Sin sus patrocinadores se caen de la contienda
Arrancaron en “empates técnicos” pero al paso de las semanas se ha demostrado que tanto el triunfo de Giovanni Gutiérrez como de Lía Limón, dependía de la operación política de Mauricio Toledo y Leonel Luna (q.e.p.d), y no de la presencia y peso político de ambos en sus respectivas alcaldías; tanto Carlos Castillo como Eduardo Santillán han logrado tomar amplia ventaja en los sondeos y su victoria parece ya irreversible
Por Staff de Cananea TV
Cuando en abril pasado sondeos de opinión daban un “empate técnico” en ambas alcaldías entre los candidatos de Morena y la Alianza Va por México, todo apuntaba a que el cierre de las campañas sería de fotografía, pero conforme avanzaron las semanas, Carlos Alonso Castillo ya lleva una ventaja de entre 8 y 10 puntos a su contrincante Giovanni Gutiérrez y en Álvaro Obregón, Eduardo Santillán le saca más de 15 puntos a Lía Limón.
Ambas tendencias parecen irreversibles y mientras las cifras aumentan a favor de los candidatos morenistas, el desaliento entre los aliancistas va en aumento porque dos de los operadores políticos que debían apuntalar a sus aspirantes, los ex titulares en ambas demarcaciones, Mauricio Toledo en Coyoacán y el desaparecido Leonel Luna, Álvaro Obregón, terminaron por dejarlos solos con lo que no solo su presencia sino la intensidad de su proselitismo se fue a pique.
Otro elemento que ha contribuido a cavar la derrota de la Alianza Va por México es que Carlos Castillo decidió no echarse a la hamaca y no ha bajado la intensidad en su campaña de a tierra, recorriendo barrios y colonias para escuchar y plantear sus propuestas a la gente, resaltando sin duda una que es la inseguridad. Ni la lluvia ha desalentado al diputado local en su empeño proselitista y la gente ha recibido con buen talante a un candidato desligado de la mafia que secuestro a la alcaldía por casi una década.
En Coyoacán, una encuesta difundida por el Financiero a en la primera quincena de abril, establecía una cerrada contienda ubicando a Carlos Castillo con 39 puntos contra 37 del candidato de Mauricio Toledo. En un sondeo realizado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el morenista se lleva el 40 por ciento de las preferencias por un 35 por ciento del aliancista. Y en una más reciente de Polls.MX, Castillo llega a los 38 puntos contra 27 de Giovanni.
Un elemento que terminará de atarle las manos a Toledo son sin duda, los duros señalamientos que se están haciendo al ex Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera por el accidente de la Línea 12 del Metro. El Tomate, comparte culpas con el hoy senador en los negocios del Cártel Inmobiliario que tanto daño hizo a Coyoacán.
Y un evento inesperado que será el tiro de gracia para la Coalición Va por México es la declinación que acaba de hacer la candidata de Redes Sociales Progresistas (RSP), Lizbeth Preciado Guerrero, a favor de Castillo. Con ella se suman al aspirante de Morena sus cinco mil seguidores y un estimado de 25 mil votos. La noticia cayó como balde de agua helada al derrumbado empresario papelero, Giovanni Gutiérrez.
LÍA SE VA A PIQUE
Sobre ese mismo tenor el ex delegado y diputado local, Eduardo Santillán, se ha plantado de frente a la militancia de su partido y de la sociedad en general para hacer sus propuestas ante una candidata de la alianza que ha empezado a diluirse en el ánimo de los electores. Santillán tiene a su favor conocer palmo a palmo la problemática de la alcaldía. Sabe que le duele a Álvaro Obregón y cuál es el remedio.
Eduardo Santillán conoce a detalle la problemática de su alcaldía
En abril, los sondeos daban un 42 por ciento de las preferencias al morenista, en tanto Lía Limón se llevaba el 36 por ciento. Los seis puntos de ventaja han ido creciendo; la encuesta de la UAM, ya lo sitúa con el 40 por ciento de los votos por 28 por ciento de la panista. Covarrubias lo colocó en 42 por ciento y a Lía en 23. Y la última encuesta de Enkoll lo dispara a 54 puntos contra 28 de su adversaria.
Tanto Giovanni Gutiérrez como Lía Limón comparten un punto en común: carecen de un capital político propio para realmente poder competir a ras de suelo con sus oponentes. No tienen base partidista confiable y los electores no los identifican como líderes sociales comprometidos con sus luchas y demandas. Sin el apoyo de sus padrinos y patrocinadores se entiende por sí misma su caída libre.
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