La sorpresiva aparición del ex dirigente del SME en la conferencia de Palacio del pasado 10 de febrero, busca ser capitalizada por los oportunistas que tras el cierre de Luz y Fuerza, en el 2009, se liquidaron y pidieron la desaparición de su sindicato, rehusando sumarse a la lucha de resistencia contra el gobierno de Felipe Calderón y la Reforma Energética de Peña Nieto; ahora que ciertos funcionarios tratan de revivir a estos personajes, vale la pena recapitular sobre los apoyos que brindaron a políticos y gobiernos neoliberales del PRI y del PAN
El Diván de la Utopía
Por I. León Montesinos
Especial de Cananea TV
La reaparición del ex líder del SME, Rosendo Flores, en la mañanera del pasado 10 de febrero donde se anunció el Programa Especial de Compensación por Justicia Social que con recursos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP), permitirá acceder a su jubilación a aquellos electricistas que tras la extinción de Luz y Fuerza por parte de Felipe Calderón no pudieron cumplir con sus periodos correspondientes para alcanzar este beneficio, busca ser capitalizada por un grupo de oportunistas de esta organización que en todos los años de resistencia, brillaron por su ausencia y, en su momento, tocaron a las puertas del entonces candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, en el 2012, cuando vislumbraron que Andrés Manuel López Obrador sería derrotado en su segundo intento por llegar a la Presidencia.
Las breves palabras de Rosendo Flores trataron de exhibir en público una convicción que el ex dirigente nunca ha ejercido en la práctica y una prueba de ello son las imágenes inéditas que hoy publicamos en este espacio, cuando en 2012, una vez que en el PRI se tomó protesta como su candidato a la Presidencia al ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, se le vio asistiendo a cuánto evento se realizaba en la sede nacional de ese partido, haciéndose acompañar nada menos que de otro ex líder, Jorge Tapia Sandoval, con el objetivo de “ponerse a las órdenes” del abanderado tricolor.
LAS RECICLADAS MOSCAS DEL ARADO
Si ahora Flores se jacta de haber luchado al lado del hoy presidente en contra de las intenciones privatizadoras de Ernesto Zedillo contra la industria eléctrica, ¿cómo es que buscó denodadamente al candidato Peña Nieto? ¿Acaso entonces su convicción flaqueó porque sus intereses personales le decían que AMLO no ganaría? ¿Por qué no salió a las calles a protestar al lado de sus compañeros de sindicato para combatir a la Reforma Energética de Peña?
Quiénes tratan de utilizar a Rosendo como una reciclada mosca en el arado, olvidan que la historia reciente no miente y por mínima decencia, está impedido a colgarse de un movimiento de resistencia del cual nunca participó ni apoyó, pero sí trató de desfondar junto con otros personajes como el también ex líder, Jorge Sánchez García, enriquecido por el fraude habitacional en contra de sus compañeros en Lomas de Atizapán.
Los más de 15 mil electricistas que rechazaron las liquidaciones del gobierno de Felipe Calderón y su Secretario del Trabajo, Javier Lozano, saben perfectamente que los familiares y allegados de estos filibusteros sindicales fueron de los primeros en formarse para recibir sus cheques. Y también de los que trataron por todos los medios de que el SME se disolviera porque, según ellos, ya no había razón de seguir adelante.
Esto es, carecían de la convicción y las agallas para defender una de las instituciones sindicales que han sido baluartes del sindicalismo independiente. A lo largo de los años de lucha no existen registros o al menos una imagen dónde aparezcan al lado de sus compañeros de sindicato en alguna marcha, mitin o huelga de hambre. Y la convicción se ejerce, no solo se pregona.
CON ADN NEOLIBERAL
Pero revisemos a detalle la historia tejida en los gobiernos neoliberales para explicar el por qué algunos personajes incrustados en la 4T, buscan meter con calzador a estos ex líderes con vocación y piel de Judas en un papel de redentores que no les acomoda por ningún costado.
Recordemos a Jorge Tapia cuando en 1985 firmó el Convenio de Delimitación de Zonas siendo el Secretario General del SME y Leonardo Rodríguez Alcaine “La Güera”, el líder del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), y nada menos que Manuel Bartlett Díaz, Secretario de Gobernación. Ubiquemos el acuerdo en el sexenio de Miguel de la Madrid.
Viejos electricistas tanto del SME como del cetemista SUTERM, recuerdan que el habilidoso Rodríguez Alcaine logró envolver al ambicioso pero crédulo, Jorge Tapia para que en la Delimitación de Zonas aceptará entregar las obras y el manejo de la Presa de Zimapán, en Hidalgo, que por ley le tocaba al SME. “La Güera”, le prometió que ambos sindicatos se unificarían y Tapia sería el líder nacional.
Por supuesto que el charro cetemista no cumplió su palabra y el SME perdió ésta y otras importantes áreas de trabajo. Pero Tapia Sandoval siempre se ha vendido como un héroe por la firma de tal acuerdo que, por cierto, no fue el único desliz en su periodo pues existió otro aún mayor donde aparece como marioneta del entonces titular de Gobernación, Manuel Bartlett.
Era 1987 y en el PRI se trataba de dar una apariencia de democracia interna a través de una pasarela de aspirantes; Bartlett sabía que el entonces Secretario de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari, llevaba ventaja a sus competidores, incluido él mismo, por lo que decidió jugársela con el entonces Secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal, Alfredo del Mazo–el “hermano que nunca tuvo”, como definía al mexiquense, De la Madrid–.
Comentan algunos jubilados que Tapia fue convencido en Bucareli de montar una huelga sin pies ni cabeza en demanda de supuestas mejoras salariales para tratar de endilgarle a Salinas, encargado de asignar los presupuestos, la imagen de un hombre intransigente y enemigo de la clase trabajadora, fortaleciendo en contraparte a Del Mazo.
El entonces dócil dirigente del SME, aceptó a sumarse al complot pero el tiro le salió por la culata porque además de que no se consiguió minar la imagen del titular de Programación, la huelga fue declarada inexistente y a los electricistas les fueron descontados tres días de su salario.
Apareció en el escenario de los políticos neoliberales del PRI, Jorge Sánchez García que a sabiendas de la perfidia de su Secretario General en contra del amarrado candidato presidencial, se acercó a Salinas y obtuvo de su parte el visto bueno para ganar ampliamente los comicios internos y cobrarle la afrenta al “Condorito”.
El acercamiento de Sánchez García fue tan bueno con el nuevo mandatario que Tapia ni siquiera concluyó lo que le restaba de su periodo y el acuerdo tan cordial con Salinas, que al SME el PRI le otorgó una diputación federal, vía Pablo Casas Jaime, uno de los hombres cercanos del entonces Secretario General.
Habrá que recordar a Jorge Sánchez que en aquellos años nunca alzó la voz sobre la apertura del sector eléctrico a los particulares, iniciada precisamente con Salinas de Gortari, quien le permitió esquilmar a sus agremiados con programas habitacionales fraudulentos como el de Lomas de Atizapán y que le costaron la derrota ante Pedro Castillo. Ahora con el gobierno de la 4T le ha apostado a la desmemoria histórica para colgarse de un sindicato al que le salió debiendo.
CON UNA MANO APOYARON A CALDERON Y CON OTRA GOLPEARON A AMLO
Si bien es cierto que Rosendo Flores apoyó en su momento al hoy presidente en su lucha por defensa de la soberanía energética y después como Jefe de Gobierno, también lo es que tras haber perdido con su candidato Ramón Mera, las elecciones internas del SME, en el 2005, ante Martín Esparza, no pudo superar la ausencia de poder y trató por todos los medios de allegarse protección política hasta de panistas como Rubén Mendoza Ayala, ex alcalde de Tlalnepantla y en esos años candidato al gobierno del Estado de México por el PAN.
En 2007 nuevamente Ramón Mera y Rosendo perdieron en las urnas ante Martín Esparza Flores, en el sistema de voto libre, directo y secreto que aún mucho antes de la Reforma Laboral ya se ejercía en el SME, pero nunca renunciaron a su objetivo de volver a retomar la Secretaria General al costo que fuera. En las elecciones del 2009, Mera reapareció como vocero de la Planilla Transparencia Sindical que postuló al entonces tesorero, Alejandro Muñoz, candidato que recibió millonarios apoyos nada menos que del gobierno neoliberal de Felipe Calderón, vía la presidencia y la ayuda incondicional del Secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón.
Meses después de las elecciones de junio de ese año y ante la insistente negativa de Lozano para entregar la toma de nota a Esparza Flores, vino el Decreto de Extinción de Luz y Fuerza del Centro que dejó en la calle a 44 mil electricistas. El acto fue censurado de manera pública por López Obrador, pero no así por Ramón Mera y su protector, Rosendo Flores, quienes junto con Muñoz se apresuraron a cobrar sus liquidaciones invitando a hacer lo mismo a sus cercanos colaboradores, familiares y amigos.
Por cierto, ¿ya se olvidó Rosendo que su aliado Alejandro Muñoz se la pasó diciendo sin pruebas desde el 2012, y durante todo el sexenio de Peña Nieto, que el SME había financiado el plantón de Reforma de AMLO, tras el fraude electoral del 2006? ¿No fue esto una traición encubierta al hoy presidente?
Ahora Rosendo, Tapia, Sánchez García y otros más se rasgan las vestiduras diciendo que el cierre de Luz y Fuerza fue un “golpe brutal”, pero no movieron un dedo para sumarse a las protestas públicas y denunciar al presidente panista en su estrategia de desmantelar a la industria eléctrica del país, que se inició de manera descarada con el cierre de la empresa pública.
VIEJOS CONOCIDOS DE BARTLETT
¿Por qué es importante hacer esta recapitulación?
Porque de ahí viene el hilo conductor del cual, todo indica, se está guiando Bartlett y otros personajes más insertos en la 4T para tratar de apoderarse en todos los sentidos del control laboral de la CFE, donde el charro cetemista, Víctor Fuentes del Villar ha accedido a ceder a los superintendentes de la Empresa Productiva del Estado, el cobro del 2 por ciento que el SUTERM ejerció por décadas por la realización de obras a empresas privadas, muy al estilo del que ejecutaba Joaquín Hernández Galicia en Pemex, vía el Sindicato Petrolero.
El sobrino de la “Güera” Rodríguez dice que las jubilaciones de los sindicalizados no están en riesgo pero en sus secciones hay una silenciosa y creciente rebelión porque echando cuentas, con los nuevos acuerdos en la materia, se estima que los trabajadores perderán hasta un 40 por ciento de sus percepciones acumuladas en su retiro. Para tratar de intimidar a las bases, Fuentes del Villar se ha dado a la tarea de cesar personalmente a gente de su propio comité y líderes seccionales, pero de ése tema hablaremos en próximas entregas.
Se explican entonces con tales antecedentes, las razones por las que Bartlett pasó de ser aliado del SME, a adlater del líder del SUTERM, al que por cierto también el neoliberal Calderón calificó en su libro “Decisiones Difíciles”, de su entrañable amigo y que terminó siendo empleado de la cuestionada Iberdrola.
La relación entre Rosendo Flores, Jorge Tapia, Jorge Sánchez y hasta Pedro Castillo, no busca como principal objetivo la defensa de los electricistas que no se liquidaron en el 2009, sino poner al servicio de Bartlett a su sindicato para no pelear derechos como la reinserción laboral en la Comisión Federal, aplicando lo que por ley les corresponde como es el respeto al Convenio de Delimitación de Zonas que curiosamente no invoca ninguno de ellos, ni por descuido.
Pregúntese usted de qué tamaño es su ambición personal para olvidar viejas afrentas y unirse en bloque contra una dirigencia a la que no han podido derrotar en las urnas.
Por eso, quienes tratan de volver a la vida sindical a estos personajes, buscando desinformar al presidente, juegan con fuego pues si hay un sindicato donde sus integrantes están altamente politizados y con sus convicciones ideológicas firmes, sobre todo tras haber enfrentado por años a los gobiernos neoliberales de Calderón y Peña, ése es el SME.
Lo anunciado en Palacio Nacional en favor de los electricistas, es producto de la lucha de los smeitas y no de aquellos que desde hace décadas se pusieron de tapete a los gobiernos neoliberales a los que ahora tanto critican. De haber sido por estos oportunistas, el SME hace mucho hubiera desaparecido.
Y por cierto, Manuel Bartlett muy pronto deberá rectificar eso de que el SME se convirtió en un sindicato empresa, porque sabe perfectamente que quien no solo ha hecho una empresa de su organización gremial, sino todo un multimillonario corporativo, es Víctor Fuentes del Villar, su nuevo aliado que ni en sueños aceptaría crear una cooperativa en el SUTERM.
Como se aprecia, algunos de estos ex líderes que buscan ser reciclados son viejos conocidos del Director de la CFE, demostrando que en política nada es obra de la casualidad.
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