De la Pax Obradorista, a las Luchas Sociales en el Segundo Piso de la 4T

Necesario mayor diálogo y acercamiento con los movimientos sociales

Mientras del 2002 al 2018 surgieron 150 movimientos comunales y ejidales en contra del despojo y las afectaciones ambientales producidas por la minería, proyectos de megainfraestructura y la agroindustria, ahora funcionarios y los militantes de Morena, señalan a sus dirigentes de hacer el juego a opositores del gobierno buscando subordinar y deslegitimizar su lucha; el neoliberalismo sigue y es una tarea pendiente atender la relación de la 4T con los movimientos sociales, los campesinos, los obreros, las mujeres, los jóvenes y los colectivos que en varias partes del país, defienden los territorios y los recursos naturales

La Carta Robada

Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV

César Pineda en su ensayo El legado obradorista (I, II y III) Revista Común, Perspectivas, 2024, analiza una temática que ahora nos interesa en esta Carta Robada, a saber, que el modelo neoliberal está muy lejos de haber sido erradicado. Varios análisis, como el de Pineda, arrojan luz sobre los movimientos y la lucha de clases en México; podríamos observar varios momentos (etapas) en el comportamiento de las acciones de las organizaciones: antes del gobierno de AMLO, en su gobierno y ahora en lo que va de Sheinbaum.

La defensa de los territorios contra proyectos neoliberales, sigue en la 4T

Estos estudios han sido expuestos en México y de ellos es importante tomar algunas referencias, así, por ejemplo, (Etapa antes de AMLO): Pineda comenta: “Entre 2002 y 2018 emergieron más de ciento cincuenta movimientos comunales y ejidales contra el despojo, las afectaciones ambientales producidas por la minería, la agroindustria y proyectos de megainfraestructura…

Desmovilización y fragmentación de las clases subalternas

Etapa con Obrador: Con el primer sexenio de la 4T, La “…desmovilización y de cierta pasivización…” fueron ahondadas por la forma de gobernar de Obrador, heredándole a Sheinbaum una relativa “pax obradorista” en la cual “la resistencia al gobierno está aislada frente a la nueva hegemonía”.

Se observa “…la fragilidad histórica de las clases subalternas en México, así como a la imposibilidad de consolidar procesos unitarios, debido a múltiples rupturas, así como sus contradicciones endógenas de las luchas sociales…” que han limitado sus alcances e influencia, volviéndose central, señala, la “pugna entre la Cuarta Transformación y las fuerzas opositoras institucionalizadas”. La política de Obrador hacia las luchas subalternas, “…osciló entre la apertura democrática y la estigmatización, entre la subordinación y la deslegitimación, entre el diálogo y la imposición.”

De la pax obradorista a la contraposición Sheinbaum–organizaciones sociales

Etapa con Sheinbaum. Con la centralización del debate en la 4T contra la derecha, las luchas sociales para acabar con el neoliberalismo son estigmatizadas; funcionarios y militantes de morena, palabras más, palabras menos dicen: están haciéndole el juego a los opositores del gobierno.

La CNTE exige arrebatar ahorros de los trabajadores a las AFORES

Aun con ello, las organizaciones sociales insisten en que el neoliberalismo y sus seguidores están vivos fuera y dentro del gobierno y ante ello se enfrentan, se defienden; en tanto que, parte de la burocracia estatal los estigmatiza y busca su subordinación. Aunque, Hay voces, al interior de morena que han hecho varios llamados a un profundo diálogo con las organizaciones sociales. En la primera etapa de la 4T y en la construcción del 2do piso, la descalificación, el desconocimiento o rechazo y en algunos casos respuestas parciales e insuficientes, se ha ejercido contra las organizaciones sociales.

Se observa inconformidad, desacuerdo y una distancia entre el Estado y las organizaciones sociales, sobre todo en la segunda etapa. Lo mismo se ha dado contra la CNTE; las madres buscadoras; los defensores del medio ambiente, los defensores de la Bahía de Ohuira agrupados en el colectivo “Aquí No”; las organizaciones campesinas; pueblos originarios; los padres de los 43 de Ayotzinapa; colectivos defensores de vestigios arqueológicos (Red Ciudadana, nodo56, Texcoco en el tiempo); Comunidades del Río Sonora; investigadores, y otros grupos en proceso de organización.

En el caso de la CNTE, por ejemplo, la respuesta del gobierno a sus demandas ha sido: “…la noche neoliberal de 2007 trajo consigo una reforma al ISSSTE que fue puñal en la espalda de los trabajadores…” Somos un gobierno que “venimos a desarmar, pieza por pieza, la maquinaria neoliberal…” Para la CNTE las respuestas del gobierno han sido, hasta hoy, “pura paja”.

Con el Fondo de pensiones, el gobierno federal asegura “…que con su implementación se revierten las reformas neoliberales…”, pero Julio Astillero (La Jornada, 27 de mayo 2025) comenta que queda “…intocado el sistema (Afore) que tantas ganancias ha generado a los bancos (…) la mayoría, de matrices extranjeras, a las que rinden extraordinarios dividendos…”

Funcionarios buscan deslegitimizar luchas ejidales y comunales

Ese tipo de respuestas se vienen repitiendo desde el sexenio pasado. Por ejemplo, en el caso de la SADER en el sexenio pasado, en el programa sectorial fue sorprendente el diagnóstico del campo y su estigmatización de fuego contra el neoliberalismo, pero “paradójicamente”, el neoliberalismo se fortaleció en el campo.

El diálogo pendiente con las organizaciones sociales en el segundo piso de la 4T para la construcción de otro modelo más allá del neoliberalismo y lejos del corporativismo

Sin duda, se requiere dar pasos decisivos en la transformación, por ejemplo, en la modificación radical del modelo de desarrollo neoliberal; mientras el modelo esté ahí, la macrocriminalidad (la captura del Estado, los grupos de la burocracia, los poderes fácticos, los factores de poder privados, el crimen organizado y sus redes entrelazadas) seguirá en todo su esplendor y los afectados seguirán organizándose y defendiéndose.

En el camino están sin duda muchos procesos que implican, de todos (Estado, burocracias, organizaciones sociales) esfuerzos como es el caso de la transformación radical del Poder Judicial y, en ese sentido, se observa una gran claridad por parte de las organizaciones sociales por avanzar en esos grandes proyectos, pero ello, no implica sumisión ni subordinación de las organizaciones sociales al Estado.

Es necesario dar pasos estructurales, con base a grandes diálogos nacionales, acuerdos políticos y consensos sociales para la creación de un modelo alternativo al modelo neoliberal y no seguir socavando nuestros entendimientos colectivos

Podríamos decir que la votación por Sheinbaum fue un llamado del pueblo de México de acabar con ese lastre. Desde esa perspectiva es una tarea pendiente atender la relación de la 4T con los movimientos sociales, con el campesinado, los obreros, las mujeres, los jóvenes, los colectivos que en varias partes del país están defendiendo (organizadamente no individualmente) el territorio contra mineras y otros tipos de proyectos.

Es necesario dar pasos estructurales, con base a grandes diálogos nacionales, acuerdos políticos y consensos sociales por la simple y sencilla razón de que, la vía de desarrollo neoliberal, es un proceso de contrarrevolución agraria, laboral y social, que ha hecho del país un desastre nacional, destruyendo sus bases de futuro, agrietando al extremo nuestras vinculaciones sociales, socavando nuestros entendimientos colectivos, destruyendo las bases materiales y simbólicas…”

(*) Doctorado en Ciencias en Economía Agrícola por la Universidad Autónoma de Chapingo y experto en temas agrarios.

 

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