La nueva élite política
Autores como Gaetano Mosca, sostienen que siempre habrá una minoría dominante, la de los gobernantes, y una mayoría dominada, la de los gobernados; en la 4T está en proceso de desarrollo una nueva clase política que tiende a desplazar a las élites neoliberales, pero que implica la lucha de los viejos grupos de oposición por acceder a cargos en el Congreso, alcaldías y otras posiciones que todavía conservan personajes del viejo régimen, razón por que el nuevo paradigma no estará exento de tensiones y divisiones
La Carta Robada
Por Emilio López Gámez (*)
Especial para Cananea TV
Gaetano Mosca en su obra La clase Política, entiende la historia (según, James Meisel) como la “historia de las minorías dominantes”. De acuerdo a Luis E. Blacha, en su ensayo “¿Elite o clase política?, algunas precisiones metodológicas” (Revista Theomai) es Mosca, quien remarca “…la necesidad de las jerarquías en la organización social”. Encontramos, también en otros muchos autores, este enfoque de la diferenciación y la necesidad de la estratificación, por ejemplo, en Talcott Parsons, el cual considera otros factores.
Sobre esas corrientes teóricas de los grupos dominantes vamos a comentar algunos de los principales aspectos de la renovación de la élite política en la 4T; los mecanismos de la recomposición de la élite política y sus problemas.
De acuerdo a los trabajos de Mosca, sus seguidores y otros autores no menos importantes, la élite hace referencia a los “mejores”, a aquellos que se sitúan “por encima de los demás”. Estas élites, según ésta narrativa, existen en todas las sociedades, identificándose dos clases de personas, las minorías y las mayorías; la de los gobernantes y la de los gobernados.
Los gobernantes son la minoría, y los gobernados son la mayoría, siendo estas últimas, personas pasivas (Mosca, sostendrá la idea conservadora del papel pasivo de las mayorías); la mayoría es pasiva y además desorganizada (sobre todo porque no puede elaborar proyectos propios); en tanto que, los gobernantes son los que desempeñan las funciones políticas y monopolizan el poder.
Unos mandan y otros obedecen, ello se asocia con la idea de que siempre habrá una minoría dominante. Hay una minoría dominante y una mayoría dominada. Para Blacha, en las teorías de las élites “…no puede haber organización humana sin jerarquía”.
TRANSICIÓN A UNA NUEVA CLASE POLÍTICA
En la 4T, podríamos estar en un periodo de transición de una época a otra, en donde encontramos, en desarrollo, la formación de una clase política. Desde la perspectiva de Mosca existen tendencias en la clase política (se refiere a la élite), una de ellas está orientada a la apertura, o sea, a la renovación de la élite. Las elites se renuevan. Otros autores hablan de recomposición de la élite.
También, en el análisis de la élite destaca la “cerrazón”, que de acuerdo a Blacha, se refiere a la distancia entre las masas y minoría; las primeras se sienten aisladas del estrato superior. Para T. Parsons, superioridad e inferioridad son centrales en el análisis.
El planteamiento de Mosca presenta algunas limitaciones, al igual que en otros autores, pero es una teoría que posee una poderosa fuerza y que está muy arraigada en las formas de pensar de grupos que han participado en la oposición y personas y grupos de la actual élite en construcción.
La situación es más compleja de lo que parece, sobre todo cuando tomamos en cuenta estudios como los de Alejandra Salas-Porras, en su ensayo, Las élites neoliberales en México: cómo se construye un campo de poder que transforma las prácticas sociales de las élites políticas. En este trabajo aparecen algunos mecanismos que se presentaron con la llegada de la élite neoliberal.
En el caso de la 4T hay mecanismos que habría que identificar y estudiar para tener una idea más acabada de lo que está pasando. Menciono solo algunos de aquellos mecanismos, pensando directamente en situaciones que están a la vista en la 4T: reformas impulsadas; fluido tránsito entre posiciones públicas y privadas; relaciones que algunos funcionarios sostienen con organizaciones y empresas transnacionales.
La renovación de la élite, los problemas. Un elemento central aquí es que el proceso que llevó a las votaciones del 2018, con una participación abrumadora en favor de AMLO, generó amplias aspiraciones de grupos que venían de una larga trayectoria de oposición y esperaban formar parte del Congreso, de la Cámara de Diputados, de presidencias municipales, diputaciones locales etc., o formar parte de la burocracia que esperaban se formaría con ellos.
EL INGRESO DE LAS MAYORÍAS A LA ÉLITE POLÍTICA
En ese proceso (siguiendo a Mosca) algunos de ellos, los muy pocos, lo lograron, pero los muchos no; vieron desesperanzados que la élite se renovaba, pero no con ellos, y lo más grave, era que la elite se recomponía, con una muy fuerte presencia de grupos que venían del neoliberalismo y, por lo tanto, de la élite del viejo régimen.
Para rematar, eso se agudizó en las votaciones del 6 de junio del 2021. Con todo, para Mosca, sí se dan ingresos de las mayorías en las élites, pero esto no puede resultar excesivo, ya que sino la élite política, no se renueva, “se vuelve plebe” (Blacha).
Un elemento que no ha estado presente en la renovación de la élite actual ha sido que en otras transiciones las élites venían con un nuevo paradigma político e ideológico, como fue en el caso del tránsito de la élite que acompañó al modelo de desarrollo proteccionista y nacionalista que luego fue desplazada por la tecnocracia neoliberal.
Estos defendían la relevancia del mercado sobre el papel del Estado, tenían una posición aperturista y global. Esas élites estaban atrincheradas –escribe Salas- en agencias que “… controlaban el conocimiento y la información que se convertirían en recursos críticos para hacer avanzar las reformas estructurales” neoliberales. Estas élites, nacieron transnacionalizadas, defendían y defienden esos valores e intereses. Situación aún hoy arraigada que, provoca mucha controversia en campos de la 4T.
La ventaja en la 4T es que no necesita de consensos como el de Washington, ya que sus líneas más fuertes están en el PND del actual gobierno, ahí está el paradigma. Ahí, están las semillas de las nuevas estrategias; la nueva élite política tiene ahí su punto de partida (hasta hoy no tomado en cuenta). Su renovación no estará exenta de tensiones y divisiones y se necesitará de nuevas ideas, del conocimiento y la información.
Ahí están las claves para el desplazamiento de los vicios de las viejas élites ligadas a las ET (aún presentes y actuantes) y la incorporación de las mayorías, para construir una élite cada vez más plebe.
(*) Doctor en Economía por la Universidad de Chapingo y experto en temas agrarios.