Miles de desplazados por el crimen organizado
La tragedia de Teuchitlán, revelada por el Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, el pasado 5 de marzo, debe seguir en análisis, pues a lo largo de las últimas décadas, la macrocriminalidad, sobre todo en los sexenios del neoliberalismo, ha golpeado los territorios del campesinado y los pueblos indígenas, donde se han registrado lamentables tragedias, asesinatos, violaciones, desapariciones y desplazamientos de miles de personas; las desapariciones y la violencia extrema no pueden entenderse como eventos aislados o simples manifestaciones del crimen organizado, se trata de un entramado mucho más complejo, donde convergen tanto estructuras criminales, estatales lo mismo que empresariales que colaboran para violar derechos humanos
La Carta Robada
Teuchitlán, barbarie y brutalidad extremas
Por Emilio López Gámez (*)
Especial de Cananea TV
Teuchitlán (conocido por la presencia de un centro ceremonial prehispánico, llamado Guachimontones. Se deriva de la voz Teotzitlán o Teutzitlán que se interpreta como “lugar dedicado a la divinidad”). La tragedia de Teuchitlán, revelada por el Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, el pasado 5 de marzo, sin duda debe seguir en el análisis. La reflexión, se ha centrado, en varios asuntos, dejando invisibles a los sujetos que sufren esta violencia a un plano donde estos no existen.
Los espacios del asesinato, siguen la dura mirada de la crueldad y del horror del simulacro que nos ha mostrado J. Baudrillar.

Tampoco se contextualizan los fenómenos vinculados a intereses del capital internacional, estatales, burocracias locales y crimen organizado. En su informe “Chiapas, en la espiral de la violencia armada y criminal”, el Centro Fray Bartolomé de las Casas (Frayba) resalta que “… a finales del año 2023 se estimaron alrededor de 392 mil personas en situación de desplazamiento forzado en México (…) 40 sucesos de desplazamiento por violencia en los estados de Chiapas, Chihuahua, Zacatecas, Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Estado de México” por el control de las rutas para el tráfico de drogas y personas desde Centroamérica. (infobae,20 de marzo 2025. Ernesto Jiménez).
Macrocriminalidad y territorios rurales
A lo largo de las últimas décadas la macrocriminalidad, sobre todo en los sexenios del neoliberalismo han golpeado salvajemente los territorios del campesinado y los pueblos indígenas; ahí se han registrado lamentables tragedias, asesinatos, violaciones, y matanzas, desapariciones y desplazamientos que han afectado a decenas de miles de personas, muchos de ellos jóvenes y cuya investigación de parte de los gobiernos han resultado en casi nada o en el ocultamiento o en “verdades históricas” ; esta crisis macrocriminal también ahora se expresa en espacios urbanos.

En la tragedia de Teuchitlán, el Comité Universitario de Análisis, señaló que, ha alertado “…públicamente sobre la crisis de desaparición de personas que ocurre en Jalisco, que es mayor a la ya de por sí inadmisible cifra oficial de 15,426 denuncias; la conexión estructural que tiene esa crisis con el crimen organizado y la corrupción policiaca y judicial; la incapacidad de las autoridades tanto federales como estales para contenerla; así como la permanente disposición de los sucesivos gobiernos (…) a desinformar sobre sus verdaderas causas, menospreciar las demandas de colectivos.” (Comité Universitario de Análisis en materia de desaparición de personas de la Universidad de Guadalajara. Comunicado 19 de marzo 2025)
La espacialización del capital, extractivismo, megaproyectos, expansión de la violencia y reconfiguración de la superexplotación de la fuerza de trabajo
Sin duda es imposible comprender la realidad del crecimiento en algunas áreas de México sin observar procesos de expansión del capital y su vinculación con los intereses del capital y la macrocriminalidad. Un ejemplo de este proceso lo representa la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que han favorecido el comercio de armas. También, “…desde principios de la década de 2000 se habían impulsado otros mecanismos para avanzar hacia el sur, mediante la creación de áreas o zonas geoestratégicas como el Plan Puebla Panamá”. De varias formas sostienen los autores, “… el Espacio Global suplanta a los espacios nacionales.
Esta suplantación del espacio nacional por parte del Espacio Global implica que el Estado nación en cuestión permite la subordinación de la soberanía de todo su espacio territorial…” contra esto último, precisamente el gobierno mexicano, se enfrenta. Por otro lado, “…existen espacios menores en los cuales se concentran, vía ajustes espaciales, los megaproyectos de infraestructura para la producción industrial de alta tecnología, o para procesos extractivos, etcétera” por ejemplo, en territorios rurales. (Espacios Globales para la Expansión del Capital Transnacional en el Continente Americano. Juan Manuel Sandoval y otros, coordinadores. CLACSO- 2020.).

Así, por ejemplo, el acaparamiento de ejidos a nivel nacional en manos de terratenientes como políticos, ex funcionarios y empresarios, que se hicieron con esos terrenos a través del despojo, “…con la complicidad de autoridades de los tres niveles de gobierno y al amparo de la legislación privatizadora promulgada por Carlos Salinas de Gortari en 1992” (análisis del RAN,16 de marzo 2025, La Jornada) han sido los espacios, en el medio rural, por excelencia, de la macrocriminalidad.
La macrocriminalidad y el papel del Estado mexicano
Buscar explicaciones como las grandes tragedias que han llevado a la muerte a ecologistas, a líderes rurales defensores de territorios, los desplazamientos de comunidades rurales para que se abran espacios para la desposesión para megaproyectos, tráfico de migrantes, explicación de la presencia del crimen organizado y la complicidad de gobiernos, a partir de hechos aislados desarticulados de los procesos de espacialización del capital, de los grandes proyectos del capitalismo, es no tener presente cómo estos procesos forman parte de poderes globales y grupos de la derecha mexicana (“simular es fingir tener lo que no se tiene”: Baudrillard) e internacional, que buscan el control de territorios y de los cuerpos, de los individuos y de los colectivos.
Como la señala Jonathan Ávila: “Las desapariciones y la violencia extrema no pueden entenderse como eventos desconectados o simples manifestaciones del crimen organizado. Se trata de un entramado mucho más complejo, donde convergen, como señala Daniel Vázquez, ‘estructuras criminales, estatales y empresariales que colaboran para violar derechos humanos. A la actuación conjunta de estas tres estructuras la llamamos redes de macrocriminalidad’. Estas redes son las que garantizan la impunidad.” (“Teuchitlán, Espejo de Horror y la Desaparición”. Marzo 13 2025. Jonathan Ávila. CEPAD. A Dónde van los desaparecidos.)
La definición de la Presidenta de México en cuanto al papel del Estado es un avance contra la macrocriminalidad
La presidenta de México en un comunicado del 17 de marzo precisa la posición del Estado mexicano: “Es importante aclarar que antes, en el pasado, la desaparición en México era perpetrada por el Estado, ahora está principalmente vinculada con la delincuencia organizada. En cualquier caso, es un delito sumamente grave que debe prevenirse, atenderse y sancionarse y, por ello, actuaremos en el marco de la ley y con toda la fuerza del Estado”. Las madres buscadoras y los colectivos estarán alertas.
(*) Doctorado en Ciencias en Economía Agrícola por la Universidad Autónoma Chapingo y experto en temas agrarios.