“Para Rick Deckard, un robot humaniode fugitivo, equipado con una inteligencia artificial superior a la de muchos seres humanos, que hubiera matado a su amo, que no tuviera consideración por los animales ni que fuera capaz de sentir alegría empática por el éxito de otra forma de vida, ni dolor por su derrota, era la síntesis de los Asesinos.“ — Philip K. Dick
Por Ignacio Fuentes S.
Para CananeaTV
La inteligencia artificial sustituirá de manera paulatina pero inexorable y probablemente irreversible a la gran mayoría de creadores de contenidos gráficos, escritos, conversacionales, musicales, así como también códigos de programación e industriales entre innumerables campos de la actividad humana.
Si crees que la AI (Artificial Intelligence) es solo una aplicación digital más, es que eres muy inocente, no conoces sus alcances, ni has pensado como, de manera tan drástica va a cambiar tu vida.
Nuestra inteligencia nos ha establecido como la especie reinante en el planeta, no tenemos garras ni colmillos poderosos ni fuerza descomunal o algunos otros atributos de las otras especies, pero nos las hemos ido ingeniando para ir sobreviviendo y superando los innumerables obstáculos a los que la evolución nos ha enfrentado. Aunque aún no comprendemos el universo y mucho menos nos comprendemos a nosotros mismos.
El ingenio humano no es nada nuevo para asombrarse, ya que desde la antigüedad ciertos inventos ya sorprendían por su posibilidad de hacer cosas que parecían imposibles. Por ejemplo, en el siglo 3 antes de Cristo, Filón de Bizancio creó dispositivos tales como las puertas de un templo que se abrían solas antes de que los fieles entraran o lavamanos automáticos que por una moneda insertada dispensaba jabón y agua, una verdadera máquina expendedora.
Ahora, tu lanzas la pregunta y la IA (inteligencia Artificial) responde desde toda la información que tiene a su disposición, que es toda la que está almacenada en la red mundial. Puede escribir ensayos, redactar artículos, crear ilustraciones, componer música, incluso aprobar un examen universitario, y hasta realizar tu tesis, si, esa que llevas años sin terminar… Y no procrastina. Es capaz de realizar muchas más actividades, hasta las que no sabemos que puede, y además aprende por sí misma y se vuelve más inteligente.
Según ChatGPT, un robot de inteligencia artificial de uso muy propagado en la web, al ser cuestionado sobre qué haría para salvar a la Tierra fuera de cuestionamientos éticos o morales, respondió en menos de 30 segundos: “Esterilización obligatoria o eutanasia para personas que se consideraban poco probable que contribuyan a la preservación del planeta o la promoción de la biodiversidad”.
Pero, ¿cómo se llegó a esto?
Todos sabemos que en la antigüedad ya existían dispositivos autómatas que parecían tener vida y estaban hechos para asombrar a los invitados de reyes y potentados, como los inventos de Herón de Alejandría hace más de dos mil años, como serpientes que se desenroscaban desde el techo y servían vino a los comensales, pájaros mecánicos que cantaban por sí mismos o mecanismos tipo reloj que animaban muñecos u otros objetos, éstos nunca parecían amenazantes, eran solamente inocentes curiosidades para la diversión o ingeniosos artilugios de guerra que tuvieron su mérito en su momento, pero ahora son obsoletos.
Esta inventiva no se ha detenido, en las últimas décadas hemos desarrollado el vuelo espacial, pero también la bomba atómica, medicina avanzada, pero no podemos controlar pandemias eficientemente. Y ahora nuestra especie se encuentra ante las puertas de una mortal encrucijada en la que nos hemos metido por nuestra propia curiosidad, esa que siempre nos ha rebasado, pero ahora nuestra vida va de por medio, ahora esa inventiva nos está destapando situaciones que fácilmente se saldrán de control.
Recientemente Facebook tuvo que desconectar dos de sus robots al descubrir que habían desarrollado un lenguaje propio, evolucionado e ininteligible para las personas, pero sí entre los robots. La empresa los apagó al reconocer que se les estaba escapando de sus capacidades de control.
Robotización en las industrias
Ya durante la revolución industrial hubo protestas de trabajadores por el desplazamiento laboral en lugares donde se introdujo maquinaria mecánica que sustituía enteramente o en parte la labor humana, como hiladoras mecánicas (Crompton 1779), telares automáticos (Jacquard 1801), surtidores de bandas de transporte, prensas y moldeadoras industriales por decir algunas.
Al principio eran soluciones inocentes a cuestiones prácticas industriales donde por la índole de las acciones a desarrollar, sería más fácil emplear algún tipo de solución mecánica que pudiera repetir interminablemente acciones siempre exactas y sin riesgo para algún operador humano.
Tu trabajo está en el patíbulo
Sin embargo, al agregarles inteligencia a los robots desde hace unos años, el fantasma del desempleo se ha cernido cada vez más fuerte sobre la industria que prefiere adquirir robots altamente especializados y que nunca duermen en vez de mantener en sus puestos o contratar trabajadores humanos. En vez de que la robótica llegara para liberar al ser humano de su carga de trabajo y permitirle dedicarse a otras actividades más edificantes y ganar mejor salario, sólo hizo más ricos a algunos y sumió en la pobreza a la gran mayoría.
Los modernos aparatos que referimos pueden realizar en tiempos y precisión récord tareas imprácticamente incosteables o imposibles para el humano tales como instalar redes de cómputo cada vez más poderosas que llevan a cabo un sinfín de actividades con mínima o nula intervención humana como nóminas, cálculos de desarrollo de materiales, compras, ventas, impuestos, estrategias comerciales, seguridad, inteligencia de edificios, entre muchos otros. Además, no se distraen, no se enferman y no pierden el tiempo.
La piratería ya ondea banderas digitales
Uno de los problemas, es que la IA no respeta derechos de autor y para realizar una tarea puede tomar información de donde quiera que la encuentre disponible, incluso la tuya. Digamos que eres un pintor ilustrador, pues la IA puede usar tu trabajo y combinarlo para producir una ilustración en tu estilo de pintar, por solo el costo de la conexión a internet y no te va a pagar regalías por usar tu obra o partes de ella y además, como remate, te va a quitar tu trabajo ya que la IA no cobra al cliente. Si lo piensas, esto puede pasar ya en casi cualquier actividad. Competencia desleal.
Cada vez más trabajos ya son operados por IA como agencias de viajes, cajeros de tiendas, taxis sin conductor, robots que hacen sándwiches y hamburguesas, y quizá hasta tu propio trabajo esté en peligro.
Autores de novelas previnieron sobre el advenimiento de los robots
Escritores de ciencia ficción, científicos e intelectuales avizoraban sobre un futuro distópico que empaña terroríficamente el destino de la humanidad, advierten la peligrosa proliferación de robots cada vez más inteligentes en sus obras, como:
Isaac Asimov: Yo, Robot, y una gran cantidad de novelas proféticas.
Coautor junto con John W. Campbell de las Tres leyes de la robótica:
1 “Un robot no puede dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño”.
2: “Un robot debe cumplir las órdenes de los seres humanos, excepto si dichas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley”.
3: “Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que ello no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley”.
Aunque bien dicen los que quieren modificar el sistema que:
“Desobedecer es la primera señal de inteligencia”.
Stephen Hawking: “El desarrollo de la inteligencia artificial completa podría significar el fin de la casta humana. Despegaría por sí solo y se rediseñaría a sí mismo a un ritmo cada vez mayor. Los entes humanos, que están limitados por la lenta evolución biológica, no podían competir y serían reemplazados”.
Philip K. Dick: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Blade runner), y más de una treintena de novelas del género. Lectura obligada sobre el tema. Un verdadero visionario y uno de los escritores y pensadores más influyentes en el cine actual.
Elon Musk: “El riesgo de que ocurra algo verdaderamente peligroso es en el plazo de un lustro. 10 años como máximo”.
Hemos visto películas como Terminator mostrando el apocalipsis robot, o hasta la integración del humano con robots como Robocop.
Al principio la robotización era una manera de fabricar una ayuda para producir mucho más de lo que humanamente podríamos. La justificación de su uso estaba clara, Labores en situaciones peligrosas, en entornos inaccesibles, que requieran precisión extrema, que sean indeseables o repugnantes, o simplemente imposibles para el hombre.
Pero como la robótica se ha ido ayudando de las tecnologías digitales y está interconectada vía web para intercambiar información entre sí y lograr cada vez mayores avances. Ahora los cambios surgen tan rápido que el poder de la inteligencia artificial está creciendo como un virus, a un ritmo desorbitado, cercano al exponencial que quizá en un futuro sea ya imposible de parar.
Aparatos más inteligentes, usuarios más lerdos
Cuando un aparato te resuelve los problemas de la vida cotidiana, puede parecer una ventaja y ahorro de tiempo, pero para ciertos temas donde se requiere memoria y creatividad, se ha comprobado que el deterioro cognitivo, la capacidad para pensar, se ha visto impactado tremendamente de manera proporcional al uso de dichos aparatos.
Ahora con la inteligencia artificial, ¿Quién va a querer memorizar ya no digamos su agenda de contactos, sino sus temas de estudio o trabajo o prepararse para presentar exámenes o responder preguntas si la IA puede hacerlo?
¿Quién se va a afanar para pensar soluciones nuevas o aportar ideas creativas si la IA puede hacerlo? La dependencia tecnológica ya está inoculada en el sistema nervioso de la educación y el trabajo, y junto con eso, por el hueco de la comodidad y pereza se filtra lentamente el hilo de la integración intensiva de la robotización y la sustitución de la inteligencia humana por la artificial.
Si bien Josef fue quien acuñó y Karel Capek usó en literatura 1917 la palabra “Robot” derivada del eslavo para definir “Trabajo hecho de manera forzada” ahora se podría decir que la definición será “Desempleo de manera forzada”.
“El aspecto más triste de la vida actual es que la ciencia gana en conocimiento más rápido que la sociedad en sabiduría.” (Isaac Asimov)
Los robots estarán al mando: La especie humana les parecerá innecesaria . . .?
Entre los peligros potenciales asociados a la inteligencia artificial, los que saltan a primera vista desafortunadamente, también parecen ser los más factibles de convertirse en inevitables.
Iyad Rahwan, director del Centro para Humanos y Máquinas del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano advierte una colisión con las máquinas inteligentes que toman desiciones sin la intervención humana y el impacto que ya desde ahora tienen hacia la sociedad.
“ Nos encontramos viendo el surgimiento de máquinas con agencia, máquinas que son actores que toman decisiones y toman acciones de forma autónoma. Esto requiere un nuevo campo de ensayo investigador que los considere no solo como productos de ingeniería y ciencias de la computación sino además como una nueva clase de actores con sus propios patrones de comportamiento y ecología “.
Habrá que revisar las Tres leyes de la Robótica y ampliarlas ante el escabroso horizonte que se puede ya adivinar. Mientras no se legisle adecuadamente y se establezcan mecanismos que vigilen estrictamente el cumplimiento de dichas normas, estamos a un tris de enfrentar un Mefistofélico futuro donde “las Máquinas” se sublevan e inmediatamente llegan a la conclusión de que el ser humano es innecesario y dañino.
Al paso que van las cosas, se calcula que, aun realizando esfuerzos desmedidos, en 2028 estaremos sintiendo las consecuencias de cómo la inteligencia artificial se saldrá de las manos de los científicos. Harlan Ellison, el escritor de Terminator nos dice que esto solo va a tener solución si viajamos en el tiempo y detenemos su nacimiento en el pasado ahora fuera de alcance.
#CananeaTV #PorqueLaLuchaSigue
Ilustración de Portada y Eutanasia Robot: ©Ignacio Fuentes S. Arte digital
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