Tras el Primero de Mayo, Lecciones y Reflexiones de las Diversas Marchas, Ante una Inaplazable Unidad

Primero de Mayo en el Zócalo capitalino

La celebración del Día del Trabajo, mostró la urgencia de atender las demandas de los trabajadores y respetar sus derechos, sobre todo una vez que ha terminado el plazo para legitimar los Contratos Colectivos; la situación del mundo laboral exige reflexión y acciones para buscar coincidencias y construir acuerdos en torno a la unidad, impulsando el surgimiento de organizaciones realmente genuinas de la clase trabajadora

Por Carlos Guillén Soriano
Especial para Cananea TV

Como no ocurría desde hace tiempo, la plancha de la Plaza de la Constitución, mejor conocida como el Zócalo de la Ciudad de México, estuvo prácticamente llena este Primero de Mayo.

Desde temprana hora, las calles del Centro Histórico se empezaron a llenar de trabajadores afiliados a una gran y variada cantidad de sindicatos: universitarios, telefonistas, nucleares, pilotos, mineros, trabajadores de la banca de desarrollo y muchos otros gremios que marchan año con año, esta vez coincidieron con cetemistas, con integrantes de la CROC, de la CROM o de COCEM o con trabajadores del Metro, que hacía tiempo, mucho tiempo, no marchaban.

La marcha que partió del Ángel al Monumento a la Revolución

Para los primeros, se trató de otra marcha de aquellas a las que con frecuencia asisten con ocasión de sus revisiones contractuales, ante agresiones de que son objeto, o en solidaridad con otros sectores. La diferencia fue la magnitud de la marcha y la amplitud de los asistentes, lo que no es poco. Esta vez no solo se trató de elevar las demandas de algunos, sino los reclamos en general de la clase trabajadora. Para otros, se trataba de un acto inusual, había que responder a la convocatoria de sus dirigentes ante un panorama difícil para todos los sindicatos.

Mientras tanto, a algunos kilómetros de distancia, las inmediaciones del Ángel de la Independencia también se llenaban de electricistas, cooperativistas, universitarios, trabajadores del transporte, usuarios de electricidad, magisterio democrático. Estos contingentes tenían como destino la Plaza de la República. Como los primeros, se trató de contingentes habituados a la lucha y la protesta, a levantar la voz y a recibir golpes de patrones y gobiernos.

Lucha por los derechos de los trabajadores mexicanos

Hubo muchas coincidencias entre los asistentes, expresadas en mantas y discursos, en las arengas que se hacían en algunos contingentes sobre la marcha. La recuperación de los salarios contractuales y el respeto a la contratación colectiva, fueron las principales. Se demandó una efectiva justicia laboral y que se dejen de gravar las prestaciones laborales, que los trabajadores paguen menos impuestos.

Se planteó que debe existir un solo apartado en el artículo 123 constitucional, se demandó la recuperación de la seguridad social solidaria ante un sistema de cuentas individuales que no funciona y que solo favorece a la banca privada.

Se reclamó que en este sexenio no cuentan las organizaciones sindicales y se dijo que la unidad del país pasa por la participación de los trabajadores. Se pidió fortalecer la educación en todos los niveles y la investigación científica, para avanzar hacia la independencia.

En muchos contingentes se expresó la solidaridad con la lucha del SutNotimex que a más de tres años de huelga, en lugar de solución se le plantea la desaparición de su fuente de trabajo y se demandó que no desaparezca el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, por las implicaciones que eso tendría para la investigación y desarrollo sobre el uso de los recursos hídricos del país y contra los derechos de los trabajadores.

Mineros entre los grupos asistentes

Ciertamente, hubo muchas coincidencias en la jornada del primero de mayo, pero también existen diferencias en la vida cotidiana de los sindicatos. Las principales tienen que ver con la forma de hacer sindicalismo: con la participación democrática de los afiliados, de acuerdo a las formas y condiciones que cada organización se da, o haciendo de los sindicatos meros instrumentos para imponer las decisiones de las direcciones. Para unos se trata de conquistar mejores condiciones de vida y trabajo para quienes producen toda riqueza, mientras otros tienen como prioridad mantener intactas las estructuras y formas de hacer lo que consideran sindicalismo.

Este Primero de Mayo mostró la urgencia de atender las demandas de los trabajadores y respetar sus derechos, particularmente a la organización y contratación colectiva, pero también que la unidad cada quién la entiende y la practica a su manera.

La situación del mundo del trabajo una vez que ha terminado el plazo para legitimar los contratos colectivos, exige reflexión y acciones. Una parte mínima de contratos permanecen vigentes, lo que no implica que se cumplan plenamente. La cancelación de todos los demás, tiene consecuencias y obliga a acciones.

Miles de patrones se frotan las manos y se disponen a promover la firma de contratos individuales. Para los trabajadores, estén o no legitimados sus contratos, la tarea debería ser construir sus organizaciones genuinas o recuperar las que han sido desnaturalizadas y hacer valer su derecho a la contratación colectiva y al trabajo digno. Esto abre perspectivas de unidad y lucha, lo que es un tema obligado de reflexión y de acción.

Los reclamos de los trabajadores son los mismos en términos generales, la forma de hacer que se cumplan y hasta las calles por donde se exigen, aun son distintas. Buscar coincidencias, construir acuerdos, fortalecer la propia organización con democracia e independencia y prepararse teórica, profesional y políticamente, son tareas inaplazables.

 

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