Glifosato y Transgénicos Amenazan a la Salud por Importación de Granos a EU

Alimentos de alto riesgo

Ante la necesidad de abasto de alimentos en el contexto global de crisis por la guerra de Ucrania y Rusia, se está perdiendo de vista que se corre el riesgo de abandonar al sector agroalimentario dentro de una política de Estado como sucede con los energéticos, abriendo las puertas a la importación de granos de países como Estados Unidos que usan semillas transgénicas y herbicidas tóxicos como el glifosato para aumentar los niveles de producción, lo que pone el riesgo la salud de millones de habitantes, es urgente que Segalmex apoye la comercialización de granos producidos por campesinos mexicanos

 La Carta Robada 

Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV

 En las últimas semanas se han difundido noticias en el sentido de detener el decreto del gobierno de AMLO, contra el uso del glifosato. Ese es el hilo de la madeja, más allá están las fuertes presiones contra la 4T, por lo que es necesario acelerar la transformación agroalimentaria en condiciones adversas.

En relación a estas temáticas comparto, en artículo publicado en Cananea TV, el día 29 de mayo del 2022 y en otro publicado el 10 de julio de 2022, el marco general que contribuya a una mejor comprensión de estos desafíos. Aquí amplio algunas de las ideas ahí expuestas. El artículo de mayo, fue publicado hace más de un mes, precisamente antes de que ese decreto fuera atacado y se   difundiera.

Ahí, en ese artículo refiero lo del glifosato y el tema de los transgénicos como acciones que, en la coyuntura de las crisis, tanto de la guerra Ucrania-Rusia, como la amenaza de crisis alimentaria global, pueden perder fuerza, o pasen a segundo término, en tanto que, para las dependencias del sector rural en México, lo fundamental, en la coyuntura, es el abasto de alimentos.

Importaciones abren la puerta a los transgénicos

Abasto a toda costa, se compren los productos (con el riesgo de la importación de productos de baja calidad, por ejemplo, de los Estados Unidos, producidos con transgénicos o en los cuales se haya usado el glifosato) o se produzcan internamente (con una mayor participación de la producción agrícola industrializada, que usa esos insumos); agricultura hoy dominante en México.

SEGALMEX DEBE APOYAR COMERCIALIZACIÓN DE GRANOS LOCALES

Buscando soluciones a la comercialización, el movimiento campesino, se ha reunido  con Segalmex para analizar el tema alimentario y poner en el centro la compra de granos sobre la base de la producción de alimentos nutritivos y de calidad que producen los campesinos del país que cuestionan el uso del glifosato y los transgénicos y obviamente ello implica que el gobierno apoye a la comercialización de los granos de los campesinos, pero esa propuesta está lejos de atenderse, sobre todo ahora, cuando el objetivo central, en la coyuntura, es el abasto.

La medida del gobierno (por el abasto) en lo general es correcta, pero no sería necesario tomarla cuesta arriba si la política alimentaria fuera un Eje de Política de Estado, en los términos en que sí lo es la política energética. La situación anterior nos lleva a otro terreno más allá de cómo se producen los granos aquí en México o en el extranjero.  Aquí hay que hacer referencia al Pacic ¿Por qué es importante relacionar el Programa contra la inflación y la carestía (Pacic) y el uso del glifosato o los transgénicos y el comercio global de alimentos?

La respuesta es que, si se pone el énfasis en el abasto de granos (para contener la inflación) y no en cómo se producen esos alimentos (en México o en los Estados Unidos), se deja el espacio abierto a que se acepte que se importen o produzcan granos en los cuales se use glifosato o semillas transgénicas.

La hipótesis que aquí se considera es que la estrategia del gobierno (caminar rumbo a la soberanía alimentaria, que implica la autosuficiencia alimentaria y el rechazo al glifosato y los transgénicos, que se definió al principio del sexenio) en estos momentos de la coyuntura, con la amenaza alimentaria, está cambiando, dando prioridad no a cómo se producen, por ejemplo, los granos (usando glifosato o no) porque lo que se está impulsando es abastecerse de granos.

MOVIMIENTO CAMPESINO MARGINADO DEL PACIC

Entonces en este contexto el Pacic puede tener (y tiene) objetivos subyacentes no vistos a simple vista. Para tener una idea de las implicaciones del Pacic, comento que para el anuncio del programa se invitó a palacio nacional a todos los grandes empresarios, incluyendo al Consejo Nacional Agropecuario, representante de los intereses transnacionales (defensores del glifosato y los transgénicos y amos del comercio de granos) pero no se invitó al campesinado.

Producción agrícola en EU permite uso del glifosato

Luego en las jornadas para la producción de alimentos para el autoconsumo, que se llevaron a cabo, por el gobierno federal, a nivel nacional, tampoco hubo campesinos organizados. Por eso la insistencia de parte del movimiento campesino de continuar, en medio de esta coyuntura, haciendo propuestas. ¿Cómo evitar que las luchas contra el glifosato y los transgénicos pierdan fuerza y relacionar esos temas con el comercio de alimentos que se incluyen en el T-MEC?

Para ello es necesario construir un Eje de política agroalimentaria como Política de Estado, donde se enmarquen acciones ambientales que son insuficientes por sí mismas.  Y Afianzar ese Eje, como un tema de seguridad nacional, como sí lo es el tema energético, que ha desatado la rabia de los neocolonizadores norteamericanos modernos (y sus seguidores locales) cuyo deseo es seguir controlando los recursos y el comercio, energético y alimentario, de México)  

SECTOR AGROALIMENTARIO COMO POLÍTICA DE ESTADO

En el camino por el cambio profundo (que es el fondo de esta reflexión) entre las diferentes formas de hacer agricultura, hay una gran diferencia entre enfoques particularistas (por ejemplo, lucha contra el glifosato o los transgénicos) que buscan superar solo un ángulo de la agricultura industrial.

Es muy importante que ese tipo de luchas particulares formen parte de la puesta en marcha de una agricultura que, en el espacio de las políticas públicas de Estado, tenga pleno reconocimiento, en todas las dependencias; reconocimiento de que ese proceso de transformación nos llevará a una nueva política agroalimentaria basada en una agricultura (agroecológica) distinta a la industrial, que busca erradicar sus efectos nocivos sobre los humanos y la tierra.

Y lo más decisivo: que esa estrategia tiene una base social y política muy amplia que es el campesinado, los indígenas y afromexicanos. Si esto último no está plenamente definido e identificado en todas las dependencias y no se identifica como un eje central en las políticas públicas del Estado mexicano, luchas particularistas, aunque importantes y necesarias, se pueden perder.

El cambio profundo de agricultura en el siglo XXI y en la 4T tiene el desafío de definir con toda claridad qué se quiere (la soberanía alimentaria), quién puede estar en el centro de esas políticas (el campesinado) y hacia dónde vamos.

(*) Doctor en Economía por la Universidad de Chapingo y experto en temas agrarios.

 

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