En la presentación del libro “La CTM a más de 80 años de su historia”, el senador Carlos Humberto Aceves del Olmo anuncia su probable dimisión al trono cetemista, por motivos de salud, y niega que su central vaya a abandonar al PRI como la FSTSE
Especial de Cananea TV
Desde el legendario Alcázar del Castillo de Chapultepec, Carlos Humberto Aceves del Olmo presentó el libro “La CTM a más de 80 años de su historia”, y aprovechó para relatar una breve génesis de la central obrera que desde muy joven soñó dirigir y a la que ahora, por motivos de salud, podría abandonar “sin salir con los tenis por delante”, como todos sus antecesores.
En un emotivo acto aderezado con un nostálgico anecdotario, el senador del PRI ponderó: “Pueden cambiar los tiempos, pero no nuestros principios”, al hacer eco a las palabras de su compañera de partido y de bancada senatorial, Beatriz Paredes Rangel, quien, al hablar de los orígenes de la aún más importante central obrera del país, criticó a los “anatemistas profesionales” que tratan de denostar “las conquistas del régimen emanado de la Revolución Mexicana”.
Ése régimen que en el gobierno de Cárdenas consolidó a organizaciones como la CTM, la CNC y la FSTSE. Un corporativismo hoy en crisis antes los embates de la 4T y la defección al PRI del dirigente de los burócratas, Joel Ayala.
LA EDICIÓN DE PORRÚA
En la presentación de la obra de Editorial Porrúa, coordinada por Leticia Aceves Nieto y basada en los textos de las investigadoras Clara Guadalupe García García y Guadalupe Araceli Urbán Martínez, se narra la historia del movimiento obrero del país y el surgimiento en 1936, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
A lo largo de las 300 páginas, se retoma la participación e ideología de los fundadores de la central obrera desde Vicente Lombardo Toledano, Fernando Amilpa, Fidel Velázquez, Leonardo Rodríguez Alcaine, Joaquín Gamboa Pascoe y su hoy dirigente, Carlos Humberto Aceves del Olmo.
Este último, rememoró en la presentación cuando a sus escasos 14 años, en los tiempos que la ley permitía iniciar la edad laboral a temprana edad, ingresó a la planta de la automotriz Ford, ubicada en la Calzada de Guadalupe, donde hoy se asienta una plaza comercial.
AROMA A OBRERO
El senador se sitúo a ras de suelo proletario y dijo: “Yo huelo a obrero porque desde los 14 años lo fui; y desde entonces me dio por “la grillería”. Siempre he sido grillo, hoy un grillo muy lastimado”.
Añadió Aceves del Olmo que era tal su orgullo de ser empleado de esa empresa que al ver transitar un vehículo se sentía satisfecho de haber contribuido a colocar tal o cual pieza para hacerlo funcionar. De hecho, señala, al concluir su jornada no se quitaba la ropa de trabajo con el logotipo de la Ford y su nombre impreso en la camisola.
Desde entonces, dijo realmente emocionado, soñó con ser dirigente de la CTM y hasta la fecha, sigue pensando que vive un sueño al ocupar el trono –“que pesa mucho” –, en el que antes se sentaron Don Fidel Velázquez, Leonardo Rodríguez Alcaine y Joaquín Gamboa Pascoe. “Mi mayor satisfacción es ver a los ojos a los trabajadores porque estamos a favor de sus justas demandas”, expresó ante invitados especiales como el joven director del INFONAVIT, Carlos Martínez Velázquez, así como representantes del sector empresarial y nuevos líderes del PRI, como la Secretaria General, Carolina Viggiano.
SIN LOS “TENIS” POR DELANTE
Habló el líder cetemista del sello distintivo que ha caracterizado a los jerarcas de la central, de nunca renunciar al cargo y salir con los pies por delante. De hecho, citó a quien fuera dirigente de la CTM en Tlaxcala y a quien Don Fidel Velázquez llamará cariñosamente “Compalino”; el único de los líderes al que le hablaba de “usted” por ser de mayor edad. Lino Santacruz Morales que murió a la edad de 103 años.
Tras la anécdota, Carlos Aceves del Olmo, dejó entrever el fin de esta tradición, al citar el comprarse unos tenis no precisamente para salir con ellos por delante, sino para evaluar su salida del cargo por motivos de salud, al anunciar con voz entrecortada que deberá someterse en breve a una impostergable operación donde habrán de cortarle la pierna derecha.
Al final de la presentación, el aún líder cetemista negó que su central vaya a seguir los pasos de la burocracia de Joel Ayala, para abandonar el PRI y crear su propio partido. En su silla de ruedas abandonó el histórico Alcázar llevándose tras de sí su probable dimisión a sus 79 años de edad; temprana para abandonar el cargo si se consideran los 97 de Don Fidel, los 86 de Rodríguez Alcaine y los 94 de Gamboa Pascoe; sus antecesores que sí salieron con los pies por delante.