Consultar nuestros problemas actuales a la luz de sus ideas, nos da herramientas sumamente valiosas para entender nuestro tiempo y actuar en consecuencia
Por Salvador Ramos Bustamante para CananeaTV
Este sábado 20 de julio, en la rotonda de los hombres ilustres, donde reposan sus restos, nos reunimos, quienes fuimos sus alumnos, compañeros de lucha y simpatizantes, para conmemorar el natalicio del maestro Vicente Lombardo Toledano.
Lombardo fue uno de los siete sabios de la UNAM, y decidió dedicar su vida a luchar por los trabajadores; fue el constructor de los sindicatos nacionales de la CTM, de la CETAL y de la FSM, contribuyó además a la unidad sindical en América Latina, sin dejar de mencionar que fue el artífice de la expropiación petrolera y nos dio importantes y trascendentales materiales en sus discursos, artículos periodísticos, conferencias, intervenciones en el parlamento, en sus libros y en sus actividades sindicales, filosóficas y políticas.
La influencia de VLT, traspasó nuestras fronteras, fue un estudioso del Marxismo y Leninismo, conocía como pocos la historia de México, de cada entidad, pueblo y comunidad. Hablaba varios idiomas y lenguas indígenas.
La universidad obrera VLT y el centro de estudios filosóficos VLT, recopilaron gran parte de su obra, a disposición de los estudiosos, el maestro examinó en la vía mexicana al socialismo, las corrientes filosóficas en México, Teoría y Práctica del movimiento sindical; debatió en la universidad y públicamente con el maestro Antonio Caso sobre la educación, escribió en la revista Siempre, un artículo donde decía que Quintana Roo, era un estado socialista en un país capitalista, cuando toda la tierra era ejidal, las cooperativas de chicle, miel, pesca, maderas y turísticas, controlaban la mayoría actividades económicas.
Hoy, el neoliberalismo terminó con ese panorama social, la tierra, las playas, cenotes, lagunas privatizadas, agudizada la desigualdad social, invadidos por el desarrollismo que arrasa con todo, la riqueza en unas cuantas manos y la miseria y la pobreza extrema creciendo al mismo ritmo que la devastación y el despojo.
Recordar al maestro, sus enseñanzas, escuchar su voz en las conferencias, ilustrarse en sus ideas, nos ha servido de mucho, para tener una visión de la vida y del mundo, para comprometernos en la batalla de las ideas y en la lucha sindical y política, en el internacionalismo proletario.
Estudiar a Lombardo, consultar nuestros problemas actuales a la luz de sus ideas, nos da herramientas sumamente valiosas para entender nuestro tiempo y actuar en consecuencia.