Un comparativo de la política rural entre ambos sexenios
Al comparar los primeros tres años de los gobiernos de EPN y AMLO, tenemos que en 2015 el PEC tuvo un monto de más de 353 mil millones de pesos; el tercer año de AMLO, va a asignar a ese programa, en 2021, un gasto de 334.8 mil millones de pesos; por lo que habrá una disminución de 18 mil millones de pesos en el Programa Especial Concurrente
La Carta Robada
Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV
El total del monto aprobado para el Programa Especial Concurrente (PEC) 2020, el cual tomaremos aquí como una buena aproximación del gasto rural, fue de 339,869.90 millones de pesos, mientras que para el Proyecto de Programa Especial Concurrente 2021 es de 334,875.00 millones de pesos. Eso nos da una diferencia de 4,994.9 millones de pesos, menos.
Entonces podemos identificar, con las disminuciones anteriores, una primera dinámica que se repite en los últimos años, nos referimos a un proceso, a una disminución lenta, pero real, del gasto rural en su conjunto.
Comparemos los primeros tres años de los gobiernos de EPN y AMLO. Por ejemplo, para el 2015 (tercer año de EPN el PEC tuvo un monto de más de 353 mil millones de pesos. Comparado con el proyecto- tercer año de AMLO-, de gasto para el 2021(334.8 mil millones de pesos), tenemos una disminución, del PEC de 18 mil millones de pesos.
Para establecer esta dinámica de recortes al gasto rural para el año 2020, obsérvese que en este segundo año de AMLO, tenemos un recorte de más de 10 mil millones de pesos (información de la SHCP del primer trimestre del 2020) Eso sin contar los recortes que se hicieron con el decreto de abril para este mismo año.
SADER, MENOS RECURSOS A PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS
Para enfocar el gasto productivo, en el caso de la SADER, ese ajuste (con el decreto de abril) significó más de 5 mil millones de pesos menos para las actividades de la producción de alimentos.
La SADER llegó a tener un gasto aprobado en la Cámara de Diputados de 92 mil millones de pesos para el tercer año de EPN. Ya en el periodo de AMLO, para el 2020 tuvo un presupuesto de 47 mil millones de pesos. Es decir, la situación para el campo no mejora desde esa perspectiva. Para el 2021, podemos ver que a la SADER se le está proyectando un monto igual en términos reales al año 2020.
Con estos datos podemos decir, que la situación del campo, en cuanto al gasto, no parece mejorar, sino todo lo contrario. Con eso, se identifica una segunda dinámica de reducción del gasto en la parte productiva. Pero veamos la situación más de cerca.
Sin embargo, es muy relevante observar las diferencias entre lo que se aprueba en la Cámara de Diputados, y los ajustes que luego lleva a cabo la SHCP. Por ejemplo, en el año 2015 aunque aprobaron para el PEC 353 mil millones solo le autorizaron para ese mismo año, 335 mil millones. Es decir 18 mil millones de pesos menos al aprobado.
Entonces la característica en el periodo de EPN era promover y aprobar un PEC cuantioso, pero que luego recortaban, al autorizar montos menores a los aprobados en la Cámara de Diputados. Por ejemplo, en el año 2016 se aprobaron 351 mil millones para el PEC, pero luego la SHCP autorizó solo 336 mil millones de pesos, es decir, 15 mil millones de pesos menos. Obsérvese que en entre 2015 y 2016 durante el periodo de EPN, el PEC acumulaba 33 mil millones de pesos menos a los aprobados.
LOS RECORTES SIN COVID, DE PEÑA NIETO
Entonces se observa una tercera dinámica: ¿Por qué EPN propiciaba el abultamiento del monto del PEC y luego lo recortaban tan agresivamente? Aunque EPN no tenía COVID 19, ni crisis mundial, ni mucho menos, a pesar de ello sí recortó más que lo que se ha venido haciendo con AMLO, comparando periodos iguales, como lo demuestran los informes trimestrales de la SHCP, desde el periodo de EPN y hasta la actualidad con AMLO.
Abultar y recortar, ya analizando ex post, fue una verdadera burla a los productores, a las organizaciones campesinas, y a la ciudadanía, porque se buscaba hacer creer que el PEC quedaba, cuando menos mejor, a los proyectos que presentaba el Ejecutivo. Al parecer ese juego perverso se acabó ahora. En realidad lo que se escondía, detrás de esas dinámicas, era que el PEC quedaba muy concentrado en el gran capital rural, en las grandes unidades de producción y además buscaba engañar, sin vergüenza y con toda impunidad al resto de actores.
Ciertamente los grupos más desprotegidos, las pequeñas y medianas unidades de producción, recibían apoyo para llevar a cabo actividades de gran ayuda, como lo eran y lo son ahora, para la sociedad – aunque lamentablemente hoy están sin apoyo material y reconocimiento gubernamental, además de ser estigmatizados, con palabras de fuego, de intermediarios- . En esas condiciones no se estaba registrando un cambio de la estructura productiva, y solo se estaba perpetuando un sistema corrupto que producía y reproducía desigualdad y dependencia alimentaria. Esto es en esencia el principal reto de la 4T.
REVOLUCIONAR AL CAMPO Y AL PEC
¿Qué falta por cambiar? Un cambio en la estructura productiva compatible con un cambio de estructura del gasto rural: Lo anterior no quiere decir, que no se requieran más recursos para el campo; pero se puede hacer más con lo que se tiene, empezando por no recortar lo aprobado. Dos revoluciones son necesarias: Una, el reto estaría en un verdadero cambio de estructura del gasto rural, donde los recursos estén reorientados a los campesinos e indígenas, como se está intentando hacer hoy, en algunas áreas, por ejemplo en la SADER, aunque no lo suficiente como esperaríamos. Se tendría que cambiar al PEC mismo. Y dos, una verdadera revolución en la estructura productiva, que ponga por delante a los productores pequeños y medianos productores.
Ello implicaría nuevas instituciones, inversiones en infraestructura, capacitación, desarrollo del capital humano y social, que busque superar la exclusión de que son objeto, tanto el sector social como el privado con sentido nacional y organizado; sobre todo, las organizaciones campesinas y su necesaria participación en la definición de la política agropecuaria para avanzar en la autosuficiencia y soberanía alimentaria.
(*) Economista y Doctor por la Universidad de Chapingo, especialista en temas agrícolas