A través de la decadencia de tu sonrisa y lo cansado de tu intención, caminas debajo de las farolas nocturnas, abrazas el frío y la luz escarlata te ciega.
Los sentimientos arremolinándose dentro de tu cuerpo, confunden y funden toda su amargura para el desenlace de una duda precaria y sin sentido.
Te esfuerzas tanto por mirar al cielo y sentir consuelo, la frialdad de el mismo en tu mejilla empalidece tus emociones y tu cabeza se convierte en un concierto de voces incesantes.
Protestantes de tus pensamientos nunca callan de gritar lo mismo sobre los sueños “no te rindas” empapados de llanto y sin prisas continúan con sumisión.
Autor: Alan Reyes Romero
Ilustración: Ignacio Fuentes Sáenz
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