Los pueblos deben recobrar su Estado de Derecho
El modelo de gubernamentalidad que priva a nivel global “…no somete las conductas de los individuos por medio de la fuerza policial, sino que presupone la libertad de aquello que gobierna”, su objetivo no es someter por la fuerza a los desobedientes, ya que puede neutralizar su peligrosidad mediante dispositivos de seguridad y el dominio de las tecnologías políticas
La Carta Robada
Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV
Santiago Castro-Gómez, autor de Historia de la gubernamentalidad, analiza, entre otros temas al Estado, el poder y por supuesto la gubernamentalidad, antes y para el periodo neoliberal. A raíz del recrudecimiento de las acciones de algunos gobiernos de América Latina en cuanto a los movimientos de profesores, de jóvenes, de mujeres y otros, la lectura de Castro-Gómez y el análisis detallado que lleva a cabo de personajes como Michel Foucault, resulta imprescindible.
Los análisis del papel del Estado y el poder, ante algunos movimientos son temas de todos los días, y el análisis del poder, presenta una gran fuerza al momento de analizar las políticas de los gobiernos en estos momentos. En cuanto al análisis de la política, para Foucault, pasamos de un “modelo bélico” que se fue agotando a fines de los 70 e inició otra interpretación del ejercicio de la política y el poder con el “modelo gubernamental”, lo que coincide con el arranque del neoliberalismo.
EL MODELO BÉLICO
El modelo bélico implica una visión de la política: sólo puede hablarse de política en el nivel microfísico de las relaciones del poder; estas relaciones se extienden como una malla por toda la sociedad. Las instituciones, convierten a los individuos en puros objetos de observación para someterlos y despojarlos de su libertad, y sobre todo les niegan su propia subjetividad.
En este modelo, la verdadera política es aquella que interviene en esas redes del poder. Desde esta perspectiva los cambios progresistas no se producen interviniendo al nivel del Estado de derecho y la democracia, sino en el nivel de los micropoderes. No se trata de pedirle nada al Estado, de luchar por la adquisición de derechos, de fortalecer la democracia, pues por ese camino nada puede lograrse.
En el modelo bélico conlleva a la idea de una política sin sociedad política; lleva a una política donde se combate sin cuartel en cada punto, cuerpo a cuerpo, resistiendo en todo momento al poder del soberano, destruyendo sus mecanismos de captura. Involucra una guerra permanente contra el Estado, en la que se busca escapar a la obediencia y a la dominación.
EL MODELO GUBERNAMENTAL
En cambio en el caso del “modelo gubernamental” centra su análisis en el “gobierno” donde la mirada no se centra en los micropoderes sino en temáticas más globales como el capitalismo, la economía política y los dispositivos de seguridad. Aquí el Estado no aparece como una “maquinaria infernal” del modelo bélico, que impone su dominio a sangre y fuego; aquí la gubernamentalidad es condición de ese poder.
En este modelo gubernamental, el Estado es colonizado y usurpado en sus funciones. Ese nuevo poder es el neoliberalismo, que le arrebata la soberanía al Estado. Este nuevo tipo de gobierno “…no somete las conductas de los individuos por medio de la fuerza policial, sino que presupone la libertad de aquello que gobierna”, es un gobierno cuyo objetivo no es someter por la fuerza a los desobedientes, ya que se puede neutralizar su peligrosidad mediante dispositivos de seguridad. La política se despliega ahora en el dominio de las tecnologías políticas (entre otras características, sus objetivos son definidos por estrategias gubernamentales de carácter global).
En el modelo gubernamental hay un nuevo entendimiento de las relaciones de poder; lo que define esas relaciones no son ya la dominación por medios coercitivos, sino el poder es ahora entendido en términos de gobierno; ejercer poder en este modelo no significa someter a otro, como se hace en la guerra, sino conducir su conducta.
No se trata de inhibir o constreñir la acción de otros, sino de crear un medio ambiente, para cumplir con determinadas metas, ciertos objetivos; lograr que las personas se comporten conforme a esos objetivos; buscar que los gobernados hagan coincidir sus propios deseos, decisiones, con los objetivos gubernamentales, eso es la gubernamentalidad.
ESCAPANDO A LA OBEDICIENCIA Y DOMINACIÓN
Este acercamiento a esos dos modelos retoma de manera demasiado gruesa algunos de sus principales ángulos los temas del poder y la política, busca contribuir a una caracterización de los movimientos en Europa, Norteamérica, A. Latina y en México. Los movimientos sociales en Francia, Chile, EUA, México en la actualidad parecen retomar algunos de los rasgos del modelo bélico de Foucault.
Los crímenes racistas en los EUA, el rechazo de los movimientos a las políticas neoliberales en Francia, en Chile y los movimientos feministas en México, algunos de los cuales combaten sin cuartel, cuerpo a cuerpo en el campo de la microfísica del poder, están convencidos de que están buscando escapar de la obediencia y la dominación y que a ellos y ellas no les dice nada ni las instituciones, ni el “Estado de derecho”, menos la democracia representativa.
Aun con ello el “modelo gubernamental” también está presente en esos procesos, pero la resistencia de los movimientos muestra que no están convencidos ante la manipulación y desconfían y rechazan al sometimiento que se logra vía la gubernamentalidad. Opiniones como las de Castro-Gómez apuntan hacia otras posibilidades, por ejemplo, que la recuperación del Estado de derecho es la única estrategia viable que tenemos para combatir la precariedad y las diferentes formas de violencia en la que han caído millones de personas en todo el mundo.
(*) Economista y Doctor por la Universidad de Chapingo, especialista en temas agrícolas.
