Temor latente en las aulas
Regresar a clases sin la seguridad de que alumnos, maestros y padres de familia no son portadores del COVID-19, será el mayor acto azaroso en las escuelas de la entidad a partir del próximo 10 de agosto en que privará la incertidumbre y la inseguridad sanitarias
Por Luis Zamora Calzada (*)
Especial para Cananea TV
Una peligrosa forma de jugarse la vida es la ruleta rusa, nadie sabe a quién le toca la bala, el azar es la fuerza poderosa que decide quien vive o muere, la adrenalina mantiene en la incertidumbre a todos, nadie tiene asegurada su existencia.
Regresar a clases, sin la seguridad de que todos los reunidos no son portadores del mortal COVID-19, rogando que no les toque el contagio del virus, será el mayor acto azaroso y juego de ruleta rusa de maestros, alumnos y padres de familia a partir del 10 de agosto de 2020, la incertidumbre y la inseguridad sanitaria entre otros, traerá grandes problemas existenciales, un regreso presencial a la escuela en condiciones adversas y sin garantías a la salud de los participantes, puede ser equiparable a un acto criminal de la autoridad educativa.
Ubicándonos ya en un escenario escolar, con alumnos y maestros cumpliendo con la asistencia obligada y de ocurrir, que nadie lo desea, se incrementen los contagios y lamentablemente fallezcan las personas, ¿A quién le echarán la culpa de los hechos?, ¿quién será el responsable de lo que ocurra con la salud de los maestros?, ¿acaso será el Secretario de Educación estatal?, no, no será de esa manera, el responsable será el director escolar, es a esta función administrativa a quien le imputarán todas las responsabilidades.
El protocolo de “yo cuido al otro” planteado por la SEP federal, es una producción de escritorio con propuestas realmente cuestionables, por mencionar algunos, el uso de cubrebocas o pañuelo obligatorio, alguien se habrá preguntado cuánto tiempo aguantará un alumno en portarlo, ¿será posible aguantar las cinco horas de la jornada escolar?, imagínese usted en un salón de primero de primaria o en un grupo de preescolar; el recreo, sin importar que sea escalonado ¿cómo mantener a los alumnos un metro y medio de distancia entre ellos?, ¿qué tipo de actividades o juegos diseñará la escuela para cumplir con la sana distancia?, los lugares fijos asignados en el salón y en el patio no son garantía para evitar los grandes problemas que se avecinan, si esto no se cumple, será responsabilidad del director y le dirán que es por no cuidar el derecho superior de la niñez y el incumplimiento de brindar las garantías de salud que marca la constitución.
¿Qué director querrá ser el primero en rifársela?, seguramente nadie, pero independientemente de retardar el regreso presencial a las escuelas, es viable en este momento involucrar al consejo municipal de protección civil que encabeza el presidente municipal de cada ayuntamiento, para la prevención y adopción de acuerdos, ejecución de acciones y en general, de todas las actividades necesarias para la atención inmediata y eficaz de los asuntos relacionados con situaciones de emergencia, desastre, o calamidad pública que afectan a la población como ocurre con el COVID-19, tal y como está establecido en la Ley Orgánica Municipal del Estado de México.
En la misma se establece que la Unidad Municipal de Protección Civil, será la autoridad encargada de dar la primer respuesta en la materia, debiendo asistir a las emergencias que se presenten en su demarcación; en caso de que su capacidad de repuesta sea superada, está obligada a notificar al Presidente Municipal para solicitar la intervención de la Dirección General de Protección Civil del Estado de México.
En tanto, la ley General de Educación vigente, establece los consejos de participación escolar, y derivado del párrafo anterior, la autoridad del municipio está obligada a dar toda su colaboración para la protección civil y la emergencia escolar, que correspondan con el Atlas de Riesgos de la localidad, en donde predomina indudablemente el gran riesgo del COVID-19.
Lo anterior parece ser letra muerta para la autoridad educativa estatal, nada hace al respecto, el Secretario de Educación local, debiera estar ya buscando los acuerdo con los ayuntamientos, para operar el consejo estatal de participación escolar en la educación, al menos en las tareas esenciales de sanitizaciòn y limpieza de las escuelas, el marco jurídico le obliga a ello o esperará a que cada director intente la gestión correspondiente ¿es pregunta?
¡Sin drones que transporten!
Por fin, los maestros de educación básica: preescolar, primarias y secundarias, el pasado viernes 19 de junio entregaron calificaciones, el trabajo administrativo a que fueron sometidos en la semana fue extenuante, de los directores ni se diga, el simple hecho de subir calificaciones a las plataformas ya son palabras mayores, para finalmente hacer llegar física o digitalmente las boletas y certificados a sus alumnos, los estudiantes que terminaron el ciclo escolar en casa, cumpliendo con una rara forma de recibir clases -lo que en realidad es un decir-, sus padres quedaron tranquilos al tener ya el documento, que permitirá a sus hijos continuar con los estudios en el siguiente ciclo escolar.
Desde el 20 de marzo, fecha en que se suspendieron las actividades en las escuelas, estaba la incertidumbre de qué pasaría con la misma, no faltaron quienes aseguraron que se perdería el año, lo que no ocurrió, incluso la SEP federal a inicios de junio, afirmó entre sus comunicados que el 69% de alumnos eran felices con lo que estaban viviendo, únicamente uno de cada diez estaba triste.
Para los maestros que trabajan en estos niveles, inician receso del 22 de junio al 17 de julio, la experiencia de esta finalización del ciclo escolar les dejo vivencias gratas y muchas no tanto como el cumplimiento de requerimientos de momento de la autoridad inmediata, la comunicación por medios digitales, el uso del WhatsApp con pago del crédito a su cuenta, la imposibilidad de comunicarse con mucho de sus estudiantes, las estrategias alternas para encomendar actividades –dejar materiales en la papelería de la comunidad, la fijación de anuncios académicos afuera de las escuelas y lugares visibles, uso de fotocopias, entre otros-, cambiaron totalmente las rutinas presenciales, incluso la afectación de lo que se conoce como jornada laboral, quedo prácticamente eliminado, al tener que atender reuniones en línea y a diferentes horas recibir llamadas y más llamadas.
Las escuelas preparatorias concluyen su ciclo escolar el 3 de julio, del 6 al 31 del mismo mes será el receso de los profesores, respecto a educación superior se ajustan a sus calendarios establecidos.
El peligroso regreso a clases a la vista, es toda una incógnita que coloca en riesgo no únicamente respecto al contagio, sino la vida misma de los docentes, alumnos y padres de familia, lamentablemente no hay drones que transporten a los actores educativos a los centros escolares.
La ganancia del magisterio
La docencia social que imparte el Sindicato Unificado de Maestros y Académicos del Estado de México (SUMAEM), incomoda a algunos, pero ha despertado mucho interés en amplios sectores sociales, el contenido de documentos legales y la forma inicial de su uso para no permitir agravios en el profesorado está levantando ámpulas, tirando incluso muchos techos de cristal por el propio peso de la información, particularmente es grato reconocer en bastantes maestros el gran interés respecto a la nueva Ley de Educación del país.
De manera discreta, algunos docentes nos confiaron que no sabían de esta nueva ley, incluso algunos señalaron que la “embarrada que les dieron en el consejo técnico” del año pasado, fue sin sentido, “no cambió nada en nosotros”, aseguran.
A manera de provocación y sin excluir que estaremos comentando al respecto, el título segundo de la citada ley, trata de la nueva escuela mexicana, especifica la función, los fines de la educación, sus criterios, una parte novedosa de lo que denominan orientación integral en los artículos 17 al 21 y por supuesto los planes y programas de estudio en el país.
(*) Secretario General del SUMAEM.
