Ovalle no escucha a los pequeños productores
El Movimiento Plan de Ayala Siglo XXI, ubica en el debate a la transformación en la 4T, al existir una seria preocupación de que las políticas agrarias favorezcan de nuevo a las grandes industrias, que mantienen espacios para negociar en diferentes instancias de la SADER y Segalmex, mientras los pequeños productores no son escuchados
La Carta Robada
Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV
Es encomiable la posición del Movimiento Campesino Indígena y Afrodescendiente Plan de Ayala Siglo XXI (MCIAPASXXI) en cuanto al tema de los precios de garantía, en tanto que se solicita la intervención, en la estructura institucional (Seguridad Alimentaria Mexicana, SEGALMEX) y en el caso de ese programa, del presidente Andrés Manuel López Obrador, en torno a la problemática que se enfrenta.
Una clave central en esa solicitud es que no se concreta exclusivamente al programa en sí mismo sino en toda la estructura que involucra, sobre todo, la transformación del medio rural y el objetivo de la autosuficiencia y la soberanía alimentarias: “Se observan tiempos de cambios profundos en México, entre ellas, las nuevas políticas agrícolas impulsadas desde el gobierno de la Cuarta Transformación (4T)” y la impostergable necesidad de rescatar al campo, de alcanzar y lograr la autosuficiencia y soberanía alimentaria”.
Aún lejana la autosuficiencia alimentaria
Se identifica plenamente los sujetos y las clases involucradas en esa lucha, en este caso, las y los campesinos; se contextualiza el momento de crisis que vive el país, la crisis del Covid, y el modelo de desarrollo neoliberal que lo envuelve: “… seguimos trabajando en la producción de los alimentos que requiere el país, a pesar de la pandemia de COVID-19 que hoy nos afecta. El programa, Precios de Garantía, uno de los programas prioritarios y emblemáticos de este gobierno, además de ser un pilar fundamental de la nueva política agroalimentaria, marca un cambio sustancial y definitivo contra las políticas anti-neoliberales que favorecieron el aniquilamiento de la economía campesina.”
CERTIDUMBRE A COMERCIALIZACIÓN DE COSECHAS
Se identifica plenamente que en principio, el programa Precios de Garantía, significa, precios justos, reconocimiento al esfuerzo de las y los campesinos e indígenas, pero también tiene una importante trascendencia para mejorar y reactivar la economía rural al dar certidumbre a la comercialización y ventas de sus cosechas y por ello ha sido un acierto para los cambios que requiere el país, y más aún, ante la crisis sanitaria que vivimos.
En el Movimiento Campesino se observa con mucha preocupación los múltiples problemas que existen en la operación, que tienen a dicho programa “… en la (casi) parálisis, por eso se solicita la revisión del programa: objetivos, metas, avances y malas decisiones que se han tomado en Segalmex que se reflejan en la deficiente operación del mismo, ya que sostiene el movimiento, dirigiéndose a AMLO“…su lucha de décadas no puede ser desvalorada por estas malas decisiones”
¿Qué alcances tiene lo que refiere el MCIAPASXXI en el último párrafo? a que AMLO más allá de tener un conjunto de programas prioritarios (a los cuales se les pueda poner, en un listado de compromisos de campaña, una paloma de cumplidos o no cumplidos) el proyecto de la 4T implica un cambio estructural que no precisamente llegará con la eficiencia de un solo programa ni mucho menos, sino con la aplicación de una política agropecuaria que involucra un conjunto de políticas entre sociales y productivas que lleven a la soberanía alimentaria, que no es solamente la producción interna de alimentos sino de alimentos sanos.
PRODUCCIÓN AGRÍCOLA SIN TRASNACIONALES
La aspiración de que esos alimentos sean producidos en condiciones totalmente diferentes a los producidos en el modelo de la revolución verde, con gran cantidad de agroquímicos, bajo el control de las grandes empresas transnacionales y de los intereses de regiones de otros países, que dominan las estructuras de los mercados, como de las semillas; que buscan profundizar esos esquemas y, seguir en el dominio de las agro-exportaciones de hortalizas , utilizando nuestras tierras, aguas y biodiversidad, cuyas estructuras de investigación, producción, industrialización y comercialización se desarrollaron al amparo del Estado durante las últimas décadas, por lo menos durante los dos últimos modelos de desarrollo. De ahí el supuesto “éxito” de regiones agro-exportadoras, que no son otra cosa que regiones económicas enclave, en propiedades privadas (al interior del país) controladas o rentadas por los grandes capitales de alimentos del mundo.
PARTICIPACIÓN MARGINAL DE SEGALMEX
Considerando solo la producción de maíz (de un conjunto de granos que contempla la ley y que están asociados a la autosuficiencia y dependencia alimentarias) actualmente en el país se movilizan más de 40 millones de toneladas de maíz, considerando el monto que da a conocer el último informe de AMLO del consumo aparente, de lo cual Segalmex interviene en un porcentaje marginal; aún en esas condiciones (lo que requeriría décadas para tener una verdadera transformación estructural en la producción industrialización y la comercialización de los granos y no solamente maíz), el movimiento señala que en estados productores de maíz “… se han incumplido todas las propuestas y negociaciones que desde hace varios meses se han llevado a cabo entre comunidades, gobierno estatal y federal para aperturar centros de acopio.”
El MCIAPASXXI apunta en una dirección que pone directamente en el debate a la transformación en la 4T: ya que existe una seria preocupación que en estas políticas se esté favoreciendo nuevamente a las grandes industrias, las cuales han sabido mantener espacios de negociación en diferentes instancias de la SADER y Segalmex, mientras las y los pequeños productores han sido poco escuchados.
(*) Economista y Doctor por la Universidad de Chapingo, especialista en temas agrícolas.
