universitarios en la UNAM, que fue su casa desde la preparatoria hasta que se tituló como licenciado en Derecho, y donde obtuvo la maestría, el doctorado e impartió cátedra a lo largo de 23 años.

Por eso entendió la lucha de los trabajadores pues él fue también un trabajador e hizo de los Derechos Colectivo y Social, su forma de vida, refirió emocionada Sonia Gutiérrez, al tiempo que ponderó que el abogado laborista fue formador de conciencias sociales en los trabajadores, pero también de conciencia social en los empresarios “y eso no es fácil decirlo; él hizo de la justicia una forma cotidiana de vida”, destacó.

Con aplausos se le recibió en la Alianza de Tranviarios

El doctor en Derecho y formador, desde la cátedra, de generaciones de abogados en la UNAM, falleció en Cozumel el pasado 17 de diciembre a la edad de 66 años, y su esposa recordó que en sus últimas semanas de vida, Arturo Fernández todavía le encargo la atención de múltiples asuntos.

Y reflexionó: “El 17 de diciembre lo entendí, por eso era tan desesperado; quería hacer demasiado y en los últimos días que estuve a su lado me dijo: He cometido errores, todos los cometemos, elegí esto, nadie me obligo a nada, hice lo que se me pegó la regalada gana, viví con quien quise vivir, hice todo lo que quise hacer. Soy un hombre feliz, lo único que lamento es que me faltó tiempo”.

Con la voz entrecortada, la doctora Gutiérrez Ávalos también comentó: “Recordarán que el vestía como caja fuerte, nunca le encontrábamos la combinación, él decía que era un abogado descorbatado, pero su decisión fue irse de este mundo en plenitud. Tuvo mucho honor, mucha dignidad. Y así se retiró, siendo un hombre digno que nadie lo viera enfermo. Estos últimos días iba al hospital de traje, muy arreglado pues decía que a las batallas se iba con elegancia. Jamás ningún médico lo vio inclinar la cabeza”.

Por el atril desfilaron entrañables amigos y dirigentes de sindicatos como el de los azucareros “Chema Martínez”, que entre otros muchos, ayudó a fundar hace 20 años; los propios tranviarios cuya lucha dio al lado del también desaparecido, Benito Bahena.

Y emotivas también resultaron las palabras de uno de los representantes de la nueva generación de dirigentes, como lo es Alberto Chávez Cruz del Sindicato Independiente de los Trabajadores de la CONDUSEF, quién rememoró:

“Nos acercamos al Doctor Arturo Fernández Arras, por la misma situación que muchos sindicatos estaban cerca de él:  en este caso, por estar en una situación muy complicada y gracias a la solidaridad del sindicato independiente de PROFECO, con Gabriel Domínguez Mijares, el cual nos dio la oportunidad de acercarnos a su abogado que era el doctor Fernández Arras, y junto con el maestro Gilberto Pérez, que hasta la fecha nos ha estado apoyando y le agradezco mucho”.

Alberto Chávez recordó el valioso apoyo del doctor Fernández Arras

Puntualizó el joven dirigente: “Durante la formación de nuestro sindicato, el Doctor Arras nos apoyó de una manera inimaginable en una situación muy complicada en la que un servidor estaba a punto de tener un proceso penal por parte de las autoridades de CONDUSEF, por formar un sindicato independiente.

Me acerque a él y me dijo: No pasa nada, yo te voy a ayudar, me dijo con una tranquilidad que me sorprendió, porque yo estaba desesperado. No sé si sabían ustedes que habían despedido a los miembros de mi comité, éramos un sindicato sin comité. Y él se ría y yo me sorprendía como   asimilaba las situaciones de una manera tan tranquila, porque sabía y conocía como resolver las cosas.

Fue una satisfacción que me invitaran a ser parte de su centro de investigación, el CENIJUR, del cual soy egresado orgullosamente. Y además de conocer su trayectoria como catedrático, docente, abogado de sindicatos y padre de familia, una gran persona”.

El líder también añadió: “Creo que no tendríamos tiempo de decir todas las virtudes que tenía el doctor; sin embargo, permítanme decirles que sigo aprendiendo de él, porque esa frase que me dijo que no se me olvida: ‘No pasa nada, Arturo’. Sé que no pasa nada porque siguiendo su ejemplo, vamos a seguir adelante”.

Y en efecto, los asistentes al emotivo acto, saben que la lucha en pro de los trabajadores debe continuar para honrar el legado del Doctor Arturo Fernández Arras, quien seguramente como señaló su viuda, ya está en el cielo junto con otros de sus colegas como Néstor de Buen, Juan Ortega Arenas y Baltasar Cavazos, impulsando en el cielo la negociación colectiva.

 

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