El establecimiento y a la derecha su purificadora de agua
A pesar de reiteradas denuncias de familiares y hasta recomendaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Hidalgo, la familia Yáñez Anta controla este negocio privado donde se expenden productos a precios elevados; se presume el contubernio con Laura Talamantes, Subdirectora de Seguridad Pública, quien no mueve un dedo para solucionar el problema
Por Staff de Cananea TV
Este lunes 19 de octubre, los internos del Centro de Readaptación Social de Pachuca se encontraron con la noticia de que sus familiares no podrán hacerles llegar ningún tipo de alimento ni elaborado ni de marca, ni siquiera agua; esto con el fin de obligarlos a consumir en la tienda ubicada en el interior del penal y que desde hace años es un rentable negocio para Roberto Yáñez Anta y su hermanos, mismo que de acuerdo con versiones de los afectados, operan con la aprobación de la Subdirectora de Seguridad Pública en Hidalgo, Laura Talamantes.
Algo muy turbio se oculta desde hace años en el funcionamiento del referido establecimiento pues en diciembre del año pasado, el titular de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo, (CDHEH), Alejandro Habib Nicolás, reconoció un sobre precio en los productos y se pidió a las autoridades estatales investigar y poner orden, pero hasta el momento, Laura Talamantes no ha movido un dedo para corregir el asunto.
Luego de que Cananea TV diera a conocer las condiciones infrahumanas en que sobreviven los más de mil presos, familiares nos hicieron llegar esta nueva denuncia ante la falta de vigilancia de las autoridades estatales para acabar con este foco de corrupción que pone en riesgo la vida misma de la población del centro penitenciario, ya que además se les obliga a comprar hasta el agua para beber que se produce en la planta purificadora de la referida tienda, misma que es de dudosa calidad y cara, como todos los productos que se expenden en esta moderna “Tienda de Raya”.
De manera extraoficial se comenta que el 70 por ciento de los reclusos son adictos al Cristal, droga sintética altamente adictiva y dañina a la salud, por lo que solicitan a la Tercera Visitaduría de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CDDH), enfile su investigación sobre las anomalías de este penal a los presuntos vínculos y negocios entre Laura Talamantes y los hermanos Roberto, Deya, Angélica y Norma, todos ellos de apellidos Yáñez Anta, pues no es posible que desde afuera del penal se impongan reglas arbitrarias pasando incluso por encima del mando operativo del nuevo director, Marcos Hernández Morales.