Enemigos al Acecho Contra Aliados de la 4T

El SNTE y sus apoyos al primero y segundo piso de la 4T

La frustrada Reforma a la Ley del ISSSTE, puso en tela de juicio los acuerdos y alianzas que pactaron desde el 2018, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador y el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfonso Cepeda Salas; apoyos que se hicieron extensivos cuando se empezó a construir la precandidatura a la Presidencia de Claudia Sheinbaum, siendo el primer sindicato nacional que le expreso de manera pública su apoyo en el 2022. Ahora parece que ciertos grupos internos de Morena y la 4T, tratan de dinamitar esos acuerdos con miras a apoderarse del sindicato más numeroso e importante del país

El Diván de la Utopía

Por I. León Montesinos
Especial de Cananea TV

La controversial Reforma al ISSSTE es el catalizador que ha puesto en entredicho los acuerdos pactados entre la 4T y el SNTE, la organización sindical más importante y numerosa del país, que antes del arranque del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en noviembre del 2018, selló su alianza para impedir el retorno de la ex Líder Moral del Magisterio, Elba Esther Gordillo, para después reafirmarla en el apoyo a la precandidatura de la entonces Jefa de Gobierno –y hoy Presidenta—Claudia Sheinbaum Pardo, desde agosto del 2022.

Conforme se ha decantado el tema, va quedando en claro que el autor o los autores de lo que ahora se considera una contrarreforma al Instituto de Seguridad y Servicios Social de los Trabajadores del Estado, nunca consensaron con el SNTE los cambios que por mes y medio terminaron enfrentando al gobierno de la Dra. Sheinbaum con los más de dos millones de profesores en activo y jubilados del país, el sector más afectado de la burocracia al imponer, entre otras modificaciones, la aplicación de mayores descuentos a los sindicalizados que ganen más de 10 UMAS.

Adhesión y solidaridad a la precandidatura de la hoy presidenta, desde el 2022

Desde agosto del 2022, el gremio magisterial encabezado por Alfonso Cepeda Salas, fue de los primeros sindicatos nacionales que abiertamente le expresaron su adhesión a la todavía Jefa de Gobierno, al organizarle un acto en el Centro Cultural del México Contemporáneo. Y si bien el primer encuentro pudo calificarse como un acercamiento de cortesía, en el segundo celebrado en el mismo espacio, el 3 de noviembre de ese año, se establecieron en concreto, acuerdos y peticiones.

El evento denominado: “La Nueva Escuela Mexicana Plan y Programa de Estudios para la Educación Básica”, fue el marco para que el SNTE planteara a la aspirante a la candidatura presidencial de Morena, dos peticiones torales en el tema de las pensiones:

La primera, que la Jefa de Gobierno pidiera a sus “amigos senadores”, impulsar una iniciativa “que reforme la actual Ley del ISSSTE” para que retorne a su antiguo sistema de pensiones; y, dos, que el monto máximo de las mismas no tenga las 10 UMAS, como tope sino que alcance las 25. “Si no se puede en este gobierno –planteó la dirigencia magisterial–, que sea en el siguiente”.

Tras escuchar de los líderes del SNTE su apoyo, la Jefa de Gobierno anunció entonces el retorno de las escuelas de tiempo completo y, de llegar a la Presidencia, el compromiso de desterrar los exámenes de admisión y aumentar el número de preparatorias.

El encuentro reafirmó que la dirigencia del magisterio nacional iría con todo para apoyar la candidatura presidencial de la Dra. Sheinbaum Pardo, y si bien durante la campaña presidencial del 2018, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, aún dirigido por Juan Díaz de la Torre—que aspiró a ser Senador–, se la jugó con el PRI, éste renunció el 22 de noviembre –días antes de la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador–, durante la 47 Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional del SNTE, para dejar al entonces Secretario General, Alfonso Cepeda Salas, en las funciones de Presidente de la poderosa organización.

Dirigentes magisteriales en su reunión en Palacio Nacional

¿Cómo fue que el SNTE mutó de apoyador del alicaído PRI a aliado de la naciente 4T?

Recordemos que el 29 de noviembre de ese año sucedió un hecho inédito e inesperado. Se había establecido que el presidente electo recibiría a los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE en sus Casa de Transición de la calle de Chihuahua 216, en la Colonia Roma, pero al enterarse de la agenda del día, incondicionales de Elba Esther Gordillo como Rafael Ochoa y Alberto Meneses, entre otros, se apersonaron con Julio Scherer Ibarra para solicitarle en tono beligerante que primero recibiera a la su lideresa moral, quien se encontraba apostada a solo unas cuantas calles.

Semanas antes, Gordillo Morales había externado su interés por retornar “sin miedos” a la actividad sindical al recuperar su libertad en agosto de ese año, tras ser encarcelada en febrero del 2013, por oponerse a la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto. La decisión de la maestra anunciaba como un hecho inminente su retorno al trono del magisterio nacional y el cobro de afrentas por la traición de personajes como Juan Díaz de la Torre, sin embargo ocurrió algo inesperado.

Ese crucial día 29, Scherer se comprometió con los personeros de la ex líder a transmitir su petición a López Obrador, pero el hecho fue que el presidente electo nunca se apareció en el inmueble de la transición y de manera sorpresiva por la tarde, se reunió en el Hotel Four Points de Álvaro Obregón, con Alfonso Cepeda y su comité. Aficionado al béisbol como el presidente electo, el dirigente sustituto del SNTE le obsequió una casaca de un famoso equipo; relatan testigos del encuentro que entre ambos hubo “buena química”.

De esa reunión histórica, AMLO lanzó la parábola que anunció el fin de la era de Elba Esther Gordillo en el SNTE: “No podemos colocar vino nuevo en botellas viejas”. A la distancia se ha entendido que la posición de franco reto y exigencia de la legendaria dirigente hacia el nuevo gobierno de la 4T, lejos de acercarla con el nuevo presidente terminó por alejarla.

Y los acuerdos para que Cepeda solo fuera un líder destinado a lanzar la convocatoria para realizar elecciones con el voto libre, directo y secreto de los dos millones de maestros del país, con el claro objetivo de que algún incondicional de la maestra llegara a la dirigencia del sindicato más grande de América Latina, quedaron sin efecto. Sin el renunciado Juan Díaz de la Torre de por medio y con todo el apoyo presidencial de su lado, el coahuilense tuvo el camino libre para comenzar el “destierro” político de la icónica Elba Esther, pero también las puertas abiertas para convertirse en un fiel aliado de la naciente 4T.

Los propios líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) –aliada histórica del Movimiento de Regeneración Nacional– no pudieron ocultar su evidente contrariedad pues con las 25 diputaciones federales que Morena les había dado en la Cámara de Diputados, tras el triunfo electoral del 2018, y la ubicación en la Comisión de Educación de Adela Piña, una de sus más representativas militantes, solo esperaban las elecciones agendadas en enero del 2019, para iniciar su proyecto de desplazamiento de los dirigentes del SNTE, pero el tiempo pasó y los comicios esperados nunca llegaron. Y lejos de haber aprovechado su fuerza legislativa para tejar una agenda de propuestas alternativas a la 4T, en la cúpula de la CNTE se volvió al estilo beligerante y de confrontación, hasta convertirse en algo así como los aliados incómodos.

De hecho, fue la propia Adela Piña quien asumió la titularidad de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM), en junio del 2021, creada en el 2019 para sustituir a la antigua Coordinación General del Servicio Profesional Docente. El organismo que debía regular y gestionar los procesos de selección y admisión de los maestros, terminó aniquilando la bilateralidad con la parte sindical y vulnerando los derechos laborales de los docentes. En síntesis, salió peor el remedio que la enfermedad. Al grado de que ahora hasta la propia CNTE, se ha sumado al reclamo del SNTE, para exigir la derogación de la Ley General del Sistema para la Carrera de Maestras y Maestros.

Con tales antecedentes de alianza y acuerdos tanto con el primero como el segundo piso de la 4T que incluso llevaron al Senado por Morena a Alfonso Cepeda Salas, era de esperarse que antes de presentar a la Presidente Sheinbaum la Reforma a la Ley del ISSSTE, al menos debía correrse la atención de entregar un borrador a los líderes del magisterio del país, pero no fue así y es ahí donde comienzan a aparecer circunstancias nada claras y menos lógicas, pues nos comentaba una fuente de la Cámara Alta que ni siquiera en su calidad de Presidente de la Comisión de Seguridad Social, Alfonso Cepeda tuvo el documento para un análisis previo en su carácter de legislador. El Director del ISSSTE, Martí Batres Guadarrama, se fue por la libre con las consecuencias por todos conocidas.

Martí Batres, sospechosa institucionalidad

Tras lo sucedido, cabe preguntarse:

¿Es acaso que integrantes de los duros, también llamados obradoristas, actuaron con una estrategia bien premeditada para arder la pradera magisterial con el objetivo de que la CNTE –que apenas cuenta con un 15 por ciento de la membresía total de los maestros del país–, tuviera el caldo de cultivo exacto para tratar de desplazar al SNTE y colgarse la medallita de echar abajo la polémica propuesta, como en apariencia sucedió tras reunirse con la Jefa del Ejecutivo el pasado 18 de marzo, consiguiendo el retiro de la iniciativa?

Todo apunta a suponer que a la Dra. Sheinbaum le presentaron a bote pronto el documento y cabe preguntarse si tampoco mereció de la Consejería Jurídica la atención necesaria para analizar su contenido y las naturales consecuencias político-laborales que tendría en los millones de mentores y la burocracia sindicalizada del país. El tema es delicado si se comprueba que los autores de la incendiaria propuesta actuaron en un plan con maña.

En esta decantación de hechos hay otras manos negras que parece financiaron el plantón de 72 horas del Zócalo capitalino por parte de los integrantes de la CNTE, los cuales curiosamente estrenaron flamantes casas de campaña de cierto fabricante, para albergar cómodamente a unos 3 mil 500 mentores provenientes de estados como Chiapas y Oaxaca –se especula que fueron movilizados con el financiamiento de gobernadores como Salomón Jara–, que tuvieron un apoyo de mil pesos diarios para su estancia. Una importante cantidad de millones que difícilmente salieron de los fondos de la Coordinadora.

Salomón Jara, el gobernador en entredicho por los recursos y viáticos al magisterio oaxaqueño, en la CDMX

Presionado por la compleja coyuntura, parece que al Secretario de Educación no le quedó de otra más que puentear con la Presidenta para que recibiera a sus viejos aliados, a los que abrió las puertas de Palacio Nacional, el pasado 26 de mayo. En la reunión, los líderes del SNTE, pidieron más apoyos para atender las necesidades de sus 56 secciones, mayores salarios y el fortalecimiento del Programa la Escuela es Nuestra, entre otros asuntos.

Aunque el tema medular que sigue pendiente es el de las pensiones, anuncios como el desechar la propuesta de mayores cotizaciones a los maestros que ganan más de diez UMAS y el reciente decreto de modificaciones al FOVISSSTE para terminar con los eternos pago a los créditos de vivienda, lo mismo que la participación de los mentores para revisar la Ley del Sistema de Carrera en que se apoyó la USICAMM, parecen no ser suficientes para la CNTE que, tenemos entendido, en su pliego de peticiones exigió en Palacio Nacional la democratización del SNTE, es decir, retomar la elección pendiente desde el 2019.

No se necesita analizar con lupa los recientes hechos para entender que los líderes de la Coordinadora ya trazaron su ruta con miras al estallamiento de un paro indefinido, que bien podría ser el próximo 11 de abril cuando se reúna su Asamblea Nacional Representativa (ANR). A pesar de no tener de su lado más que al 15 por ciento de la membresía magisterial, sus líderes al lado de sus aliados de la 4T, parecen dispuestos a tratar de minar al SNTE. Tenemos entendido que dentro de sus peticiones en Presidencia estuvo el “democratizar” al magisterio, es decir, han empezado a presionar al gobierno federal para tratar de desplazar a la dirigencia de Alfonso Cepeda.

La duda del financiamiento al plantón de la CNTE

El asunto es que no fue la Coordinadora sino el SNTE la organización que sacó a flote mucho de asuntos políticos y de movilización que en su momento Morena no hubiera podido afrontar con sus estructuras en ciernes. En la consulta de la revocación, por ejemplo, la gente de Cepeda Salas jugó un papel crucial para ratificar al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y a pesar de las acusaciones de revivir el viejo corporativismo, la capacidad de movilización de las secciones del SNTE en todo el país, es una fuerza real y actuante que parecen no dimensionar los interesados en dinamitar en la 4T a tan importante aliado. Cuando el pasado 19 de febrero, Alfonso Cepeda Salas prometió afiliar a las filas de Morena a los 2,5 millones de profesores –tanto jubilados como activos–, sabe que tales números no son ficticios como tampoco el sumar un total de cinco millones de afiliados si cada agremiado convence a un familiar de sumarse al partido guinda.

Morena tiene proyectado afiliar en el 2025 a 10 millones de nuevos miembros y el SNTE tiene la capacidad de contribuir con la mitad. Pero en el caso de que los obradoristas lograran impulsar una elección mediante el voto libre, directo y secreto de los más de 2 millones de profesores y profesoras, debe de considerar seriamente que la Coordinadora llevaría las de perder en las urnas al controlar solo al 15 por ciento del total de trabajadores sindicalizados del magisterio.

Otro de las versiones que vienen cobrando fuerza es que la estrategia de golpeteó al SNTE con el tema de la Reforma al ISSSTE, es la pretensión de adueñarse de la poderosa estructura sindical para lo cual esta corriente que actúa al interior de la 4T, ya tiene uno de sus serios prospectos en la persona del senador michoacano y fallido gobernador, Raúl Morón.

Lo que deben sopesar estos aventureros que buscan romper la unidad con el aliado que le ha cumplido a Morena y a la 4T, es que se avecinan elecciones en 17 estados donde muchas de las estructuras partidistas de su partido no terminan de cuajar y ante cuyos escenarios, el SNTE jugará nuevamente un papel de primer orden, como en las pasadas elecciones presidenciales para que el partido guinda pueda ir por las entidades donde aún es oposición.

No todo son movilizaciones, plantones y sombrerazos como lo marca el estilo rijoso de la CNTE; en la política electoral, está comprobado que para tejer fino hay que tener recursos, estructura y oficio. Y quieran aceptarlo o no, Alfonso Cepeda Salas ha demostrado su lealtad a la 4T, acompañada de resultados tangibles. Veremos en las semanas por venir hasta qué punto la Presidenta Claudia Sheinbaum valora esa fidelidad y desarma a los dinamiteros que piensan lo contrario y, al parecer, vienen actuando por la libre con la oculta intención de adueñarse del control magisterial para sus intereses y proyectos políticos personales.

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