Institución de primer orden para el desarrollo nacional
Desde Miguel de la Madrid, pasando por las administraciones de Carlos Salinas y Vicente Fox, se buscó desaparecer a esta institución que a lo largo del tiempo ha logrado coordinar el esfuerzo común de los diversos actores del sector rural y pesquero para que México alcance su soberanía alimentaria, disminuya la brecha de pobreza en comunidades altamente marginadas y fortalezca un enfoque de desarrollo, considerando una base agroecológica y pesquera sustentable y de respeto a las culturas y patrimonio nacional; por ello, la 4T debe fortalecer al INCA
La Carta Robada
Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV
En el ensayo, “Orígenes y actualidad del pensamiento único”, de Mario Rapoport, incluido y publicado por CLACSO en: La globalización Económico financiera. Su impacto en América Latina, analiza cómo desde los 70 se empezó a aplicar un cambio en las ideas. Estas ideas neoliberales, como se las comenzó a denominar, terminarían finalmente de imponerse en todo el mundo hacia mediados en esa década.
Numerosas instituciones, en diversos países, pero sobre todo en Estados Unidos, garantizaron su difusión. “Organismos económicos internacionales, a través de sus informes anuales o de sus asesores, o fundaciones de grandes empresas, que financian universidades y cátedras de economía y administración, ayudan a conformar el nuevo credo. Va diseñándose lo que algunos terminarán por denominar “el pensamiento único”. Este pensamiento llevó a prácticamente el desmantelamiento del Estado y su subordinación a los intereses privados en muchos campos como la energía, la educación, la investigación y la capacitación.
En el neoliberalismo (1982-2018), ese desmantelamiento se expresó de la siguiente manera: para 1982 existían en México 1,155 empresas paraestatales. Hacia 1996 estas se habían reducido a 185. El objetivo fundamental de su desaparición era la entronización del mercado por encima del Estado, como la estructura clave en la asignación de los recursos, y se asociaba a una austeridad que minimizaba al Estado, para dar paso a la privatización y, por otro lado, al impulso a las empresas que serían emblemáticas en el marco del pensamiento único; empresas privadas y rentables. La austeridad era sinónimo de reducción del Estado y asociado a ello la pérdida de los derechos de los trabajadores.
NO SON LO MISMO LA AUSTERIDAD NEOLIBERAL Y LA REPUBLICANA
En un cambio radical de ideas, a diferencia del neoliberalismo (que acompaña al pensamiento único), en la austeridad republicana de la 4T, la característica central ha sido la reducción de los gastos superfluos de las élites burocráticas en empresas o instituciones del Estado. En esa perspectiva no se busca la pérdida de derechos de los trabajadores, empezando con el empleo (que precisamente han tenido mucho de ello en la economía de mercado). En la perspectiva de la rectoría del Estado, a diferencia del modelo de mercado, lo que se ha buscado ha sido el fortalecimiento de empresas del Estado mexicano, como la CFE y PEMEX, por ejemplo.
Ya en la 4T, en el análisis de su desenvolvimiento ha faltado rigor al momento de equiparar la austeridad republicana con la neoliberal, porque presentan objetivos muy diferentes, aunque se llegan a dar confrontaciones por la combinación de intereses en su aplicación (y por supuesto, se generan también conflictos políticos).
Esto se explica, sobre todo, porque nos encontramos en una transición de un régimen económico y político a otro. No faltan élites políticas y económicas privilegiadas persistentes del viejo régimen que aplican una austeridad por otra, y aún en un marco donde se impulsa la rectoría del Estado, buscan favorecer intereses privados, emanados del pensamiento único, para favorecer sus intereses (dominantes tanto en redes nacionales y globales) en diferentes campos, como lo son el campo educativo, de la investigación y la capacitación, y la producción de energía, entre otros. En el campo de la capacitación, si alguna institución y sus trabajadores ha sufrido tremendos embates ha sido el INCA.
Indudablemente, el INCA ha sido un líder en el desarrollo de estrategias nacionales donde se ha concebido, diseñaron y pusieron a prueba desarrollos como el autodiagnóstico campesino y la metodología de trabajo-aprendizaje; metodologías científicas que encontraron eco en diversos foros nacionales e internacionales, como consta en diversas publicaciones, lo cual su Sindicato (STINCA) lo sabe, mejor que nadie.
Como se ha señalado “Desafortunadamente, la cortedad de miras de algunos funcionarios y tendencias neoliberales aplicadas en los últimos tiempos ha estrechado las miras de lo que el INCA puede desempeñar como brazo ejecutor en materia de capacitación(…) Aunado a ello, ha logrado coordinar el esfuerzo común (de las instituciones y diversos actores del sector rural y pesquero) para que exista en el medio rural un verdadero diálogo y México consiga la soberanía alimentaria, disminuya la brecha de pobreza en comunidades altamente marginadas y el enfoque de desarrollo considere una base agroecológica y pesquera sustentable, respeto a las culturas y patrimonio nacional, así como participar en la solución de los grandes problemas internacionales como el cambio climático, manejo y uso de recursos energéticos, manejo integral de recursos naturales, entre otros”.
LA IMPORTANCIA DEL INCA EN EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO
Al igual que muchas otras paraestatales, el INCA Rural ha sufrido muchas embestidas oficiales. Gobiernos neoliberales buscaron su desaparición: En 1982-88, dentro del sexenio de Miguel de la Madrid, la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP) ordenó desaparecer 11 paraestatales entre las que estaba el INCA. En 1992, con Salinas de Gortari y Carlos Hank González como Secretario de Agricultura, se detectó la orden de liquidar nuevamente a la institución.
En 2003 y en el 2006 el gobierno de Vicente Fox se propuso igual buscó su desaparición. Si algunos presidentes de México representan el pensamiento único, estos son sus más fieles exponentes. Por eso mismo, el pueblo de México los ha puesto en un lugar nada envidiable en su historia.
En el caso de los campos de la educación, la investigación y la capacitación, el conflicto (que involucra intereses económicos y políticos) está presente, y en una transición del tamaño de la 4T, eso no tiene nada de raro. En ello, la experiencia del INCA es relevante y nos enseña mucho.
Partimos de la idea de que es muy conveniente para la 4T proyectar dicha institución y otras que en esta etapa por la Rectoría del Estado y en camino a un posneoliberalismo, como se propone en el Plan Nacional de Desarrollo, adquieren una gran relevancia para el campo mexicano, ante la urgente necesidad de una mayor y suficiente producción de alimentos a buen precio y nutritivos, y porque son factores decisivos para el rol que en un Estado del Bienestar tienen indudablemente esos objetivos señalados, los que resultan muy diferentes al enfoque inmoral, individualista de la perspectiva que enarbola el pensamiento único, que entre otras consecuencias nos han llevado a la dependencia alimentaria.
(*) Doctor en Economía por la Universidad de Chapingo y especialista en temas agrarios.