El funcionario y sus indisolubles nexos con trasnacionales
En el pasado foro del COP26, Víctor Villalobos y la Directora de Atención al Cambio Climático, Sol Ortiz, sin autorización oficial, dieron su apoyo a un proyecto de robotización del campo que contempla el uso de transgénicos y biocidas como el glifosato a los que el presidente ha prohibido su uso total en el 2024; el Secretario mostró que sus nexos e intereses con trasnacionales como Mosanto, a las que apoyó siendo Subsecretario en el Gobierno del panista Vicente Fox; organizaciones sociales, campesinas y científicos, piden a López Obrador su destitución
Por Marcela I. López Iturribarria (Becaria)
Especial de Cananea TV
Como un abierto desafío al decreto presidencial de diciembre del 2020 que estableció la sustitución total del uso del glifosato en los cultivos del campo mexicano para el 2024, y la prohibición absoluta de semillas transgénicas, el titular de la Secretaría de Agricultura, Víctor Villalobos y la Directora de Atención al Cambio Climático y de la Estrategia Nacional de Polinizadores, Sol Ortiz, hicieron sin autorización oficial un compromiso a nombre del gobierno de México, en la pasada reunión mundial del COP26, para apoyar los proyectos de robotización de la agricultura, el uso de biocidas y transgénicos, impulsados por trasnacionales como Bayer-Mosanto, BASF, Syngenta y PepsiCo.
En una carta enviada al presidente Andrés Manuel López Obrador, organizaciones sociales, campesinas, ambientalistas y científicos, denuncian que ambos funcionarios se tomaron atribuciones que no les correspondían al comprometer el apoyo del país a la Misión de Innovación Agrícola para el Clima (AIMAC4), iniciativa impulsada principalmente por trasnacionales con proyectos que agravarán el desempleo y la situación social del campo, a nivel global.
El documento firmado por 80 organizaciones y personalidades, alerta que el proyecto apoyado por el titular de la SADER y Sol Ortiz atenta contra los derechos de los pueblos indígenas y campesinos no solo de México sino de todo el mundo, contraviniendo las políticas del gobierno de López Obrador que establecen con claridad la prohibición gradual del uso del Glifosato para el 2024 y el uso de maíz transgénico en los cultivos del agro nacional.
VILLALOBOS Y SU LEY MOSANTO
Para algunos expertos que han venido luchando desde hace décadas en la defensa de los maíces originarios de México, la posición unilateral de Villalobos Arámbula era de esperarse pues tarde o temprano tendría que asumir la defensa de sus propios intereses personales, siempre ligados a consorcios internacionales que manejan la producción de alimentos en el mundo como Cargill o Bayer-Mosanto, esta última multinacional por la que siendo Subsecretario de Agricultura en el gobierno de Vicente Fox, promovió la llamada Ley Mosanto con la cual se anuló el principio de precaución para el uso de semillas transgénicas en el país.
Además, este reglamento no establecía la obligación de consultas públicas para el uso de semillas modificadas, defendiendo ante todo ellos derechos monopólicos de las trasnacionales y sus patentes, eximiéndolas de cualquier responsabilidad por contaminación.
Villalobos se dio el lujo en el sexenio de Fox de firmar a espaldas del Senado, el llamado TLC Transgénico, un acuerdo con Estados Unidos y Canadá por el cual se dio entrada legal a los productos transgénicos sin requisitos de etiquetado. A pesar de que en 2001 se detectaron en Oaxaca y Puebla contaminación de semillas transgénicas, la Ley Mosanto dio la luz verde para la regularización de cultivos de transgénicos en país con lo que empresas como Mosanto, Pionner y Syngenta, pudieron hasta el 2013 sembrar sus productos en fases experimentales.
SCHERER Y ROMO, LOS DESPEDIDOS ALIADOS DEL SECRETARIO
Desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció su intención de que Víctor Villalobos fuera su Secretario de Agricultura, hubo tanto posiciones de asombro como de indignación por los nexos e intereses comunes del personaje con las trasnacionales como Monsanto a la que por cierto, el ex Jefe de la Oficina de la Presidencia, Arturo Romo, vendió su compañía productora de semillas transgénicas SEMINIS, en mil 400 millones de dólares.
De hecho, tanto Romo como el ex Director Jurídico de la 4T, Julio Scherer, han sido desde hace años impulsores de las empresas productoras de transgénicos por lo que desde que en marzo del 2020 el presidente encomendó a miembros de su gabinete un decreto para gradualmente prohibir el uso del glifosato en el agro nacional por su alta probabilidad carcinógena en el organismo humano y daños al medio ambiente, la triada que ambos funcionarios formaron con Víctor Villalobos, hizo todo lo posible por dinamitar la intención del Ejecutivo Federal. Además de negocios en común, Villalobos y Scherer comparten nexos familiares pues son consuegros.
De hecho, los poderosos funcionarios aliados de Villalobos Arámbula, mantuvieron un silencioso enfrentamiento con el Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (GISAMAC), que ha venido pugnando por impulsar la agroecología en México; en contraparte, el actual titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), fue Secretario Ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Organismo Genéticamente Modificados (CIBIOGEM), que con el apoyo de los gobiernos neoliberales ha buscado minar los protocolos de bioseguridad como sucedió con el Protocolo de Cartagena,
El propio Villalobos ha asegurado en su libro: Los Transgénicos: oportunidades y amenazas, que el maíz transgénico no agrede la cultura ni las tradiciones y ha defendido su intención por acabar con las semillas originarias del país, bajo el argumento que México “no puede quedar rezagado en el desarrollo tencológico”.
CIENTÍFICOS PIDEN SU SEPARACIÓN DEL CARGO
Para tener una idea del tamaño del negocio que se escapará de las manos al actual titular de la SADER y a sus socios y amigos cuando el 2024 se prohíba de manera terminante el uso del glifosato, baste decir que las importaciones de este herbicida realizadas del 2010 al 2020 por México, ascendieron a mil 667 millones de dólares.
En el último párrafo de su escrito enviado al Presidente de la República, los firmantes resaltaron: “le solicitamos atentamente no comprometa el apoyo de México a la iniciativa AIMAC4, y que Vpictor Villalobos y Sol Ortiz no formen ya parte de su gobierno. Su postura no ha sido ahora, ni en numerosas ocasiones, acorde con las políticas que usted impulsa y que permitirían lograr una agricultura sustentable y una alimentación sana”.
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