Romero Deschamps y la Vigencia del “Cemento Social” con que Fortaleció al Sindicato Petrolero

En paz descanse 

Con la partida del que fuera líder del STPRM por 26 años, se cierra uno más de los ciclos de aquellos líderes del llamado corporativismo que surgió en el siglo pasado; empero,  todavía subsiste la inevitable reflexión del por qué los petroleros siguen apoyando a sus dirigentes, quizá porque más allá de las percepciones mediáticas, el “cemento social” con que se fortaleció al gremio a través de diversas conquistas y prestaciones, sigue siendo un factor de unidad entre miles de trabajadores en las 36 secciones del país

El Diván de la Utopía

Por I. León Montesinos
Especial de Cananea TV

Con la muerte de Carlos Romero Deschamps (1944-2023), dirigente del gremio petrolero por 26 años, se cierra uno más de los ciclos del llamado corporativismo sindical que en algunos casos, debe analizarse más allá de los linchamientos políticos y mediáticos, porque a pesar de todos los pronósticos estimados a principios del presente sexenio, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), no se desmoronó como se pensaba.

Crespones negros en el STPRM

El oriundo de Tampico, Tamaulipas, a quien el derrocado Joaquín Hernández Galicia, llamaba “Güerito”, llegó a la dirigencia nacional petrolera tras haber sido dirigente de la sección 35, y luego de que renunciara al cargo, en junio de 1993, Sebastián Guzmán Cabrera, líder jubilado de la Sección 10 de Minatitlán y que fuera rehabilitado por Carlos Salinas de Gortari, para sustituir a “La Quina”, tras su detención en Ciudad Madero, donde participó el ejército en el llamado “Quinazo”.

Guzmán Cabrera ascendió al liderazgo del STPRM, el 2 de febrero de 1989, pero solo duró en el cargo cuatro años, al ser rebasado por la ambición de sus personeros cercanos como el entonces Secretario del Interior, Julio César Vega, quien se dedicó a desmantelar el patrimonio de los petroleros, no solo en la Sección Uno de Ciudad Madero, sino de otras más, forjado en los años de liderazgo de Hernández Galicia. Ante tal desaseo e inestabilidad interna, se optó por apoyar a Romero Deschamps, a quien el grupo de Guzmán Cabrera trató de ponerle piedras en el camino, pero al contar con el apoyo de los acosados líderes seccionales, logró recomponer las cosas y parar los saqueos.

Sucedió en el cargo al efímero Guzmán Cabrera

Su capacidad para negociar con los diversos grupos en aras de la unidad y fortalecimiento del STPRM, como la lucha por mejores prestaciones a los petroleros, fue lo que le valió mantenerse por más de dos décadas en el cargo.

Ya en el gobierno de la 4T, y en un acto de sensatez y madurez políticas, Romero Deschamps renunció a su liderazgo en octubre del 2019, despertando un clima de expectación en diversas secciones del sindicato petrolero pues a finales del 2021, debería darse la renovación de las 36 secciones sindicales.

Supervisadas con lupa por inspectores del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL) y la Secretaría del Trabajo, salvo algunos incidentes, las elecciones transcurrieron sin mayores contratiempos y los grupos opositores que surgieron como hongos en época de lluvia, pensando que los trabajadores darían la espalda de sus dirigencias locales, se quedaron con las manos vacías. Solo en cuatro secciones, la 10, 34, 38 y 47, las autoridades laborales ordenaron la reposición de los procesos. Meses después, en marzo del 2022, las corrientes afines a Romero volvieron a ganar en las urnas.

¿Qué ocurrió entonces? Se suponía que sin la presencia de Romero Deschamps en la dirigencia petrolera las cosas debían cambiar, pero no fue así.

El escenario que vendría más adelante, en enero del 2022 cuando debían realizarse por primera vez elecciones mediante el voto libre, directo y secreto para elegir al Secretario General al STPRM, avizoraba situaciones inéditas que fueron avivadas desde la mañanera, cuando el Presidente Andrés Manuel López Obrador, anunció que cedería cinco minutos a cada uno de los 25 candidatos inscritos para que dieran a conocer sus propuestas.

Por el grupo del líder ausente, se presentó la candidatura de Ricardo Aldana Prieto. Y para que no se diera presión alguna como denunciaban los múltiples grupos disidentes, el propio Jefe del Ejecutivo anunció la puesta en marcha del llamado Sistema Remoto de Votación Laboral (SIRVOLAB), que sería operado y supervisado por la propia Secretaría del Trabajo.

Ricardo Aldana hereda la responsabilidad de mantener vigentes las conquistas petroleras

Por varios días, los ojos de la opinión pública estuvieron centrados en el gremio petrolero y al final, las cifras dieron el triunfo a Aldana Prieto con el 70 por ciento de las preferencias; 44 mil 983 petroleros le manifestaron su apoyo mediante su voto libre, directo y secreto, en tanto los 25 candidatos restantes se repartieron 18 mil votos, el 29 por ciento de las preferencias. Algunos, ni siquiera alcanzaron los mil sufragios.

¿Por qué los petroleros no se sumaron a los candidatos opositores?

Esa es la reflexión que ahora a la muerte de Carlos Romero Deschamps, a sus 79 años, sigue siendo válida. Y deberá reconocerse que la dirigencia del ahora líder fallecido, se preocupó por construir de un sólido cemento social las conquistas y prestaciones para su gremio.

Los petroleros junto con otros gremios como los trabajadores del Seguro Social, por mencionar dos casos, gozan de los mejores Contratos Colectivos del país.

La mayoría de los petroleros reconocieron en su momento que sus intereses laborales estuvieron a buen resguardo, o al menos en estándares aceptables para el nivel de vida de sus familias, bajo la dirigencia de Carlos Romero Deschamps.

Hacia afuera del gremio petrolero, seguirá dándose el debate sobre temas como el enriquecimiento inexplicable del ex líder y otros dirigentes seccionales más. No podrá negarse la existencia de algunos excesos e irregularidades, pero la inmensa mayoría de los trabajadores de una de las industrias nacionales más importantes desde la Expropiación Petrolera de 1938, tiene su propio punto de vista y este se acaba de ver reflejado en la reciente votación para validar su Contrato Colectivo de Trabajo, con más del 90 por ciento de aprobación.

No es fácil la responsabilidad gremial que tendrá ahora en sus manos Ricardo Aldana, porque uno de los mayores retos al interior de su comité será no solo mantener la unidad, sino el reforzar ese cemento social con que el sindicato petrolero ha podido resistir los embates de sus adversarios.

En paz descanse, el inolvidable tamaulipeco y obrero de “manos callosas”, Carlos Romero Deschamps.

 

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